El
reconocido sicólogo y filósofo Daniel Golemán, inquieto por la comprensión
científica del reino de lo irracional, escribió el libro La inteligencia emocional como “una guía para dar sentido al
absurdo”. La realidad violenta y absurda evidencia un desconocimiento de
nuestras emociones y la falta de dominio de éstas. Algunos no somos capaces de
controlar los estados emocionales. En ese contexto se incrementan “la ineptitud
emocional, la desesperación y la imprudencia en nuestras familias, nuestras
comunidades y nuestra vida afectiva”. En el aumento de casos de depresión se
evidencia una extendida enfermedad emocional. Las habilidades emocionales o
inteligencia emocional incluyen autodominio, celo (diligencia), persistencia y capacidad de automotivación.
La inteligencia emocional se relaciona con el sentimiento, el carácter y los
instintos morales. Golemán intenta penetrar científicamente en las emociones, y
su propósito es “comprender qué significa proporcionar inteligencia a la
emoción y cómo hacerlo”. La inteligencia emocional es la habilidad que ayuda a
las personas a vivir en armonía. Es la habilidad de armonizar “cabeza” (razón)
y “corazón” (sentimientos). Es aplicarle inteligencia a las emociones. He aquí
su resumen:
PRIMERA
PARTE
EL
CEREBRO EMOCIONAL
- ¿PARA QUÉ SON LAS EMOCIONES?
-
Cuando las pasiones aplastan a la razón
Así
se hayan creado normas legales y éticas para someter, dominar y domesticar la
vida emocional, las pasiones dominan a la razón. La manera de
interrelacionarnos está moldeada por nuestros juicios racionales, historia
personal y pasado ancestral. “Con demasiada frecuencia nos enfrentamos a
dilemas posmodernos con un repertorio emocional adaptado a las urgencias del
pleistoceno”. Cada emoción prepara al organismo para una clase distinta de
respuesta. “En esencia, todas las
emociones son impulsos para actuar, planes instantáneos para enfrentarnos a la vida
que la evolución nos ha inculcado. La raíz de la palabra emoción es motere, el verbo latino mover, además
del prefijo e, que implica alejarse, lo que sugiere que en toda emoción hay
implícita una tendencia a actuar”.
-
La mente racional
La
mente racional es la forma de comprensión de la que somos típicamente
conscientes: más destacada en cuanto a la conciencia, reflexiva, capaz de
analizar y meditar. Le lleva más tiempo registrar y responder. Realiza
conexiones lógicas entre causas y efectos.
-
La mente emocional
La
mente emocional es impulsiva y poderosa. Es más rápida que la mente racional.
Se pone en acción sin detenerse ni un instante a pensar en lo que está
haciendo. “Las emociones que surgen de la mente emocional acarrean sensación de
certeza especialmente fuerte, una consecuencia de una forma sencilla y
simplificada de ver las cosas que puede ser absolutamente desconcertante para
la mente racional. Después de haber actuado bajo la poderosa influencia de la
mente emocional nos preguntamos por qué hicimos eso”.
Su
rapidez descarta la reflexión deliberada y analítica que el sello de la mente
pensante. Entre más intenso es el sentimiento, más dominante es la mente
emocional, y más ineficaz la mente racional. Puede interpretar una realidad
emocional en un instante, emitiendo los juicios intuitivos que nos dicen con
quién debemos ser cautelosos, en quién podemos confiar, quién está afligido. Es
nuestro radar para percibir el peligro. Nos impulsa a responder a
acontecimientos urgentes sin perder tiempo evaluando si debemos reaccionar, o
cómo debemos responder. No decide qué emociones deberíamos tener.
Su
lógica es asociativa; toma elementos que simbolizan una realidad, o dispara un
recuerdo de la misma, para ser igual a esa realidad. El arte, las novelas, las
canciones, la literatura, los símiles, las metáforas y las imágenes le hablan
directamente. Es indiscriminada y conecta cosas que simplemente tienen
características llamativamente parecidas.
Es
infantil, y cuanto más lo es, más fuertes son las emociones. El modelo infantil
de la mente emocional es autoconfirmador y suprime o pasa por alto recuerdos o
hechos que socavarían sus convicciones y se aferra a aquellos que las
sustentan. “Las convicciones de la mente racional son tentativas; una nueva
evidencia puede descartar una creencia y reemplazarla por una nueva, ya que
razona mediante la evidencia objetiva. La mente emocional, sin embargo,
considera sus convicciones como absolutamente ciertas, y así deja de lado
cualquier evidencia en contra. Por eso resulta tan difícil razonar con alguien
que está emocionalmente perturbado: no importa la sensatez del argumento que se
le ofrezca desde un punto de vista lógico: éste no tiene ninguna validez si no es
acorde con la convicción emocional del momento. Los sentimientos son
autojustificadores y cuentan con un conjunto de percepciones y pruebas
propias”.
-
Cómo funciona la mente racional y la mente emocional
Las
dos funcionan, en gran parte, de manera armónica, “entrelazando sus diferentes
formas de conocimiento para guiarnos por el mundo”. Son facultades
semiindependientes. Cuando aparecen las pasiones, la mente emocional domina a
la mente racional. “El funcionamiento de la mente emocional es en gran medida
específico del estado, dictado por el sentimiento particular ascendente en un
momento dado. La forma en que pensamos y actuamos cuando nos sentimos
románticos es totalmente diferente de la forma en que nos comportamos cuando
estamos furiosos o desalentados; en el mecanismo de la emoción, cada
sentimiento tiene su propio repertorio definido de pensamiento, reacciones,
incluso recuerdos. Estos repertorios específicos del estado se vuelven más
predominantes en momentos de intensa emoción”.
-
Cómo creció el cerebro
El
cerebro emocional existe antes que el cerebro racional. El olfato es la raíz
primitiva de la vida emocional, luego apareció el sistema límbico (de limbos =
borde), que nos somete “cuando estamos dominados por el anhelo o la furia,
trastornados por el amor o retorcidos de temor”, además de refinar el
aprendizaje y la memoria. Después surge la neocorteza cerebral, que añadió lo
definitivamente humano. “La neocorteza es el asiento del pensamiento; contiene
los centros que comparan y comprenden lo que perciben los sentidos. Añade a un
sentimiento lo que pensamos sobre él, y nos permite tener sentimientos con
respecto a las ideas, el arte, los símbolos y la imaginación”. Agrega un matiz
a la vida emocional. “La neocorteza permite la sutileza y complejidad de la
vida emocional, como la capacidad de tener sentimientos con respecto a nuestros
sentimientos”.
2.
ANATOMIA DE UN ASALTO EMOCIONAL
-
El asiento de la pasión
Los
estallidos emocionales, como asaltos o ataques nerviosos, se origina en la amígdala,
un centro del cerebro límbico. La amígdala, un conjunto de estructuras
interconectadas que se asientan sobre el tronco cerebral, cerca de la base del
anillo límbico, “actúa como depósito de la memoria emocional”. De ella dependen
los afectos y las pasiones. Es el centro de la acción y ejerce el control sobre
lo que hacemos. La vida sin amígdala está despojada de significados personales.
Tenemos
dos amígdalas, una a cada costado del cerebro. El hipocampo y la amígdala se
ocupan de la mayor parte del aprendizaje y el recuerdo del cerebro. Es la
especialista en asuntos emocionales. Desencadena las lágrimas. Es el centinela
emocional. “El hipocampo es crucial para reconocer que un rostro determinado es
el de nuestra prima. Pero es la amígdala la que añade que en realidad no nos
gusta”. La amígdala y el hipocampo trabajan de común acuerdo en la memoria;
“cada uno almacena y recupera su información especial de manera independiente.
Mientras el hipocampo recupera información, la amígdala decide si esa información
tiene alguna valencia emocional. Pero la amígdala, que madura muy rápidamente
en el cerebro del niño, tiene muchas más probabilidades de estar totalmente
formada en el momento del nacimiento”.
El
papel de la amígdala en la infancia sustenta el principio básico del
psicoanálisis: “las interacciones de los primeros años de la vida proporcionan
un conjunto de lecciones emociones basadas en la adaptación y en las
dificultades de los contactos entre el niño y las personas que se ocupan de
él”. La amígdala nos pone en acción durante emergencias.
-
Armonía entre emoción y pensamiento.
La
emoción es importante en la toma de decisiones correctas y en el pensamiento
claro. Los sentimientos son típicamente indispensables para las decisiones
racionales, porque señalan la dirección correcta, donde la pura lógica puede
ser mejor utilizada. “El cerebro emocional está tan comprometido en el
razonamiento como lo está el cerebro pensante”. En la dinámica
sentimiento-pensamiento, las emociones guían nuestras decisiones momentáneas
trabajando en colaboración con la mente racional y permitiendo el pensamiento
mismo. Tenemos dos cerebros, dos mentes e inteligencia racional. Nuestro
quehacer está determinando por éstos. El intelecto opera óptimamente con la
inteligencia emocional. “La complementariedad del sistema límbico y la
neocorteza, de la amígdala y los lóbulos frontales, significa que cada uno de
ellos es un socio pleno de la vida mental. Cuando interactúan positivamente, la
inteligencia emocional y la capacidad intelectual aumentan. Entre razón y
sentimiento debe haber armonía, porque “el nuevo paradigma nos obliga a
armonizar cabeza y corazón”.
SEGUNDA
PARTE
LA NATURALEZA DE LA
INTELIGENIA EMOCIONAL
3.
CUANDO LO INTELIGENTE ES TONTO
-
La inteligencia emocional y el destino
Algunas personas inteligentes o con un Cociente Intelectual (CI)
elevado muchas veces comenten actos absurdos o irracionales, y son malos
conductores de su vida privada. “La inteligencia académica tiene poco que ver
con la vida emocional. Las personas más brillantes pueden hundirse en los peligros
de las pasiones desenfrenadas y de los impulsos incontrolables”.
En ciertos casos, el CI sólo contribuye en un 80% a los factores que
determinan el éxito. Superando a la inteligencia académica, surge la
inteligencia personal, que nos brinda habilidades tales como ser capaces de
automotivarnos y persistir frente a las decepciones; controlar el impulso y
mejorar la gratificación, regular el humor y evitar que los trastornos
disminuyen la capacidad de pensar; mostrar empatía y ser optimistas. En tanto
que el CI no se puede modificar demasiado con la experiencia ni la educación,
“las aptitudes emocionales fundamentales pueden en efecto ser aprendidas y
mejoradas por los niños”.
La inteligencia académica no ofrece una adecuada preparación para los
trastornos o las oportunidades que involucra la vida. Un CI elevado no es garantía
de prosperidad, prestigio o felicidad. La vida emocional requiere habilidades.
“La aptitud es una meta-habilidad y determina lo bien que podemos utilizar
cualquier otro talento, incluido el intelecto puro”. Las personas
emocionalmente expertas, es decir, las que conocen y manejan bien sus propios
sentimientos e interpretan y se enfrentan con eficacia a los sentimientos de
los demás, tienen más ventajas y se relacionan mejor amorosa e íntimamente.
“Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas también tienen más
probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar
los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad; las personas que
no pueden poner cierto orden en su vida emocional libran batallas interiores
que sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad”.
-
Las inteligencias académica e interpersonal
Howard
Gardner y sus colaboradores formularon una teoría sobre la inteligencia que
involucra gran espectro de inteligencias para tener éxito: Un primer grupo de
inteligencias, conocida como inteligencias académicas, se compone de las
siguientes: 1. Inteligencia musical (habilidades en tareas musicales). 2.
Inteligencia quinestésica-corporal (la que poseen bailarines, actores, atletas
y médicos). 3. Inteligencia lógico-matemática (habilidades para resolver
problemas y para el pensamiento científico). 4. Inteligencia lingüística
(habilidades para producir y emplear el lenguaje). 5. Inteligencia espacial
(habilidades para realizar configuraciones espaciales, como las que emplean los
artistas y los arquitectos). Un segundo grupo lo componen la inteligencia
interpersonal e intrapersonal. La inteligencia interpersonal son las
habilidades para interactuar con los demás, tales como sensibilidad hacia los
estados de ánimo, temperamentos, motivaciones e intenciones de los demás. La
inteligencia intrapersonal es el autoconocimiento de los aspectos internos:
acceso a los sentimientos y emociones individuales.
Gardner,
que enfatiza en la inteligencia interpersonal, sostiene que ésta produce
destrezas interpersonales y capacidades intrapsíquicas (satisfacción interior
que surge de armonizar la vida para que esté de acuerdo con los genuinos
sentimientos personales), y genera habilidades para el liderazgo, la capacidad
de interrelacionarnos armónicamente, la capacidad de resolver conflictos y
destreza en el análisis social. “La inteligencia interpersonal es la capacidad
para comprender a los demás: qué los motiva, cómo operan, cómo trabajar cooperativamente
con ellos… Es una capacidad correlativa, vuelta hacia el interior. Es la
capacidad de formular un modelo preciso y realista de uno mismo y ser capaz de
usar ese modelo para operar eficazmente en la vida”. Gardner indica que el
núcleo de la inteligencia interpersonal incluye las capacidades para discernir
y responder adecuadamente al humor, el temperamento, las motivaciones y los
deseos de los demás. Es la clave para el autoconocimiento.
Pero
la inteligencia interpersonal, que pone de relieve la cognición, explora muy
poco el papel de las emociones, ignorando que el reino de las emociones se
extiende más allá del alcance del lenguaje y la cognición. Gardner y sus
colaboradores no profundizaron en el
papel que juega el sentimiento en la inteligencia emocional debido a que se
centraron en las cogniciones acerca del pensamiento, dejando sin explorar “el
rico mar de emociones que hace que la vida interior y las relaciones sean tan
complejas, tan apremiantes y a menudo tan desconcertantes”. Tampoco analizaron
la noción de que hay inteligencia en las emociones y que puede aplicarse
inteligencia a las emociones. El modelo cognitivo es una pobre visión de la
mente que no logra explicar la tormenta y la pasión de los sentimientos que dan
sabor al intelecto. Rompiendo con este modelo, la psicología empezó a valorar
el poder y las virtudes de las emociones de la vida mental, así como sus
peligros.
-
¿Las emociones pueden ser inteligentes?
Meter
Salovey ha descrito en detalle las formas en que podemos aplicar inteligencia a
nuestras emociones. Incluye la inteligencia interpersonal en su definición
básica de inteligencia emocional, ampliando estas capacidades a las siguientes
esferas principales:
- Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo (el reconocer un sentimiento mientras ocurre) es la clave de la inteligencia emocional. La capacidad de controlar sentimientos de un momento a otro es fundamental para la penetración psicológica y comprensión de uno mismo… Las personas que tienen una mayor certidumbre con respecto a sus sentimientos son mejores guías de su vida y tienen una noción más segura de lo que sienten realmente con respecto a las decisiones personales, desde con quién casarse hasta qué trabajo aceptar.
- Manejar las emociones. Manejar los sentimientos para que sean adecuados es una capacidad que se basa en la conciencia de uno mismo… Las personas que carecen de esta capacidad luchan constantemente contra sentimientos de aflicción, mientras aquellas que la tienen desarrollada pueden recuperarse con mucha mayor rapidez de los reveses y trastornos de la vida.
- La propia motivación. Ordenar las emociones al servicio de un objetivo es esencial para prestar atención, para la automotivación y para el dominio, y para la creatividad. El autodominio emocional (postergar la gratificación y contener la impulsividad) sirve de base a toda clase de logros. Y ser capaz de internarse en un estado de “fluidez” permite un desempeño destacado en muchos sentidos. Las personas que tienen esta capacidad suelen ser más productivas y eficaces en cualquier tarea que emprendan
- Reconocer emociones en los demás. La empatía, otra capacidad que se basa en la autoconciencia emocional, es la habilidad fundamental de las personas… Las personas que tienen empatía están mucho más adaptadas a las sutiles señales sociales que indican lo que otros necesitan o quieren. Esto nos hace mejores en profesiones tales como la enseñanza, las ventas y la administración.
- Manejar las relaciones. El arte de las relaciones es, en gran medida, la habilidad de manejar las emociones de los demás… Estas son emociones que rodean la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que se destacan en estas habilidades se desempeñan bien en cualquier cosa que dependa de la interacción serena de los demás; son estrellas sociales.
-
Cociente intelectual e inteligencia emocional
Estos no son conceptos opuestos, son bien distintos. Existe una
correlación entre los dos. “El hombre de elevado CI por una amplia variedad de
intereses y habilidades intelectuales, es ambicioso y productivo, previsible y
obstinado, y no se preocupa por sí mismo. También tiene tendencia a ser crítico
y condescendiente, fastidioso e inhibido, se siente incómodo con la sexualidad
y la experiencia sensual, es inexpresivo e indiferente, y emocionalmente afable
y frío”.
“En contraste, los hombres que tienen una inteligencia emocional
elevada son socialmente equilibrados, sociables y alegres, no son pusilánimes
ni suelen pensar las cosas una y otra vez. Poseen una notable capacidad de
compromiso con las personas y las causas, de asumir responsabilidades y de
alcanzar una perspectiva ética; son solidarios y cuidadosos de las relaciones.
Su vida emocional es rica y apropiada; se sienten cómodos con ellos mismos, con
los demás y con el universo social donde viven”.
“Las mujeres que pertenecen exclusivamente al tipo de CI elevado
tienen la seguridad intelectual esperada, expresan fluidamente sus ideas,
valoran las cuestiones intelectuales y poseen una amplia variedad de los
intereses intelectuales y estéticos. También suelen ser introspectivas, son
propensas a la ansiedad, a la reflexión, a los sentimientos de culpabilidad y
vacilan cuando se trata de expresar abiertamente su ira (aunque lo hacen
indirectamente)”.
“En contraste, las mujeres emocionalmente inteligentes suelen ser
positivas y expresan sus sentimientos abiertamente, y se muestran positivas con
respecto a ellas mismas; para ellas, la vida tiene significado. Al igual que
los hombres, son sociables y expresan sus sentimientos de manera adecuada; se
adaptan bien a la tensión. Su aplomo social les permite comunicarse fácilmente
con personas nuevas; se sienten lo suficientemente cómodas con ellas mismas
para ser alegres, espontáneas y abiertas a la experiencia sensual. A diferencia
el CI elevado, rara vez se sienten ansiosas o culpables, ni se hunden en la
reflexión”.
4. CONOCETE A TI MISMO
-
La conciencia de uno mismo
Es una forma neutra que conserva la autorreflexión incluso en
situaciones emocionales turbulentas. Es ser consciente de nuestro humor y de
nuestras ideas sobre este humor. Es una atención progresiva a nuestros estados
internos. Es la diferencia que existe entre sentir rabia asesina con respecto a alguien y
elaborar el pensamiento reflexivo. En esta conciencia autoreflexiva la mente
observa e investiga la experiencia, incluidas las emociones. “Esta conciencia
de las emociones es la competencia emocional fundamental sobre la que se
construyen las demás, como el autocontrol emocional”. La conciencia de uno
mismo puede ser una atención a estados más internos que no provoque reacción ni
juicio. Ésta posee un afecto más poderoso sobre los sentimientos intensos y de
aversión. Según John Mayer, la gente suele adoptar estilos característicos para
responder y enfrentarse a sus emociones, como:
“Conscientes de sí mismo. Conscientes de sus humores en el momento en
que los tienen, estas personas poseen, comprensiblemente, cierta sofisticación
con respecto a su vida emocional. Su claridad con respecto a las emociones
puede reforzar otros rasgos de su personalidad: son independientes y están
seguras de sus propios límites, poseen una buena salud psicológica y suelen
tener una visión positiva de la vida. Cuando se ponen de mal humor, no
reflexionan ni se obsesionan al respecto, y son capaces de superarlo enseguida.
En resumen, su cuidado los ayuda a manejar sus emociones.
Sumergido. Se trata de personas que a menudo se sienten empantanadas
en sus emociones y son incapaces de liberarse de ellas, como si el humor las
dominara. Son volubles y no muy conscientes de sus sentimientos, por lo que
quedan perdidas en ellos en lugar de tener cierta perspectiva. En consecuencia,
hacen poco por tratar de librarse del mal humor, y sienten que no controlan su
vida emocional. A menudo se sienten abrumadas y emocionalmente descontroladas.
Aceptador. Si bien estas personas suelen ser claras con respecto a lo
que sienten, también tienen tendencia a aceptar sus humores, y no tratan de
cambiarlos. Al parecer existen dos ramas en el tipo aceptador: los que suelen
estar de buen humor y tienen pocos motivos para cambiarlo, y las personas que,
a pesar de la claridad que tienen con respecto a su talante, son susceptibles
con respecto al mal humor pero lo aceptan con una actitud de “dejar hacer,
dejar pasar”, sin hacer nada para cambiarlo a pesar de las perturbaciones que
provoca: esta pauta se encuentra entre personas depresivas que están resignadas
a su desesperación”.
La conciencia de uno mismo es fundamental para la penetración
psicológica, ya que gran parte de la vida emocional es inconsciente. “Los
sentimientos que se agitan en nuestro interior no siempre atraviesan el umbral
de entrada a la conciencia”. Las emociones inconscientes ejercen un poderoso
impacto en la forma en que percibimos y reaccionamos, aunque no tengamos idea
de que están funcionando. La conciencia de las propias emociones nos permite
superar el mal humor”.
-
Los alexitímicos
La
alexitimia (del griego a=sin, y lexis=palabra, y timos=emoción) constituye el
evento de no poder expresar las emociones o los sentimientos. Los alexitímicos
parecen carecer de sentimientos, “aunque esto pueda deberse en realidad a su
incapacidad para expresar emociones más que a una ausencia de las mismas”. Se
caracterizan por su dificultad para describir sus sentimientos y los de los
demás, y poseer un léxico emocional muy escaso. A veces no pueden distinguir
entre una emoción y otra, entre una emoción y una sensación física. “Dan la
impresión de ser personas diferentes y extrañas, y que viven en medio de una
sociedad dominada por los sentimientos”. Rara vez lloran, pero cuando lo hacen
sus lágrimas son abundantes. “No se trata de que los alexitímicos no sientan,
sino de que son incapaces de saber –y especialmente incapaces de expresar en
palabras- cuáles son exactamente sus sentimientos. Carecen absolutamente de la
habilidad fundamental de la inteligencia emocional, la conciencia de uno mismo,
que nos permite saber lo que sentimos mientras las emociones se agitan en
nuestro interior”.
5
ESCLAVOS DE LA PASION
-
El autodominio
Debemos
tener autodomio para no ser esclavos de pasiones, es decir, ser capaces de
superar las tormentas emocionales. El autodominio, que es la misma templanza,
nos permite el dominio del exceso emocional. Nos ofrece cuidado e inteligencia
para conducir equilibradamente la vida. Su objetivo es el equilibrio. “Mantener
bajo control nuestras emociones perturbadoras es la clave para el bienestar
emocional”. Aunque dominar nuestras emociones es una tarea absorbente, debemos
hacerlo porque “el arte de serenarnos es una habilidad fundamental para la
vida”. Como el autodominio procura el equilibrio emocional, es importante que
el decaimiento y el entusiasmo se equilibren. “El cálculo del corazón es la
proporción de emociones positivas y negativas lo que determina la noción de
bienestar…” No se trata de evitar los sentimientos tormentosos para estar
contentos (a veces el sufrimiento nos hace más fuertes), sino que éstos no
pasen desapercibidos y desplacen los estados de ánimo agradables. Cuando la
ira, la tristeza y la preocupación son muy intensas y se prolongan más allá de
lo conveniente, por falta de autodominio, se transforman en ansiedad crónica,
ira incontrolable o depresión.
-
La ira
La
ira, una emoción con muchas variedades, es el estado de ánimo más indomable y
una de las emociones más negativas. Cuanto más reflexiones sobre lo que motivó
nuestra ira, engañosamente encontramos más razones para autojustificarla.
“Rumiar una y otra vez un mismo problema aviva la llama de la ira”. Pero si
actuamos de manera diferente, podremos elaborar positivamente la situación
motivante de la ira, y de esta manera dejaremos de estar furiosos.
Un
disparador universal de la ira es la sensación de encontrarse en peligro,
signado por una amenaza física real o una amenaza simbólica a la autoestima o a
la dignidad: “ser tratado en forma justa o ruda, ser insultado o menospreciado,
quedar frustrado en la búsqueda de un objetivo importante”. Esta circunstancia
genera energía para atacar o huir, según como el cerebro emocional evalúe la
oposición.
La
ira puede ser evitada si la información atenuante surge antes de que ésta
empiece a actuar. Existen algunas estrategias para calmar la ira:
-Enfrentarse
fisiológicamente esperando que pase el aumento adrenalínico en un marco en el
que no es probable que no haya más disparadores de la ira. Durante una
discusión, liberémonos de la otra persona.
-Distraernos
durante la discusión. A través de ésta ponemos fin al ciclo de pensamientos
hostiles. Mediante ella es difícil seguir furiosos cuando pasamos por un
momento agradable, ya que la distracción altera el mal humor. El truco
“consiste en lograr que la ira se enfríe hasta el punto que uno pueda disfrutar
realmente de un momento agradable”.
-Quedarnos
solos mientras nos calmamos. Es bueno salir a dar un paseo para
distensionarnos.
-Relajarnos
y respirar profundamente.
-Utilizar
la conciencia de uno mismo para captar los pensamientos cínicos u hostiles en
el momento en que surgen, así logramos desactivarlos y revalorarlos.
-En
lugar de permitir que la ira se manifieste a plenitud, es conveniente tener en
cuenta el siguiente planteamiento aristotélico: “Cualquiera puede ponerse
furioso… eso es fácil. Pero estar furiosos con la persona correcta, en la
intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la
forma correcta… eso no es fácil.
-
Las preocupaciones
Las
preocupaciones son el núcleo de toda ansiedad. Cuando son moderadas se
convierten “en un ensayo de lo que podría salir mal y cómo enfrentarse a ello”.
Su objetivo es alcanzar soluciones positivas con respecto a los peligros de la
vida, anticipándose a los riesgos antes de que estos existan. El problema no es
preocuparnos, sino sobrepreocuparnos. “La dificultad surge con las
preocupaciones crónicas y repetitivas, que nunca llevan a una solución
positiva. Quienes se preocupan en exceso sólo reflexionan sobre el peligro
mismo. “Las personas que se preocupan en exceso y de una manera crónica lo
hacen con respecto a una amplia gama de asuntos, la mayoría de los cuales casi
no tienen posibilidades de ocurrir; estas personas ven en la vida peligros que
otros jamás perciben.
Las
preocupaciones parecen surgir de la nada, son incontrolables, generan un
murmullo de ansiedad, son impermeables a la razón y bloquean a la persona en un
único e inflexible punto de vista acerca del tema que le preocupa”. Las
preocupaciones crónicas son contraproducentes porque adoptan la forma de ideas
rígidas y estereotipadas en lugar de parecer avances creativos que realmente
sirvan para la solución del problema. “Cuando se permite que una preocupación
se repita una y otra vez sin ser desafiada, aumenta su poder de persuasión…”
Tomar conciencia de uno mismo, relajarnos cuando comienza la preocupación,
desafiar activamente los pensamientos inquietantes y adoptar una postura
crítica respecto de las suposiciones, son estrategias para evitar la
preocupación.
-
La depresión
La
depresión se manifiesta con odio para sí mismo, sensación de que no valemos,
tristeza, melancolía, sensación de temor y alienación, sofocante ansiedad,
insomnio, apatía, aturdimiento, enervación, inquietud, confusión, imposibilidad
de concentración mental, fallos de memoria, mente dominada por distorsiones
anárquicas, pérdida por el placer, desesperanza, desesperación, vida paralizada
y en compás de espera. Preocuparnos por lo que nos deprime hace que la
depresión sea aún más intensa y prolongada. “En la depresión, la preocupación
adopta diversas formas, todas ellas enfocadas en algún aspecto de la depresión
misma: lo cansados que nos sentimos, la poca energía o motivación que tenemos,
por ejemplo, o qué poco trabajo estamos haciendo… El hecho de dar vueltas una y
otra vez a un mismo problema también puede hacer que la depresión sea más
fuerte creando condiciones que son en definitiva más deprimentes”.
Existen
dos estrategias para prevenir la recaída de la depresión suave:
-Desafiar
los pensamientos en medio de la cavilación: cuestionar su validez y pensar en
alternativas más positivas.
-Programar
expresamente acontecimientos agradables que sirvan como distracción. Además, el ejercicio aeróbico es una táctica
efectiva para disipar la depresión benigna. El recurso de ver las cosas de una
manera diferente, conocido como reestructuración cognitiva, es otro antídoto
potente contra la depresión. “Compararse con alguien que está peor resulta
increíblemente alentador: de pronto lo que parecía bastante decepcionante no es
tan malo”. Ayudar a las personas con problemas también sirve para superar la
depresión. Rezar, si uno es creyente, igualmente resulta útil. La táctica más
popular para salir de la depresión es la socialización: hacer algo con los
amigos o con la familia.
- LA APTITUD MAGISTRAL
-
La ansiedad y el buen humor
La
preocupación es el núcleo del efecto dañino que la ansiedad ejerce sobre
cualquier clase de desempeño mental. La ansiedad mina el intelecto. Los
ansiosos tienen más posibilidades de fracasar. La ansiedad sabotea cualquier
tipo de rendimiento académico. Entre más preocupaciones, menos rendimos en el
estudio. El buen humor nos permite superar la preocupación y la ansiedad.
Favorece la capacidad de pensar con flexibilidad y con mayor complejidad,
haciendo que resulte más fácil encontrar soluciones a los problemas y nos
permite tomar mejores decisiones y planear mejor.
-
La esperanza
Las
personas que abrigan esperanzas se fijan metas elevadas y trabajan duro para
alcanzarlas. Es importante en la vida
académica y laboral. “Es algo más que el punto de vista alegre de que todo
saldrá bien”. La esperanza automotiva y hace sentir a una persona hábil para
conseguir sus logros. “Abrigar esperanzas significa que uno no cederá a la
ansiedad abrumadora, a una actitud derrotista ni a la depresión cuando se
enfrente a desafíos o contratiempos”. La esperanza nos evita dificultades
emocionales.
-
El optimismo
El
optimismo, emparentado con la esperanza, es una aptitud emocionalmente
inteligente. Genera esperanzas. “Ser optimistas, al abrigar esperanzas,
significa tener grandes expectativas de
que, en general, las cosas saldrán bien en la vida a pesar de los contratiempos
y las frustraciones. Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el
optimismo es una actitud que evita que la gente caiga en la apatía, en la
desesperanza o la depresión ante la adversidad”. El optimismo supera el rechazo
o la negativa, que son difíciles de superar para el pesimista porque considera
que es un fracasado. El optimista, como sabe que no es responsable del rechazo
o del fracaso, piensa que éste se debe a circunstancias del contexto, y cambia
su enfoque, estrategia o sus planes para un próximo intento. “Mientras la
estructura mental del pesimista conduce a la desesperación, la del optimista
genera esperanzas”. El optimismo, la esperanza, la impotencia y la
desesperación pueden aprenderse.
- La
autoeficacia
La
autoeficacia, que es la creencia de que uno tiene dominio sobre los
acontecimientos de la vida y de que puede aceptar los desafíos tal como se
presentan, nos permite generar y fortalecer el optimismo y la esperanza.
“Desarrollar una competencia de cualquier clase refuerza la noción de
autoeficacia, haciendo que la persona esté más dispuesta por correr riesgos y a
buscar mayores desafíos. Y superar estos desafíos a su vez aumenta la noción de
autoeficacia. Esta actitud hace que la gente tenga más probabilidades de
utilizar de manera óptima sus habilidades o que haga lo necesario para
desarrollarlas… Las personas que tienen una idea de autoeficacia se recuperan
de los fracasos; abordan las cosas en función de cómo manejarlas en lugar de
preocuparse por lo que pueda salir mal”.
-
El flujo: la neurobiología de la excelencia
El
flujo es un fugaz estado de olvido de sí mismo, durante el cual nos surgen
ideas, creamos, somos más productivos y alcanzamos la cima de la excelencia. En
estado de flujo “la excelencia no requiere ningún esfuerzo”. En lugar de quedar
presos del nerviosismo y la preocupación, la persona, durante el flujo, se
concentra en sus quehaceres y se olvida de lo demás. Ese estado se caracteriza
por una ausencia temporal del yo. La persona asume el perfecto control de lo
que está haciendo y sus respuestas están en sintonía con las exigencias
cambiantes de su trabajo. El flujo se produce en un instante en que oscila el
aburrimiento y la ansiedad. Se logra concentrándose intencionalmente en la tarea
a desempeñar. Ser capaz de entrar en el flujo es el punto óptimo de la
inteligencia emocional; el flujo representa tal vez lo fundamental en preparar
las emociones al servicio del desempeño y el aprendizaje. “En el flujo, las
emociones no están contenidas ni canalizadas, sino que son positivas, están
estimuladas y alineadas con la tarea inmediata… En el estado de flujo el
cerebro está fresco, su excitación e inhibición del circuito nervioso está en
sintonía con la exigencia del momento… Pero una clave del estado de flujo es
que se produce sólo cuando la capacidad está en su apogeo, las habilidades
están bien ensayadas y los circuitos nerviosos son absolutamente eficientes”.
7 LAS
RAÍCES DE LA EMPATIA
“Una habilidad social clave es la empatía, o
sea, comprender los sentimientos del otro y su perspectiva, y respetar las
diferencias entre lo que cada uno siente respecto a las mismas cosas”. La
empatía es la capacidad o la habilidad de saber lo que otra persona siente, de
“ponerse en el lugar del otro”. Se construye sobre la conciencia de uno mismo;
entre más nos abramos a nuestras emociones, más hábiles seremos para
interpretar los sentimientos ajenos.
Los
alexitímicos no son empáticos, porque no
tienen idea de sus sentimientos ni de los demás. La compenetración, raíz del
interés por los demás. Surge de la sintonía emocional, de la capacidad de
empatía. Las emociones que se expresan mediante lenguajes no verbales, no son
comprendidas por los alexitímicos. Como la empatía favorece la vida afectiva,
los alexitímicos, que no son empáticos y no comprenden, no disfrutan de su
afectividad ni generan espacios para que su pareja disfrute.
¿Cómo
se desarrolla? Desde la infancia, cuando reaccionan ante el llanto de los demás
niños. Empatía viene del griego empatheia (sentir dentro), pero Titchener
sostiene que surge de una especie de imitación física de la aflicción de otro,
que evoca entonces los mismos sentimientos en uno mismo. La ética y la empatía
son raíces del altruismo. Las raíces de la moralidad se encuentran en la
empatía. “La misma capacidad para el efecto empático, para ponerse uno mismo en
el lugar de otro, lleva a la gente a seguir determinados principios morales”.
El nivel de empatía matiza los juicios morales. Algunos criminales, como
violadores y abusadores de niños, son incapaces de experimentar empatía. El
psicópata o sociópata carece de empatía, compasión o remordimiento. “Los
psicópatas tienen una comprensión superficial de las palabras emocionales, una
reflexión de superficialidad en el reino afectivo”.
- LAS ARTES SOCIALES
-
Manejar las emociones de otro
Ser
capaces de manejar las emociones de otro es el arte de mantener relaciones. Esa
actitud exige de habilidades emocionales como serenidad de uno mismo,
autogobierno y empatía. Las personas así son eficaces en el trato con los
demás. Sin estas habilidades hasta las personas más inteligentes fracasan en
sus relaciones, apareciendo como arrogantes, desagradables o insensibles.
“Estas habilidades sociales le permiten a uno dar forma a un encuentro,
movilizar o inspirar a otros, prosperar en las relaciones íntimas, persuadir e
influir, tranquilizar a los demás”.
-
Reglas de demostración
Lo
bien o mal que una persona exprese sus propios sentimientos es una competencia
social clave en las relaciones interpersonales. Según Paul Ekman, las reglas de
demostración se refieren al consenso social acerca de qué sentimientos pueden
mostrarse adecuadamente y cuándo. Cada cultura varía en este sentido.
Clases
básicas de reglas de demostración:
- Minimizar las muestras de emoción. Es una norma japonesa para los sentimientos de aflicción en presencia de alguien con autoridad.
2.
Exagerar lo que uno siente magnificando la expresión emocional.
3.
Reemplazar un sentimiento por otro.
“Lo
bien que uno emplee estas estrategias, y sepa cuándo hacerlo, es un factor de
la inteligencia emocional”. Estas reglas se las enseñamos a los niños cuando
les indicamos que expresen emociones distintas a las que sienten ante un
determinado evento para no herir o molestar a los demás. “La regla que aprende
el niño es algo así como: Disfraza tus verdaderos sentimientos cuando puedan
lastimar a alguien amas; en lugar de ello sustitúyelo por un sentimiento falso
pero menos hiriente. Estas reglas para expresar emociones son algo más que una
parte del léxico de los cánones sociales; dictan el impacto que nuestros
sentimientos causan a los demás. Seguir bien estas reglas es tener un impacto
óptimo; hacerlo deficientemente supone fomentar un desastre emocional”.
-
La expresividad y el contagio emocional
Las
emociones son contagiosas. En todo encuentro personal transmitimos señales
emocionales que agradan o desagradan a los demás. Si somos hábiles socialmente,
controlamos las señales que emitimos. “La inteligencia emocional incluye el
manejo de este intercambio, popular y encantadora son los términos que
utilizamos para referirnos a la persona con la que nos gusta estar porque sus
habilidades emocionales nos ayudan a sentirnos bien. La gente que es capaz de
ayudar a otros a calmar sus sentimientos posee un producto social especialmente
valioso; son las almas a quienes otros recurren cuando padecen alguna
importante necesidad emocional. Todos formamos parte de la caja de herramientas
del otro para el cambio emocional, para bien o para mal”. La coordinación de
los estados de ánimo es la esencia de la compenetración. La habilidad con que
desarrollamos nuestra sincronía emocional con otros, es un determinante de la
afectividad interpersonal. Quienes no logran percibir o expresar emociones se
exponen a tener problemas en sus relaciones, debido a que los demás se sienten
incómodos con ellas, aunque no puedan expresar por qué. “Fijar el tono
emocional de una interacción es, en cierto sentido, una señal de dominio en un
nivel íntimo y profundo: significa guiar el estado emocional de la otra
persona”.
-
Los rudimentos de la inteligencia social
La
compenetración es una habilidad emocional esencial para la preservación de las
relaciones íntimas: matrimonio, amistad o sociedad comercial. Según Hatch y
Gardner, estos son los componentes de la inteligencia interpersonal:
- Organización de grupos. Esencial en un líder. Esta habilidad incluye esfuerzos iniciadoras y coordinadores de una red de personas.
- Negociación de soluciones. Es el talento del mediador, que previene conflictos o resuelve aquellos que han estallado. Las personas con esta habilidad se destacan en la realización de acuerdos, en arbitrar o mediar en disputas: podrían hacer carrera en la diplomacia, en el arbitraje o en la ley, o como intermediarios o administradores de adquisiciones. Son los niños que resuelven las disputas en el patio de juegos.
- Conexión personal. Es el talento de la empatía y la conexión. Hace que resulte fácil participar en un encuentro o reconocer y responder adecuadamente a los sentimientos y a las preocupaciones de la gente… el arte de las relaciones. Estas personas son ideales para el trabajo en equipo, son esposas confiables, buenos amigos o socios comerciales; en el mundo comercial se desempeñan bien como vendedores o administradores, y pueden ser excelentes maestros.
- Análisis social. Supone ser capaz de detectar y mostrar comprensión con respecto a los sentimientos, los motivos y las preocupaciones de la gente. Este conocimiento de cómo se sienten los demás puede conducir a una fácil intimidad o sentido de la compenetración. En su mayor expresión, esta capacidad convierte a la persona en un competente terapeuta o consejero o, combinado con algún talento literario, en un talento novelista o dramaturgo.
“Tomadas
en conjunto, estas habilidades son la materia del refinamiento interpersonal,
los ingredientes necesarios del encanto, el éxito social, incluso el carisma.
Aquellos que son expertos en la inteligencia social pueden relacionarse con las
demás personas bastante fácilmente, ser sagaces en la interpretación de sus
reacciones y sentimientos, dirigir y organizar y aclarar las disputas que
pueden desencadenarse en cualquier actividad humana. Son los líderes naturales,
las personas que pueden expresar los sentimientos colectivos tácitos y
articulados de tal manera que guíen al grupo hacia los objetivos. Son la clase
de personas con las que los demás quieren estar porque resultan emocionalmente
enriquecedores: ponen a los demás de buen humor y provocan comentarios como:
¡Qué placer de estar con alguien así!
Estas
habilidades interpersonales se basan en otras inteligencias emocionales. Las
personas que causan una excelente impresión social, por ejemplo, son expertas
en dominar su propia expresión de las emociones, están finamente sintonizadas
con las reacciones de los demás, y son capaces de sintonizar continuamente su
desempeño social, adaptándolo para asegurarse de que logren el efecto deseado.
En este sentido, son como actores expertos.
Sin
embargo, estas habilidades interpersonales no están equilibradas por un astuto
sentido de las propias necesidades y sentimientos y cómo satisfacerlos, pueden
conducir a un éxito social vacío, una popularidad ganada a costa de la
verdadera satisfacción propia”.
Así
actúan los camaleones sociales, campeones en causar una buena impresión. Así
tengan pocas relaciones íntimas estables o satisfactorios, tratan de causar una
excelente impresión. No les importa decir una cosa y hacer otra, si eso les
facilita ganarse la aprobación social. Una pauta saludable, para ser camaleón
social, es encontrar el equilibrio siendo fiel a uno mismo con las habilidades
sociales, usándolas con integridad. “Esa es la capacidad de ser fiel a uno
mismo lo que permite actuar de acuerdo con los valores y los sentimientos más
profundos de uno, al margen de cuáles sean las consecuencias sociales”. El incompetente
social padece de disemia (del griego dis = dificultad, y semes = señal), que es
la incapacidad de aprendizaje en la esfera de los mensajes no verbales. Los
niños que interpretan mal las claves emocionales suelen desempeñarse mal en la
escuela. Tiene habilidad social quien
logra aliviar las emociones alteradas de los demás. Es brillantemente emocional
quien se enfrenta a una persona iracunda y logra, mediante la refinada
habilidad en el fino arte de la influencia emocional, distraerla, mostrándole
empatía con sus sentimientos y su perspectiva, y atraer su atención a un foco alternativo, “algo que le permita
armonizar con una gama de sentimientos más positiva… una especie de judo
emocional”. Brillantez emocional es saber cómo resolver un conflicto, no cómo
iniciarlo.
TERCERA
PARTE
INTELIGENCIA
EMOCIONAL APLICADA
9
ENEMIGOS INTIMOS
-
Las emociones de la pareja
En la
pareja, sus integrantes sienten y expresan sus emociones de maneras distintas.
“En una pareja existen dos realidades emocionales: la de él y la de ella”. Las
raíces de estas diferencias pueden ser biológicas, surgir en la infancia y en
los mundos emocionales separados en los que viven niños y niñas mientras
crecen. A los varones y a las hembras se les brindan lecciones muy distintas sobre
el manejo de las emociones. Los padres hablan de las emociones más con las
niñas que con los niños. Las madres muestran una gama de emociones más amplia
con las niñas que con los niños. Debido a las diferencias emocionales, las
niñas desarrollan la facilidad con respecto al lenguaje más rápido que los
niños, y son más expertas en expresar sus sentimientos y más hábiles que los
niños para usar palabras que exploran y sustituyen reacciones emocionales,
tales como peleas físicas. “En resumen, estos contrastes en el aprendizaje de
las emociones favorecen habilidades muy distintas: las chicas se vuelven
expertas en interpretar las señales emocionales verbales y no verbales y en
expresar y comunicar sus sentimientos, y los chicos en minimizar las emociones que
tienen que ver con la vulnerabilidad, la culpabilidad, el temor y el daño”.
Hombres
y mujeres desean y esperan cosas muy distintas de una conversación: los hombres
se contentan con hablar cosas, mientras que las mujeres buscan la conexión
emocional. Las mujeres muestran más empatía que los hombres. Suele ser más
fácil interpretar los sentimientos observando el rostro de una mujer que el de
un hombre. Las mujeres expresan toda una gama de emociones con mayor intensidad
y más constancia que de los hombres. Las mujeres son más emocionales que los
hombres. “Todo esto significa que, en general, las mujeres llegan al matrimonio
preparadas para desempeñar el papel de administradora emocional, mientras los
hombres llegan con mucho menos apreciación de la importancia de esta tarea para
ayudar a que la relación sobreviva”. Según Ted Huston, para las esposas, la
intimidad significa hablar de cosas profundamente, sobre todo hablar de la
relación misma. Los hombres no comprenden lo que sus esposas quieren de ellas. “Ellos
dicen: yo quiero hacer cosas con ella, y lo único que quiere es hablar”. Las
mujeres son más sensibles a una expresión de tristeza del hombre que ellos para
detectar la tristeza de una mujer. Los hombres son más optimistas con respecto
a la estabilidad del matrimonio, mientras las mujeres son más sensibles a los
problemas. “De hecho, temas tan específicos como con cuanta frecuencia hacer el
amor, cómo disciplinar a los hijos o cuántas deudas y ahorros resultan
aceptables, no son los que unen o rompen un matrimonio. En todo caso, es la
forma en que una pareja discute esos temas críticos lo más importante para el
destino del matrimonio. El simple hecho de haber alcanzado un acuerdo acerca de
cómo discrepar es clave para la supervivencia marital; hombres y mujeres tienen
que superar las diferencias innatas de género para abordar las emociones más
fuertes. Si no lo logran, las parejas son vulnerables a la ruptura emocional
que finalmente puede quebrar su relación”.
-
La crítica áspera y las quejas
La
crítica áspera, como las quejas expresas en forma despectiva o con mordacidad,
en muchos casos conduce al divorcio. Se debe criticar el hecho o la acción
molesta, y no a la persona. Una queja o reclamo respetuoso sobre algo que le
disguste del cónyuge no lo afecta. “Las diferencias entre quejas y críticas
personales son sencillas. Es una queja, la esposa afirma específicamente qué la
perturba, y critica la acción de su esposo, y no a su esposo, diciendo lo que
le hizo sentir… Es una expresión de inteligencia emocional básica: positiva, no
beligerante ni pasiva. La crítica áspera hace sentir a la pareja avergonzada,
disgustada, inculpada y defectuosa. Esta actitud puede conducir a que se
defienda y ataque, antes que resolver el problema. La crítica cargada de desdén
es destructiva. El desdén surge fácilmente con la ira; suele expresarse no sólo
en las palabras utilizadas, sino también en un tono de voz y en una expresión
airada. Su forma más evidente es la burla o insulto… Pero igualmente dañino es
el lenguaje corporal que expresa desdén, sobre todo la sonrisa burlona…”
-
Los pensamientos tóxicos de los cónyuges
Las
conversaciones entre esposos con dificultades en su relación, algunas veces
involucran frases verbalizadas y mudas, es decir, molestos por algo dicen una
cosa y piensan otra, para no ofender. Así uno se cree víctima y el otro piensa
que es tratado injustamente. Parejas así están en problemas que alimentan con
la ira y el daño. Quien cree ser víctima vive analizando lo que su pareja hace,
con el fin de confirmar que es víctima. Los dos se vuelven pesimistas y se
exponen a asaltos emocionales perturbadores. Los esposos violentos “ven
intentos hostiles incluso en los actos más neutros de sus esposas, y utilizan
una interpretación errónea para justificar ellos mismos su propia violencia”.
Los hombres que piensan que pueden ser abandonados, se vuelven violentos con su
esposa. “El efecto neto de estas perturbadoras actitudes es crear una crisis
incesante, ya que disparan el asalto emocional más frecuentemente y hacen que
resulte más difícil recuperarse del daño y furia resultantes. Gottman utiliza
el acertado término desbordamiento para esta susceptibilidad a la frecuente
perturbación emocional; los esposos o las esposas desbordadas están tan
abrumados por la negatividad de su pareja y por sus propias reacciones ante
ésta que se sienten hundidos por sentimientos espantosos y fuera de control.
Las
personas que están desbordadas no pueden oír sin distorsión ni responder con
lucidez; les resulta difícil organizar su pensamiento y caen en reacciones
primitivas. Simplemente quieren que las cosas se detengan, o quieren salir
corriendo o, a veces, devolver los golpes.
El
desbordamiento es el asalto emocional que se perpetúa a sí mismo… Por su
puesto, la mayoría de los esposos y esposas padecen estos intensos momentos
cuando pelean… cosa muy natural. El problema de un matrimonio comienza cuando
uno u otro cónyuge se siente desbordado casi constantemente. Entonces se siente
abrumado por su pareja, está siempre en guardia por si surge algún asalto
emocional o una injusticia, adopta una actitud de extrema alerta ante cualquier
señal de ataque, insulto o queja, seguramente reaccionará excesivamente ante la
menor señal”.
-
Diferencias de género en la vida emocional
Los
esposos consideran desagradable y repugnante sentirse trastornados durante un
desacuerdo matrimonial; las esposas no les importan demasiado. Más hombres que
mujeres reaccionan con el desbordamiento ante las críticas de su pareja. A los
esposos les lleva más tiempo recuperarse fisiológicamente del desbordamiento.
Los hombres quieren evitar las confrontaciones emocionales, pero las mujeres
buscan suscitarlas. “En general, a las mujeres no les importa zambullirse en la
desagradable situación de una riña matrimonial tanto como a los hombres”.
-
¿Qué protege el matrimonio?
“En
general hombres y mujeres necesitan diferente sintonía emocional. En el caso de
los hombres, el consejo consiste en que no soslayen (eludan) el conflicto sino
que se den cuenta de que cuando la esposa plantea alguna queja o desacuerdo,
tal vez lo está haciendo como un acto de amor, intentando mantener la salud y
el desarrollo de la relación. Cuando las quejas fermentan, aumentan de
intensidad hasta que se produce una explosión; cuando son ventiladas y se resuelven,
disminuye la presión. Pero los esposos deben comprender que la ira y el
descontento no son sinónimos de ataque personal: las emociones de las esposas a
menudo son simples llamadas de atención que enfatizan la fuerza de sus
sentimientos con respecto al problema.
Los
hombres también deben estar en guardia para no crear un cortocircuito en la
discusión al ofrecer una solución práctica prematura: es típicamente más
importante para una esposa sentir que el esposo escucha sus quejas y empaliza
con sus sentimientos sobre el tema. Ella puede interpretar que el consejo que
él le ofrece es una forma de considerar intrascendentes sus sentimientos. Los
esposos que son capaces de soportar el calor de la ira en lugar de desdeñar las
quejas de ellas como algo insignificante ayudan a sus esposas a sentirse
escuchadas y respetadas. Más aún, las esposas quieren que sus sentimientos sean
reconocidos y respetados como válidos, aunque sus esposos discrepen. Con mucha
frecuencia, cuando una esposa siente que su punto de vista es escuchado y sus
sentimientos registrados, se serena.
En
cuanto a las mujeres, el consejo es bastante similar. Dado que el problema
principal de los hombres es que sus esposas son demasiado intensas al expresar
sus quejas, ellas deben hacer un esfuerzo y tener el cuidado de no atacar a sus
esposos: quejarse de lo que él hizo, pero criticarlo como persona ni expresar desdén.
Las quejas no son ataques al carácter, sino más bien una clara afirmación de
que un acto determinado resulta perturbador. Un ataque personal airado
conseguirá casi con certeza que el esposo adopte una actitud defensiva o se
bloquee, lo cual resultará aún más frustrante y sólo logrará intensificar la
disputa. También ayuda que la queja de la esposa se coloque en un contexto más
amplio que tranquilice al esposo con respecto al amor que ella siente por él”.
-
Incorporar inteligencia emocional al matrimonio
“Dado
que sentirse escuchado a menudo es exactamente lo que busca el cónyuge
agraviado, un acto de empatía emocional es un reductor magistral de la tensión.
Una estrategia general para lograr que un matrimonio funcione no consiste en
uno concentrarse en los temas específicos por los que discuten las parejas
sino, en todo caso, en cultivar una inteligencia emocional compartida,
mejorando así las posibilidades de resolver los problemas”. Las competencias
emocionales como la serenidad, la empatía, la asertividad y el saber escuchar,
pueden hacer más probable que una pareja soluciones sus problemas, diferencias
o conflictos de manera satisfactoria y armónica. “Esto hace posible desacuerdos
saludables y las peleas buenas que permiten a un
matrimonio florecer y superar las negatividades que, si se dejan crecer, pueden
destruir un matrimonio”.
-
Hábitos emocionales en pareja
- Serenarse. Manejar los impulsos tendientes a la acción es básico para la inteligencia emocional. Como la capacidad de escuchar, pensar y hablar con claridad y lucidez se disuelve durante un conflicto o perturbación emocional, serenarse es un paso sumamente constructivo para la solución de las desavenencias en pareja.
- La desentoxicante charla con uno mismo. “Debido a que el desbordamiento queda activado por los pensamientos negativos con respecto a la pareja resulta útil que el esposo o la esposa que se siente perturbado por estos juicios ásperos los enfrente directamente. Sentimientos como: No voy a aceptar esto nunca más o No merezco este tipo de trato, son frases típicas de la víctima inocente o la indignación absoluta. Como señala el terapeuta cognitivo Aaron Beck, al captar estos pensamientos y desafiarlos –en lugar de simplemente sentirse furioso o herido por ellos- el esposo o la esposa pueden empezar a sentirse libres de su dominio”.
- Escuchar y hablar sin estar a la defensiva. “Escuchar es una habilidad que mantiene a la pareja unida. Incluso en el fragor de una discusión, cuando ambos están dominados por el asalto emocional, uno u otro –y a veces los dos- pueden hacer el esfuerzo de escuchar más allá de la ira, y oír y responder al gesto reparador del otro miembro de la pareja…
La forma más poderosa de atención no defensiva es la empatía: escuchar
realmente los sentimientos que haya detrás de lo que se dice… El hecho de que
un cónyuge empatice realmente con el otro exige que sus propias reacciones
emocionales se serenen hasta el punto en que él sea lo suficientemente
receptivo para que su propia fisiología logre reflejar los sentimientos de su
pareja. Sin esta sintonía fisiológica, la noción que un cónyuge tiene de lo que
está sintiendo el otro probablemente cederá de todo fundamento.
La empatía se deteriora cuando los propios sentimientos son tan intensos
que no permiten una armonización fisiológica sino que simplemente dominan todo
lo demás… El arte de hablar de una manera no defensiva en el caso de las
parejas se centra en mantener lo que se dice en el plano de una queja
específica en lugar de convertirlo en un ataque personal… En resumen, en la
comunicación abierta no hay intimidación, amenazas ni insultos. Tampoco da
lugar a ninguna de las innumerables formas de actitud defensiva: excusas,
negación de la responsabilidad, contraataque con críticas y cosas por el
estilo. También en este caso la empatía es una herramienta poderosa”.
- Práctica. “Debido a que estas maniobras deben realizarse durante el fragor de la confrontación, cuando la excitación emocional seguramente es elevada, para que resulten accesibles cuando más las necesitamos deben estar incorporadas a nuestra formación. Esto se debe a que el cerebro emocional adopta esas rutinas de respuesta que fueron aprendidas en las primeras etapas de la vida, durante momentos repetidos de ira y dolor, y por eso se vuelven dominantes.
Dado que la memoria y la respuesta son específicas de la emoción, en
tales situaciones las reacciones asociadas con momentos más serenos son menos
fáciles de recordar y de llevar a la práctica. Si una respuesta emocional más
productiva resulta poco familiar o no está muy practicada, es sumamente difícil
intentarla en medio de un malestar. Pero si una respuesta es practicada de modo
tal que se convierte en algo automático tiene mejores posibilidades de
encontrar expresión durante una crisis emocional. Por estas razones, las
estrategias mencionadas anteriormente deben ser puestas en práctica y ensayadas
durante aquellos encuentros que no estén dominados por la tensión, así como en
el fragor de la batalla, si queremos que tengan la posibilidad de convertirse
en una primera respuesta adquirida en el repertorio del circuito emocional”.
10
MANEJARSE CON EL CORAZON
-
Líderes inteligentes emocionalmente
Teniendo
en cuenta los nuevos paradigmas, la globalización, el incremento de la
tecnología y los cambios, el líder debe aplicar la inteligencia emocional,
porque cuando el líder está estresado o emocionalmente perturbado, “no puede
recordar, atender, aprender ni tomar decisiones con claridad. El estrés hace
que la gente se vuelva estúpida. En el aspecto positivo imaginemos los
beneficios que tiene para el trabajo el ser hábil en las competencias
emocionales básicas: estar sintonizados con los sentimientos de aquellas
personas con quienes tratamos, ser capaces de resolver desacuerdos para que no
se agudicen, tener la habilidad de atravesar estados de fluidez mientras
trabajamos. Liderazgo no es dominación,
sino el arte de persuadir a la gente a trabajar hacia un objetivo común. Y
en términos del manejo de nuestra propia carrera, puede no haber nada más
fundamental que reconocer nuestros más profundos sentimientos con respecto a lo
que hacemos… y los cambios que podrían hacernos sentir más auténticamente
satisfechos con nuestro trabajo”.
-
La retroalimentación
En
teoría de sistemas, es el intercambio de datos o información acerca de cómo
está funcionando una parte del sistema. Como en una empresa todos pertenecen al
sistema, la retroalimentación es fundamental. Algunos gerentes manejan
inadecuadamente la retroalimentación. La efectividad, la satisfacción y la
productividad dependen de cómo el gerente haga las críticas o cómo hable de los
problemas de la empresa. “De hecho, la manera en que se dan y se reciben
críticas es muy importante para determinar lo satisfecha que está la gente con
su trabajo, con las personas con quienes trabaja, y con las personas ante
quienes es responsable”.
-
La peor manera de motivar
“Las
vicisitudes emocionales presentes en el matrimonio también funcionan en el
lugar de trabajo, donde adoptan formas similares. Las críticas se expresan como
ataques personales más que como quejas sobre las que se puede actuar; existen
acusaciones ad hominem con dosis de
disgusto, sarcasmo y desdén; ambas cosas dan origen a la actitud defensiva y la
evasión de responsabilidad y, finalmente, al bloqueo o a la amarga resistencia
pasiva que se produce al sentirse injustamente tratado. En efecto, una de las
formas más comunes de crítica destructiva en el lugar de trabajo es una
afirmación global y generalizada como estás
estropeando cosas, manifestada en tono duro, sarcástico y furioso, sin
permitir la posibilidad de responder ni dar ninguna sugerencia acerca de cómo
hacer las cosas mejor. Desde el punto de vista de a la inteligencia emocional,
esta crítica muestra una ignorancia de los sentimientos que provocará en
aquellos que la reciben, y del efecto devastador que esos sentimientos tendrán
en su motivación, su energía y su confianza para hacer el trabajo”.
-
La crítica ingeniosa
Esta
puede ser un mensaje muy útil que envíe un gerente. “Una crítica ingeniosa se
centra en lo que la persona ha hecho y puede hacer en lugar de convertir un
rasgo del carácter en un trabajo mal hecho”. Según Harry Levinson, en el arte
de la crítica se debe ser específico, ofrecer una solución, estar presente y
mostrarse sensible. Ser específico implica centrarse en los detalles en el
sentido de decir qué hizo bien o qué hizo mal la persona, y cómo podría
modificarse. No se debe hablar con rodeos ni ser evasivo. Ofrecer una solución
consiste en hacer una crítica que involucre la forma de cómo corregir el
problema, con el fin de no dejar al interlocutor frustrado, desmoralizado o
desmotivado. Estar presente hace referencia a criticar cara a cara y en
privado, para evitar la comunicación impersonal. Mostrarse sensible es acudir a
la empatía y a la sintonía par que el receptor no se sienta afectado con la
crítica. Sin empatía, el gerente podría ser mordaz y destructivo: “en lugar de
abrir el camino para una reparación, crea un contragolpe emocional de
resentimiento, amargura, actitud defensiva y distancia”.
-
El prejuicio
“Los
prejuicios son una especie de aprendizaje emocional que tiene lugar en las
primeras etapas de la vida, haciendo que estas reacciones sean difíciles de
erradicar por completo, incluso en la gente que, en la edad adulta, considera
erróneo mostrarlas”. Los viejos prejuicios no son tan fáciles de suprimir o
modificar debido a que son una variedad de aprendizaje emocional y están
profundamente establecidos. Sin embargo, “lo que sí puede modificarse es lo que
hagan con respecto a ellos”. Los prejuicios nos conducen a la segregación, la
hostilidad, la discriminación, el fanatismo, los estereotipos y la
intolerancia.
Ante
la dificultad de erradicar o modificar los prejuicios, profundamente
arraigados, se debe procurar, a nivel corporativo, “que las normas de un grupo
sean decididamente modificadas adoptando una postura activa contra cualquier
acto de discriminación, desde los niveles gerenciales más elevados hacia abajo.
Las tendencias pueden no ceder, pero los actos del prejuicio pueden ser
reprimidos si el clima se modifica”. Además, hay que descartar el prejuicio
para posibilitar la diversidad, y tratar de “ver las cosas con perspectiva, una
postura que estimula la empatía y la tolerancia. En la medida en que la gente
llega a comprender el dolor de aquellos que se sienten discriminados, tiene más
posibilidades de expresarse contra esto”. La camaradería constante, los
esfuerzos hacia metas comunes, la mezcla social, la eliminación de los
estereotipos negativos y el trabajo conjunto como iguales, generan un espacio
para la modificación de los prejuicios, el favorecimiento de la diversidad y la
práctica de la tolerancia.
-
Comprensión organizada y C.I. grupal
La
inteligencia emocional es el elemento más importante en la inteligencia grupal,
por encima de la inteligencia académica. “La clave para un el C. I. grupal es
la armonía social”. Esta capacidad de armonizar hace que un grupo sea
talentoso, productivo y satisfactorio, y que otro se desempeñe deficientemente.
La sabiduría organizativa (un aspecto de las habilidades sociales), basada en
la inteligencia emocional, involucra la coordinación eficaz de los esfuerzos en
el trabajo de equipo, el liderazgo en el logro del consenso, la capacidad de
ver las cosas desde la perspectiva de los demás, la persuasión, la promoción de
la cooperación mientras se evitan los conflictos, la iniciativa, la
automotivación para asumir responsabilidades más allá del trabajo encomendado,
y el saber administrarnos solos regulando eficazmente el tiempo y los
compromisos de trabajo.
11
MENTE Y MEDICINA
Los
estados emocionales a veces juegan un papel significativo en su vulnerabilidad
ante la enfermedad y durante la recuperación. Las emociones negativas y el
estrés debilitan la eficacia de las diversas células inmunológicas. El estrés
anula la resistencia inmunológica debido a la influencia que ejercen las
hormonas liberadas en estados estresantes (catecolaminas: epinefrina o
adrenalina y norepinefrina o noradrenalina, el cortisol, la prolactina, y los
opiáceos naturales beta-endorfina y encefalina), las cuales bloquean y
obstaculizan las células inmunológicas. Aunque este bloqueo es pasajero, puede
volverse duradero si el estrés es constante e intenso.
El
pánico y la ansiedad elevan la presión sanguínea. Las emociones perturbadoras
son malas para la salud. “Se descubrió que las personas que experimentan
ansiedad crónica, prolongados períodos de tristeza y pesimismo, tensión
continua u hostilidad incesante, cinismo o suspicacia implacables, tenían el
doble riesgo de contraer una enfermedad, incluidas asma, artritis, dolores de
cabeza, úlceras pépticas y problemas cardíacos”.
La
ira tiene un impacto en la función cardiaca. Es la emoción más nociva para el
corazón. La hostilidad nos pone en situación de riesgo. La ira resulta mortal
para quienes padecen enfermedades cardiacas. Aquellos que se enfurecen
frecuentemente tienen tres veces más probabilidades de morir por paro cardiaco
que aquellos que tienen un temperamento más sereno. En personas con niveles
altos de colesterol, el riesgo añadido de la ira es cinco veces más alto. La
ira sola no puede ser la que aumente el riesgo de enfermedad cardiaca, “sino
más bien la intensa emocionalidad negativa de cualquier clase que envía
regularmente a todo el organismo ataques hormonales causados por el estrés… Una
muestra ocasional de hostilidad no es peligrosa para la salud; el problema
surge cuando la hostilidad se vuelve tan constante que define un estilo
personal antagonista, un estilo marcado por repetidos sentimientos de
desconfianza y cinismo y por la tendencia a los comentarios desdeñosos y a los
desprecios, así como a arranques temperamentales y ataques de ira más
evidentes”. La empatía es un bálsamo para la ira.
La
ansiedad es la perturbación provocada por las presiones de la vida. Cuando nos
ayuda a prepararnos para enfrentarnos a algún peligro, nos ha sido útil. “Pero
en la vida moderna, es más frecuente que la ansiedad sea desproporcionada y
esté fuera de lugar; la perturbación se produce ante situaciones con las que
debemos vivir o que son evocadas por la mente, no por peligros reales que
debemos enfrentar. Los ataques de ansiedad repetidos señalan niveles de estrés
elevados”.
La
ansiedad y el estrés agudizan los problemas médicos como molestias
gastrointestinales y el debilitamiento del sistema inmunológico. Las emociones
más mortales en las mujeres son la ansiedad y el temor. Los mayores riesgos en
la saludad los padecen quienes tienen trabajos con tensión elevada porque
tienen exigencias de una gran presión en su desempeño mientras se tiene poco o
ningún control acerca de cómo hacer el trabajo. “En la medida en que cualquier
síntoma se ve empeorado por el estrés y la perturbación emocional, ayudar a los
pacientes a sentirse más relajados y capaces de manejar sus turbulentos
sentimientos a menudo puede ofrecer cierto alivio”. La calidad de las
relaciones es clave para aliviar el estrés. El pesimismo empeora la enfermedad
y conduce a la depresión. El optimismo ayuda a fortalecer el sistema
inmunológico y a tener una rápida y efectiva recuperación en la salud. Las
relaciones negativas son tan perjudiciales, que una discusión marital ejerce un
impacto nocivo en el sistema inmunológico.
CUARTA PARTE
OPORTUNIDADES
12 EL
CRISOL FAMILIAR
“La
familia es nuestra primera escuela para el aprendizaje emocional; en esta caldera aprendemos cómo sentirnos con respecto a nosotros mismos y cómo los
demás reaccionarían a nuestros sentimientos; a pensar sobre estos sentimientos
y a qué alternativas tenemos; a interpretar y expresar esperanzas y temores.
Esta escuela emocional no sólo opera a
través de las cosas que los padres dicen o hacen directamente a los niños, sino
también en los modelos que ofrecen para enfrentarse a los propios sentimientos
y a los que se producen entre marido y mujer. Algunos padres son dotados
maestros emocionales, otros son desastrosos”.
-
Estilos más comunes de paternidad emocionalmente inepta:
- Ignorar los sentimientos en general. Los padres que tienen este estilo tratan las aflicciones emocionales de sus hijos como un problema trivial o aburrido, algo que debe esperar que pase. No logran utilizar los momentos emocionales como una oportunidad para acercarse a su hijo o ayudarlo a aprender una lección en el aspecto emocional.
- Mostrarse demasiado liberal. Estos padres se dan cuenta de lo que siente el niño pero afirman que sea cual fuere, la forma en que el niño se enfrenta a una tormenta emocional siempre inadecuada… incluso si es, por ejemplo, con golpes. Al igual que aquellos que ignoran los sentimientos del niño, estos padres rara vez intervienen, ni intentan mostrar a su hijo una respuesta emocional alternativa. Tratan de suavizar todas las perturbaciones y, por ejemplo, recurrirán a la negociación y a los sobornos para lograr que su hijo deje de estar triste o furioso.
- Mostrarse desdeñoso, y no sentir respeto por lo que su hijo siente. Estos padres son típicamente desaprobadores, duros tanto en sus críticas como en sus castigos. Pueden prohibir, por ejemplo, cualquier manifestación de la ira del niño y castigarlo a la menor señal de irritabilidad. Son los padres que gritan con enojo al niño que intenta dar su versión de los hechos: ¡No me contestes!
-
Ingredientes para educar a los niños por parte de los padres y prepararlos para
la escuela:
- Confianza. La sensación de controlar y dominar el propio cuerpo, la sensación y el mundo; la sensación del niño de que lo más probable es que no fracase en lo que se propone, y de que los adultos serán amables.
- Curiosidad. La sensación de que descubrir cosas es algo positivo y conduce al placer.
- Intencionalidad. El deseo y la capacidad de producir un impacto, y de actuar al respecto con persistencia. Esto está relacionado con una sensación de competencia, de ser eficaz.
- Autocontrol. La capacidad de modular y dominar las propias emociones de maneras apropiadas a la edad; una sensación de control interno.
- Relación. La capacidad de comprometerse con otros, basada en la sensación de ser comprendido y de comprender a los demás.
- Capacidad de comunicación. El deseo y la capacidad de intercambiar verbalmente ideas, sentimientos y conceptos con los demás. Esto está relacionado con una sensación de confianza con los demás y de placer de comprometerse con los demás, incluso con los adultos.
- Cooperatividad. La capacidad de equilibrar las propias necesidades con las de los demás en una actividad grupal.
La
atención o desatención que los padres presten a sus bebes influye en la vida
emocional del adulto. Dependiendo del trato que den sus padres al niño, se
inculcarán lecciones emocionales básicas acerca de lo seguro que el niño está
en el mundo, de lo eficaz que se siente y de cómo dependen de los demás. “Todos
los pequeños intercambios entre padres e hijos tienen un subtexto emocional, y
en la repetición de estos mensajes a lo largo de los años, los niños forman el
núcleo de sus capacidades y de su concepción emocional”.
13
TRAUMA Y APRENDIZAJE EMOCIONAL
-
Estrés postraumático
Se
presenta después de un episodio violento o terrorífico por las marcas profundas
que afectan la psiquis de las víctimas con conductas vigilantes, temores,
sueños perturbadores, pesadillas y otras perturbaciones emocionales. “Los
vívidos y terroríficos momentos se convierten en recuerdos grabados en el
circuito emocional”. Los eventos violentos son muy dañinos porque los afectados
sienten que han sido intencionalmente seleccionados como blancos de la maldad.
“Ese hecho destruye las suposiciones acerca de la honradez de la gente y de la
seguridad del mundo interpersonal… En un instante, el mundo social se convierte
en un lugar peligroso, un lugar donde la gente es una amenaza potencial a la
seguridad… La huella que el horror deja en la memoria -y la consecuente actividad de hipervigilancia
puede durar toda una vida”. Representa un peligroso descenso del punto nervioso
donde se asienta la alarma, lo que genera una reacción ante momentos cotidianos
de la vida como si fueran emergencias. Las víctimas de un trauma devastador
cambian biológicamente. El circuito de asalto emocional deja una poderosa
huella en la memoria: “cuanto más brutales, impactantes y horrendos son los
acontecimientos que disparan el asalto de la amígdala, más indeleble es el
recuerdo”.
Pasos
para la recuperación de un trauma:
- Adquirir una sensación de seguridad.
- Recordar los detalles del trauma y lamentar la pérdida que ha provocado.
- Volver a vivir una vida normal.
14 EL
TEMPERAMENTO NO ES EL DESTINO
-
La timidez infantil
Los
niños propensos al temor, nacen con una neuroquímica que hace que el circuito
nervioso quede fácilmente excitado. Por eso evitan lo desconocido, se alejan de
la incertidumbre y padecen ansiedad. “Los niños tímidos pueden haber heredado
niveles crónicamente elevados de norepinefrina u otras sustancias químicas
cerebrales que activan la amígdala y así crean un umbral lento de
excitabilidad, haciendo que la amígdala resulte activada más fácilmente”.
Hablan menor. Corren el riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad o un
ataque de pánico.
-
El temperamento alegre
Las
emociones de algunas personas se inclinan hacia el optimismo y la tolerancia.
Estas personas tienen una actividad mayor en el lóbulo frontal izquierdo. Son
de temperamento alegre. Les encanta lo que la vida les depara y se sobreponen a
los contratiempos. Sociables y alegres, experimentan una sensación de deleite;
permanecen de buen humor, son seguros de sí mismos y se muestran gratificados
con la vida. Tienen menor riesgo a la depresión y otros trastornos emocionales.
La tendencia a la melancolía o al optimismo surge durante el primer año de
vida. “Las lecciones emocionales de la infancia pueden tener un impacto
profundo sobre el temperamento, ya sea ampliando o amortiguando una
predisposición innata”.
QUINTA PARTE
ALFABETISMO EMOCIONAL
15 EL
COSTO DEL ANALFABETISMO EMOCIONAL
Debido
a que no se enseña a manejar los estados emocionales o el dominio de las
emociones, “esa capacidad de zanjar pacíficamente las diferencias” y llevarnos
bien con uno mismo y los demás, se registran demasiados contratiempos entre los
jóvenes: agresividad, violencia, depresión, ansiedad, drogadicción, trastornos
en la alimentación, enfermedades venéreas y embarazos no deseados.
El
malestar emocional evidencia en los jóvenes un desempeño más pobre en los siguientes
aspectos:
- Aislamiento o problemas sociales. Preferencia por estar solos; tendencia a la reserva; mal humor extremo; pérdida de energía; sentimiento de infelicidad; dependencia exagerada.
- Ansiedad y depresión. Conducta solitaria; diferentes miedos y preocupaciones; necesidad de ser perfectos; sensación de no ser amados; sentimientos de nerviosismo, tristeza y depresión.
- Problemas de la atención o del pensamiento. Incapacidad de prestar atención o permanecer quietos; actuación sin reflexión previa; nerviosismo excesivo que les impide concentrarse; pobre desempeño en las tareas escolares; incapacidad de pensamientos que indiquen preocupación por los demás.
- Delincuencia y agresividad. Vinculación con chicos que se involucran en conflictos; utilización de mentiras y subterfugios; marcada tendencia a discutir; demanda de atención; destrucción de las propiedades de otro; desobediencia en el hogar y en la escuela; obstinación y capricho; exceso de charlatanería; actitud burlona; temperamento acalorado.
El
malestar emocional parece ser el costo universal que la vida moderna tiene para
los niños.
-
La depresión infantil y juvenil
Cada
vez es más evidente la depresión en los niños y jóvenes como consecuencia de la
dinámica de la modernidad, que exige el éxito cueste lo que cueste y nos
arrolla con el impresionante auge y poder del consumismo, la violencia, la
incomprensión, la depresión y el pesimismo de los adultos. La depresión influye
en la dinámica escolar, personal y social de los afectados. “La depresión
interfiere en su memoria y su concentración, haciéndoles más difícil prestar
atención en clase y retener lo que se les enseña”. Muchos no logran dominar la
agresividad y se aíslan fácilmente. Son sensibles a las injusticias y a la
posibilidad de ser tratados injustamente. Se consideran víctimas. Cuando llegan
a su punto máximo de furia, estallan o reparten golpes. Los depresivos perciben
la realidad de manera alterada. Pierden la habilidad para relacionarse con los
demás y la forma de interpretar los contratiempos. “En tanto, que en gran
medida, parte de la tendencia a la depresión obedece casi con certeza a causas
genéticas, algo de esta tendencia parece deberse a reversibles hábitos
pesimistas de pensamiento, que predisponen a los niños a reaccionar ante
cualquier pequeña derrota que sufren en la vida –fracasos escolares, una
discusión con sus padres, un rechazo social-, cayendo en la depresión”.
16
EDUCACION DE LAS EMOCIONES
El
analfabetismo emocional requiere de un compromiso de padres y educadores con el
propósito de educar a los niños en el manejo apropiado de sus emociones. En USA
existen programas académicos para alfabetizar emocionalmente a los niños, pero
muchos padres y maestros no saben que existen. A pesar de estos cursos, ningún
curso es una respuesta para los problemas emocionales.
Dada
la crisis que enfrentamos y enfrentan los niños, y la esperanza que surge de
los cursos de alfabetización emocional, ¿no deberíamos estar enseñando estas
habilidades esenciales para la vida a todos los niños ahora? Las lecciones
sobre las emociones pueden surgir naturalmente en la clase de lectura y
escritura, de salud, de ciencia, de estudios sociales, como de otros cursos
corrientes… Otra de las maneras en que la educación emocional se introduce
dentro de la vida escolar, es ayudando a los maestros a reflexionar acerca de
cómo disciplinar a los alumnos con mala conducta”. Existen formas más adecuadas
de impartir disciplina que la coerción… Se necesita que los maestros vayan más
allá de su misión tradicional, y que los miembros de la comunidad se involucren
más con la actividad escolar. “Más allá de la preparación de los maestros, la
alfabetización emocional amplía la visión que tenemos de la tarea que debe
cumplir la escuela, convirtiéndola en un agente más concreto de la sociedad
para asegurarse de que los niños aprendan estas lecciones esenciales para la
vida, lo que significa un retorno al papel clásico de la educación. Este objetivo
ampliado requiere, aparte de cualquier especificidad que haya en el programa,
la utilización de las oportunidades dentro y fuera de la clase para ayudar a
los niños a trasformar los momentos de crisis personal en lecciones de aptitud
emocional. También funciona mejor cuando las lecciones escolares se coordinan
con lo que ocurre en el hogar. Muchos programas de alfabetización emocional
incluyen las clases especiales para padres, donde se les informa de lo que sus
hijos están aprendiendo, no para complementar lo que se enseña en la escuela
sino para ayudarlos a sentir la necesidad de manejar más eficazmente los
problemas derivados del desarrollo de la vida emocional de sus hijos… En
síntesis, el óptimo desarrollo de alfabetización emocional, se lo sigue a lo
largo de toda la etapa escolar, y a aúna los esfuerzos de la escuela con los de
los padres y los de toda la comunidad”.
Beneficios
para la aptitud emocional y social del niño, para su comportamiento dentro y
fuera del aula, y para su habilidad para aprender:
Autoconocimiento
emocional
-
Mejora el reconocimiento y la designación de las propias emociones.
-
Mayor capacidad para entender las causas de los sentimientos.
-
Reconocimiento de la diferencia entre sentimientos y acciones.
Manejo
de las emociones
-
Mayor tolerancia ante las frustraciones, y control del enojo.
-
Menor cantidad de bromas, peleas e interrupciones de la clase.
-
Mayor capacidad para expresar adecuadamente el enojo, sin pelear.
-
Menos suspensiones y expulsiones.
-
Menos comportamiento agresivo o autodestructivo.
- Más
sentimientos positivos sobre ellos mismos, la escuela y la familia.
-
Mejor manejo del estrés.
-
Menor soledad y ansiedad.
Aprovechamiento
productivo de las emociones
- Más
responsabilidad
-
Mayor capacidad de concentrarse en la tarea que se tiene entre manos y de
prestar atención.
-
Menos impulsividad, mayor autocontrol.
-
Mejores calificaciones escolares.
Empatía:
interacción de las emociones
-
Mayor capacidad para comprender el punto de vista de otra persona.
-
Mejora de la empatía y de la sensibilidad para percibir los sentimientos de los
otros.
-
Mejora la capacidad de escuchar.
Manejo
de las relaciones personales
-
Aumento de la habilidad para analizar y comprender las relaciones.
-
Mejora de la resolución de los conflictos y de la negociación en los
desacuerdos.
-
Mejora en la solución de problemas planteados en las relaciones.
-
Mayor habilidad y actitud positiva en la comunicación.
- Más
popularidad y sociabilidad: actitud amistosa e interesada con sus pares.
-
Mayor preocupación y consideración.
-
Mayor solicitud por parte de sus pares.
- Más
actitud “pro-social” y armoniosa en grupo.
-
Mayor cooperación, ayuda y actitud de compartir.
-
Actitud más democrática en el trato con los otros.
Los
programas de aprendizaje emocional mejoran las calificaciones académicas y el
desempeño escolar. Mejora la capacidad de la escuela para enseñar.
-
El carácter
Es el
conjunto de habilidades que conforman la inteligencia emocional. Es el músculo
psicológico que la conducta moral exige. El desarrollo del carácter es la base
social de las sociedades democráticas. “El carácter está sustentado en la
autodisciplina; la vida virtuosa está basa en el autodominio. La piedra angular
del carácter es la capacidad de motivarse y guiarse uno mismo, ya sea haciendo
los deberes, terminando un trabajo, o levantándose a la mañana… La capacidad de
diferir las gratificaciones y de controlar y canalizar la urgencia de actuar es
una habilidad emocional básica, lo que otrora se llamaba voluntad. Necesitamos
controlarnos a nosotros mismos, nuestros apetitos, nuestras pasiones, para
hacer el bien a otros… Se necesita voluntad para mantener la emoción bajo el
control de la razón”.
“Ser
capaz de dejar de lado el enfoque sobre uno mismo, y de controlas los impulsos,
rinde beneficios sociales: allana el camino hacia la empatía, a escuchar con
atención, a ponerse en el lugar del otro. La empatía conduce a interesarse, al
altruismo, y a la compasión. Ver las cosas desde la perspectiva del otro rompe
los estereotipos preestablecidos, y promueve así la tolerancia y la aceptación
de las diferencias. Estas aptitudes son cada vez más requeridas en nuestra
sociedad crecientemente pluralista, permitiendo a las personas vivir unidas en
respeto mutuo, y creando la posibilidad de un discurso público creativo. Son
las artes fundamentales de la democracia”.
LUIS
ANGEL RIOS PEREA
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