miércoles, 16 de octubre de 2013

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL VISTA POR GOLEMAN



El reconocido sicólogo y filósofo Daniel Golemán, inquieto por la comprensión científica del reino de lo irracional, escribió el libro La inteligencia emocional como “una guía para dar sentido al absurdo”. La realidad violenta y absurda evidencia un desconocimiento de nuestras emociones y la falta de dominio de éstas. Algunos no somos capaces de controlar los estados emocionales. En ese contexto se incrementan “la ineptitud emocional, la desesperación y la imprudencia en nuestras familias, nuestras comunidades y nuestra vida afectiva”. En el aumento de casos de depresión se evidencia una extendida enfermedad emocional. Las habilidades emocionales o inteligencia emocional incluyen autodominio, celo (diligencia),  persistencia y capacidad de automotivación. La inteligencia emocional se relaciona con el sentimiento, el carácter y los instintos morales. Golemán intenta penetrar científicamente en las emociones, y su propósito es “comprender qué significa proporcionar inteligencia a la emoción y cómo hacerlo”. La inteligencia emocional es la habilidad que ayuda a las personas a vivir en armonía. Es la habilidad de armonizar “cabeza” (razón) y “corazón” (sentimientos). Es aplicarle inteligencia a las emociones. He aquí su resumen:

PRIMERA PARTE

EL CEREBRO EMOCIONAL

  1. ¿PARA QUÉ SON LAS EMOCIONES?

-          Cuando las pasiones aplastan a la razón

Así se hayan creado normas legales y éticas para someter, dominar y domesticar la vida emocional, las pasiones dominan a la razón. La manera de interrelacionarnos está moldeada por nuestros juicios racionales, historia personal y pasado ancestral. “Con demasiada frecuencia nos enfrentamos a dilemas posmodernos con un repertorio emocional adaptado a las urgencias del pleistoceno”. Cada emoción prepara al organismo para una clase distinta de respuesta.  “En esencia, todas las emociones son impulsos para actuar, planes instantáneos para enfrentarnos a la vida que la evolución nos ha inculcado. La raíz de la palabra emoción es motere, el verbo latino mover, además del prefijo e, que implica alejarse, lo que sugiere que en toda emoción hay implícita una tendencia a actuar”.
-          La mente racional

La mente racional es la forma de comprensión de la que somos típicamente conscientes: más destacada en cuanto a la conciencia, reflexiva, capaz de analizar y meditar. Le lleva más tiempo registrar y responder. Realiza conexiones lógicas entre causas y efectos.


-          La mente emocional

La mente emocional es impulsiva y poderosa. Es más rápida que la mente racional. Se pone en acción sin detenerse ni un instante a pensar en lo que está haciendo. “Las emociones que surgen de la mente emocional acarrean sensación de certeza especialmente fuerte, una consecuencia de una forma sencilla y simplificada de ver las cosas que puede ser absolutamente desconcertante para la mente racional. Después de haber actuado bajo la poderosa influencia de la mente emocional nos preguntamos por qué hicimos eso”.

Su rapidez descarta la reflexión deliberada y analítica que el sello de la mente pensante. Entre más intenso es el sentimiento, más dominante es la mente emocional, y más ineficaz la mente racional. Puede interpretar una realidad emocional en un instante, emitiendo los juicios intuitivos que nos dicen con quién debemos ser cautelosos, en quién podemos confiar, quién está afligido. Es nuestro radar para percibir el peligro. Nos impulsa a responder a acontecimientos urgentes sin perder tiempo evaluando si debemos reaccionar, o cómo debemos responder. No decide qué emociones deberíamos tener.

Su lógica es asociativa; toma elementos que simbolizan una realidad, o dispara un recuerdo de la misma, para ser igual a esa realidad. El arte, las novelas, las canciones, la literatura, los símiles, las metáforas y las imágenes le hablan directamente. Es indiscriminada y conecta cosas que simplemente tienen características llamativamente parecidas.

Es infantil, y cuanto más lo es, más fuertes son las emociones. El modelo infantil de la mente emocional es autoconfirmador y suprime o pasa por alto recuerdos o hechos que socavarían sus convicciones y se aferra a aquellos que las sustentan. “Las convicciones de la mente racional son tentativas; una nueva evidencia puede descartar una creencia y reemplazarla por una nueva, ya que razona mediante la evidencia objetiva. La mente emocional, sin embargo, considera sus convicciones como absolutamente ciertas, y así deja de lado cualquier evidencia en contra. Por eso resulta tan difícil razonar con alguien que está emocionalmente perturbado: no importa la sensatez del argumento que se le ofrezca desde un punto de vista lógico: éste no tiene ninguna validez si no es acorde con la convicción emocional del momento. Los sentimientos son autojustificadores y cuentan con un conjunto de percepciones y pruebas propias”.
 
-          Cómo funciona la mente racional y la mente emocional

Las dos funcionan, en gran parte, de manera armónica, “entrelazando sus diferentes formas de conocimiento para guiarnos por el mundo”. Son facultades semiindependientes. Cuando aparecen las pasiones, la mente emocional domina a la mente racional. “El funcionamiento de la mente emocional es en gran medida específico del estado, dictado por el sentimiento particular ascendente en un momento dado. La forma en que pensamos y actuamos cuando nos sentimos románticos es totalmente diferente de la forma en que nos comportamos cuando estamos furiosos o desalentados; en el mecanismo de la emoción, cada sentimiento tiene su propio repertorio definido de pensamiento, reacciones, incluso recuerdos. Estos repertorios específicos del estado se vuelven más predominantes en momentos de intensa emoción”. 

- Cómo creció el cerebro

El cerebro emocional existe antes que el cerebro racional. El olfato es la raíz primitiva de la vida emocional, luego apareció el sistema límbico (de limbos = borde), que nos somete “cuando estamos dominados por el anhelo o la furia, trastornados por el amor o retorcidos de temor”, además de refinar el aprendizaje y la memoria. Después surge la neocorteza cerebral, que añadió lo definitivamente humano. “La neocorteza es el asiento del pensamiento; contiene los centros que comparan y comprenden lo que perciben los sentidos. Añade a un sentimiento lo que pensamos sobre él, y nos permite tener sentimientos con respecto a las ideas, el arte, los símbolos y la imaginación”. Agrega un matiz a la vida emocional. “La neocorteza permite la sutileza y complejidad de la vida emocional, como la capacidad de tener sentimientos con respecto a nuestros sentimientos”. 


2. ANATOMIA DE UN ASALTO EMOCIONAL

-          El asiento de la pasión

Los estallidos emocionales, como asaltos o ataques nerviosos, se origina en la amígdala, un centro del cerebro límbico. La amígdala, un conjunto de estructuras interconectadas que se asientan sobre el tronco cerebral, cerca de la base del anillo límbico, “actúa como depósito de la memoria emocional”. De ella dependen los afectos y las pasiones. Es el centro de la acción y ejerce el control sobre lo que hacemos. La vida sin amígdala está despojada de significados personales.

Tenemos dos amígdalas, una a cada costado del cerebro. El hipocampo y la amígdala se ocupan de la mayor parte del aprendizaje y el recuerdo del cerebro. Es la especialista en asuntos emocionales. Desencadena las lágrimas. Es el centinela emocional. “El hipocampo es crucial para reconocer que un rostro determinado es el de nuestra prima. Pero es la amígdala la que añade que en realidad no nos gusta”. La amígdala y el hipocampo trabajan de común acuerdo en la memoria; “cada uno almacena y recupera su información especial de manera independiente. Mientras el hipocampo recupera información, la amígdala decide si esa información tiene alguna valencia emocional. Pero la amígdala, que madura muy rápidamente en el cerebro del niño, tiene muchas más probabilidades de estar totalmente formada en el momento del nacimiento”.

El papel de la amígdala en la infancia sustenta el principio básico del psicoanálisis: “las interacciones de los primeros años de la vida proporcionan un conjunto de lecciones emociones basadas en la adaptación y en las dificultades de los contactos entre el niño y las personas que se ocupan de él”. La amígdala nos pone en acción durante emergencias.

-          Armonía entre emoción y pensamiento.

La emoción es importante en la toma de decisiones correctas y en el pensamiento claro. Los sentimientos son típicamente indispensables para las decisiones racionales, porque señalan la dirección correcta, donde la pura lógica puede ser mejor utilizada. “El cerebro emocional está tan comprometido en el razonamiento como lo está el cerebro pensante”. En la dinámica sentimiento-pensamiento, las emociones guían nuestras decisiones momentáneas trabajando en colaboración con la mente racional y permitiendo el pensamiento mismo. Tenemos dos cerebros, dos mentes e inteligencia racional. Nuestro quehacer está determinando por éstos. El intelecto opera óptimamente con la inteligencia emocional. “La complementariedad del sistema límbico y la neocorteza, de la amígdala y los lóbulos frontales, significa que cada uno de ellos es un socio pleno de la vida mental. Cuando interactúan positivamente, la inteligencia emocional y la capacidad intelectual aumentan. Entre razón y sentimiento debe haber armonía, porque “el nuevo paradigma nos obliga a armonizar cabeza y corazón”.

SEGUNDA PARTE

LA NATURALEZA DE LA INTELIGENIA EMOCIONAL

3. CUANDO LO INTELIGENTE ES TONTO

-          La inteligencia emocional y el destino

Algunas personas inteligentes o con un Cociente Intelectual (CI) elevado muchas veces comenten actos absurdos o irracionales, y son malos conductores de su vida privada. “La inteligencia académica tiene poco que ver con la vida emocional. Las personas más brillantes pueden hundirse en los peligros de las pasiones desenfrenadas y de los impulsos incontrolables”.

En ciertos casos, el CI sólo contribuye en un 80% a los factores que determinan el éxito. Superando a la inteligencia académica, surge la inteligencia personal, que nos brinda habilidades tales como ser capaces de automotivarnos y persistir frente a las decepciones; controlar el impulso y mejorar la gratificación, regular el humor y evitar que los trastornos disminuyen la capacidad de pensar; mostrar empatía y ser optimistas. En tanto que el CI no se puede modificar demasiado con la experiencia ni la educación, “las aptitudes emocionales fundamentales pueden en efecto ser aprendidas y mejoradas por los niños”.

La inteligencia académica no ofrece una adecuada preparación para los trastornos o las oportunidades que involucra la vida. Un CI elevado no es garantía de prosperidad, prestigio o felicidad. La vida emocional requiere habilidades. “La aptitud es una meta-habilidad y determina lo bien que podemos utilizar cualquier otro talento, incluido el intelecto puro”. Las personas emocionalmente expertas, es decir, las que conocen y manejan bien sus propios sentimientos e interpretan y se enfrentan con eficacia a los sentimientos de los demás, tienen más ventajas y se relacionan mejor amorosa e íntimamente. “Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas también tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad; las personas que no pueden poner cierto orden en su vida emocional libran batallas interiores que sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad”.

-          Las inteligencias académica e interpersonal

Howard Gardner y sus colaboradores formularon una teoría sobre la inteligencia que involucra gran espectro de inteligencias para tener éxito: Un primer grupo de inteligencias, conocida como inteligencias académicas, se compone de las siguientes: 1. Inteligencia musical (habilidades en tareas musicales). 2. Inteligencia quinestésica-corporal (la que poseen bailarines, actores, atletas y médicos). 3. Inteligencia lógico-matemática (habilidades para resolver problemas y para el pensamiento científico). 4. Inteligencia lingüística (habilidades para producir y emplear el lenguaje). 5. Inteligencia espacial (habilidades para realizar configuraciones espaciales, como las que emplean los artistas y los arquitectos). Un segundo grupo lo componen la inteligencia interpersonal e intrapersonal. La inteligencia interpersonal son las habilidades para interactuar con los demás, tales como sensibilidad hacia los estados de ánimo, temperamentos, motivaciones e intenciones de los demás. La inteligencia intrapersonal es el autoconocimiento de los aspectos internos: acceso a los sentimientos y emociones individuales.

Gardner, que enfatiza en la inteligencia interpersonal, sostiene que ésta produce destrezas interpersonales y capacidades intrapsíquicas (satisfacción interior que surge de armonizar la vida para que esté de acuerdo con los genuinos sentimientos personales), y genera habilidades para el liderazgo, la capacidad de interrelacionarnos armónicamente, la capacidad de resolver conflictos y destreza en el análisis social. “La inteligencia interpersonal es la capacidad para comprender a los demás: qué los motiva, cómo operan, cómo trabajar cooperativamente con ellos… Es una capacidad correlativa, vuelta hacia el interior. Es la capacidad de formular un modelo preciso y realista de uno mismo y ser capaz de usar ese modelo para operar eficazmente en la vida”. Gardner indica que el núcleo de la inteligencia interpersonal incluye las capacidades para discernir y responder adecuadamente al humor, el temperamento, las motivaciones y los deseos de los demás. Es la clave para el autoconocimiento.

Pero la inteligencia interpersonal, que pone de relieve la cognición, explora muy poco el papel de las emociones, ignorando que el reino de las emociones se extiende más allá del alcance del lenguaje y la cognición. Gardner y sus colaboradores  no profundizaron en el papel que juega el sentimiento en la inteligencia emocional debido a que se centraron en las cogniciones acerca del pensamiento, dejando sin explorar “el rico mar de emociones que hace que la vida interior y las relaciones sean tan complejas, tan apremiantes y a menudo tan desconcertantes”. Tampoco analizaron la noción de que hay inteligencia en las emociones y que puede aplicarse inteligencia a las emociones. El modelo cognitivo es una pobre visión de la mente que no logra explicar la tormenta y la pasión de los sentimientos que dan sabor al intelecto. Rompiendo con este modelo, la psicología empezó a valorar el poder y las virtudes de las emociones de la vida mental, así como sus peligros.

-          ¿Las emociones pueden ser inteligentes?

Meter Salovey ha descrito en detalle las formas en que podemos aplicar inteligencia a nuestras emociones. Incluye la inteligencia interpersonal en su definición básica de inteligencia emocional, ampliando estas capacidades a las siguientes esferas principales:

  1. Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo (el reconocer un sentimiento mientras ocurre) es la clave de la inteligencia emocional. La capacidad de controlar sentimientos de un momento a otro es fundamental para la penetración psicológica y comprensión de uno mismo… Las personas que tienen una mayor certidumbre con respecto a sus sentimientos son mejores guías de su vida y tienen una noción más segura de lo que sienten realmente con respecto a las decisiones personales, desde con quién casarse hasta qué trabajo aceptar.

  1. Manejar las emociones. Manejar los sentimientos para que sean adecuados es una capacidad que se basa en la conciencia de uno mismo… Las personas que carecen de esta capacidad luchan  constantemente contra sentimientos de aflicción, mientras aquellas que la tienen desarrollada pueden recuperarse con mucha mayor rapidez de los reveses y trastornos de la vida.


  1. La propia motivación. Ordenar las emociones al servicio de un objetivo es esencial para prestar atención, para la automotivación y para el dominio, y para la creatividad. El autodominio emocional (postergar la gratificación y contener la impulsividad) sirve de base a toda clase de logros. Y ser capaz de internarse en un estado de “fluidez” permite un desempeño destacado en muchos sentidos. Las personas que tienen esta capacidad suelen ser más productivas y eficaces en cualquier tarea que emprendan

  1. Reconocer emociones en los demás. La empatía, otra capacidad que se basa en la autoconciencia emocional, es la habilidad fundamental de las personas… Las personas que tienen empatía están mucho más adaptadas a las sutiles señales sociales que indican lo que otros necesitan o quieren. Esto nos hace mejores en profesiones tales como la enseñanza, las ventas y la administración.

  1. Manejar las relaciones. El arte de las relaciones es, en gran medida, la habilidad de manejar las emociones de los demás… Estas son emociones que rodean la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas que se destacan en estas habilidades se desempeñan bien en cualquier cosa que dependa de la interacción serena de los demás; son estrellas sociales.

-          Cociente intelectual e inteligencia emocional

Estos no son conceptos opuestos, son bien distintos. Existe una correlación entre los dos. “El hombre de elevado CI por una amplia variedad de intereses y habilidades intelectuales, es ambicioso y productivo, previsible y obstinado, y no se preocupa por sí mismo. También tiene tendencia a ser crítico y condescendiente, fastidioso e inhibido, se siente incómodo con la sexualidad y la experiencia sensual, es inexpresivo e indiferente, y emocionalmente afable y frío”.

“En contraste, los hombres que tienen una inteligencia emocional elevada son socialmente equilibrados, sociables y alegres, no son pusilánimes ni suelen pensar las cosas una y otra vez. Poseen una notable capacidad de compromiso con las personas y las causas, de asumir responsabilidades y de alcanzar una perspectiva ética; son solidarios y cuidadosos de las relaciones. Su vida emocional es rica y apropiada; se sienten cómodos con ellos mismos, con los demás y con el universo social donde viven”.

“Las mujeres que pertenecen exclusivamente al tipo de CI elevado tienen la seguridad intelectual esperada, expresan fluidamente sus ideas, valoran las cuestiones intelectuales y poseen una amplia variedad de los intereses intelectuales y estéticos. También suelen ser introspectivas, son propensas a la ansiedad, a la reflexión, a los sentimientos de culpabilidad y vacilan cuando se trata de expresar abiertamente su ira (aunque lo hacen indirectamente)”.

“En contraste, las mujeres emocionalmente inteligentes suelen ser positivas y expresan sus sentimientos abiertamente, y se muestran positivas con respecto a ellas mismas; para ellas, la vida tiene significado. Al igual que los hombres, son sociables y expresan sus sentimientos de manera adecuada; se adaptan bien a la tensión. Su aplomo social les permite comunicarse fácilmente con personas nuevas; se sienten lo suficientemente cómodas con ellas mismas para ser alegres, espontáneas y abiertas a la experiencia sensual. A diferencia el CI elevado, rara vez se sienten ansiosas o culpables, ni se hunden en la reflexión”.

4. CONOCETE A TI MISMO

-          La conciencia de uno mismo

Es una forma neutra que conserva la autorreflexión incluso en situaciones emocionales turbulentas. Es ser consciente de nuestro humor y de nuestras ideas sobre este humor. Es una atención progresiva a nuestros estados internos. Es la diferencia que existe entre sentir  rabia asesina con respecto a alguien y elaborar el pensamiento reflexivo. En esta conciencia autoreflexiva la mente observa e investiga la experiencia, incluidas las emociones. “Esta conciencia de las emociones es la competencia emocional fundamental sobre la que se construyen las demás, como el autocontrol emocional”. La conciencia de uno mismo puede ser una atención a estados más internos que no provoque reacción ni juicio. Ésta posee un afecto más poderoso sobre los sentimientos intensos y de aversión. Según John Mayer, la gente suele adoptar estilos característicos para responder y enfrentarse a sus emociones, como:

“Conscientes de sí mismo. Conscientes de sus humores en el momento en que los tienen, estas personas poseen, comprensiblemente, cierta sofisticación con respecto a su vida emocional. Su claridad con respecto a las emociones puede reforzar otros rasgos de su personalidad: son independientes y están seguras de sus propios límites, poseen una buena salud psicológica y suelen tener una visión positiva de la vida. Cuando se ponen de mal humor, no reflexionan ni se obsesionan al respecto, y son capaces de superarlo enseguida. En resumen, su cuidado los ayuda a manejar sus emociones.

Sumergido. Se trata de personas que a menudo se sienten empantanadas en sus emociones y son incapaces de liberarse de ellas, como si el humor las dominara. Son volubles y no muy conscientes de sus sentimientos, por lo que quedan perdidas en ellos en lugar de tener cierta perspectiva. En consecuencia, hacen poco por tratar de librarse del mal humor, y sienten que no controlan su vida emocional. A menudo se sienten abrumadas y emocionalmente descontroladas.

Aceptador. Si bien estas personas suelen ser claras con respecto a lo que sienten, también tienen tendencia a aceptar sus humores, y no tratan de cambiarlos. Al parecer existen dos ramas en el tipo aceptador: los que suelen estar de buen humor y tienen pocos motivos para cambiarlo, y las personas que, a pesar de la claridad que tienen con respecto a su talante, son susceptibles con respecto al mal humor pero lo aceptan con una actitud de “dejar hacer, dejar pasar”, sin hacer nada para cambiarlo a pesar de las perturbaciones que provoca: esta pauta se encuentra entre personas depresivas que están resignadas a su desesperación”.

La conciencia de uno mismo es fundamental para la penetración psicológica, ya que gran parte de la vida emocional es inconsciente. “Los sentimientos que se agitan en nuestro interior no siempre atraviesan el umbral de entrada a la conciencia”. Las emociones inconscientes ejercen un poderoso impacto en la forma en que percibimos y reaccionamos, aunque no tengamos idea de que están funcionando. La conciencia de las propias emociones nos permite superar el mal humor”.

-          Los alexitímicos

La alexitimia (del griego a=sin, y lexis=palabra, y timos=emoción) constituye el evento de no poder expresar las emociones o los sentimientos. Los alexitímicos parecen carecer de sentimientos, “aunque esto pueda deberse en realidad a su incapacidad para expresar emociones más que a una ausencia de las mismas”. Se caracterizan por su dificultad para describir sus sentimientos y los de los demás, y poseer un léxico emocional muy escaso. A veces no pueden distinguir entre una emoción y otra, entre una emoción y una sensación física. “Dan la impresión de ser personas diferentes y extrañas, y que viven en medio de una sociedad dominada por los sentimientos”. Rara vez lloran, pero cuando lo hacen sus lágrimas son abundantes. “No se trata de que los alexitímicos no sientan, sino de que son incapaces de saber –y especialmente incapaces de expresar en palabras- cuáles son exactamente sus sentimientos. Carecen absolutamente de la habilidad fundamental de la inteligencia emocional, la conciencia de uno mismo, que nos permite saber lo que sentimos mientras las emociones se agitan en nuestro interior”.

5 ESCLAVOS DE LA PASION

-          El autodominio

Debemos tener autodomio para no ser esclavos de pasiones, es decir, ser capaces de superar las tormentas emocionales. El autodominio, que es la misma templanza, nos permite el dominio del exceso emocional. Nos ofrece cuidado e inteligencia para conducir equilibradamente la vida. Su objetivo es el equilibrio. “Mantener bajo control nuestras emociones perturbadoras es la clave para el bienestar emocional”. Aunque dominar nuestras emociones es una tarea absorbente, debemos hacerlo porque “el arte de serenarnos es una habilidad fundamental para la vida”. Como el autodominio procura el equilibrio emocional, es importante que el decaimiento y el entusiasmo se equilibren. “El cálculo del corazón es la proporción de emociones positivas y negativas lo que determina la noción de bienestar…” No se trata de evitar los sentimientos tormentosos para estar contentos (a veces el sufrimiento nos hace más fuertes), sino que éstos no pasen desapercibidos y desplacen los estados de ánimo agradables. Cuando la ira, la tristeza y la preocupación son muy intensas y se prolongan más allá de lo conveniente, por falta de autodominio, se transforman en ansiedad crónica, ira incontrolable o depresión.

-          La ira

La ira, una emoción con muchas variedades, es el estado de ánimo más indomable y una de las emociones más negativas. Cuanto más reflexiones sobre lo que motivó nuestra ira, engañosamente encontramos más razones para autojustificarla. “Rumiar una y otra vez un mismo problema aviva la llama de la ira”. Pero si actuamos de manera diferente, podremos elaborar positivamente la situación motivante de la ira, y de esta manera dejaremos de estar furiosos.

Un disparador universal de la ira es la sensación de encontrarse en peligro, signado por una amenaza física real o una amenaza simbólica a la autoestima o a la dignidad: “ser tratado en forma justa o ruda, ser insultado o menospreciado, quedar frustrado en la búsqueda de un objetivo importante”. Esta circunstancia genera energía para atacar o huir, según como el cerebro emocional evalúe la oposición.

La ira puede ser evitada si la información atenuante surge antes de que ésta empiece a actuar. Existen algunas estrategias para calmar la ira:

-Enfrentarse fisiológicamente esperando que pase el aumento adrenalínico en un marco en el que no es probable que no haya más disparadores de la ira. Durante una discusión, liberémonos de la otra persona.

-Distraernos durante la discusión. A través de ésta ponemos fin al ciclo de pensamientos hostiles. Mediante ella es difícil seguir furiosos cuando pasamos por un momento agradable, ya que la distracción altera el mal humor. El truco “consiste en lograr que la ira se enfríe hasta el punto que uno pueda disfrutar realmente de un momento agradable”.

-Quedarnos solos mientras nos calmamos. Es bueno salir a dar un paseo para distensionarnos.

-Relajarnos y respirar profundamente.

-Utilizar la conciencia de uno mismo para captar los pensamientos cínicos u hostiles en el momento en que surgen, así logramos desactivarlos y revalorarlos.

-En lugar de permitir que la ira se manifieste a plenitud, es conveniente tener en cuenta el siguiente planteamiento aristotélico: “Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil. Pero estar furiosos con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil.

-          Las preocupaciones

Las preocupaciones son el núcleo de toda ansiedad. Cuando son moderadas se convierten “en un ensayo de lo que podría salir mal y cómo enfrentarse a ello”. Su objetivo es alcanzar soluciones positivas con respecto a los peligros de la vida, anticipándose a los riesgos antes de que estos existan. El problema no es preocuparnos, sino sobrepreocuparnos. “La dificultad surge con las preocupaciones crónicas y repetitivas, que nunca llevan a una solución positiva. Quienes se preocupan en exceso sólo reflexionan sobre el peligro mismo. “Las personas que se preocupan en exceso y de una manera crónica lo hacen con respecto a una amplia gama de asuntos, la mayoría de los cuales casi no tienen posibilidades de ocurrir; estas personas ven en la vida peligros que otros jamás perciben.

Las preocupaciones parecen surgir de la nada, son incontrolables, generan un murmullo de ansiedad, son impermeables a la razón y bloquean a la persona en un único e inflexible punto de vista acerca del tema que le preocupa”. Las preocupaciones crónicas son contraproducentes porque adoptan la forma de ideas rígidas y estereotipadas en lugar de parecer avances creativos que realmente sirvan para la solución del problema. “Cuando se permite que una preocupación se repita una y otra vez sin ser desafiada, aumenta su poder de persuasión…” Tomar conciencia de uno mismo, relajarnos cuando comienza la preocupación, desafiar activamente los pensamientos inquietantes y adoptar una postura crítica respecto de las suposiciones, son estrategias para evitar la preocupación.

-          La depresión

La depresión se manifiesta con odio para sí mismo, sensación de que no valemos, tristeza, melancolía, sensación de temor y alienación, sofocante ansiedad, insomnio, apatía, aturdimiento, enervación, inquietud, confusión, imposibilidad de concentración mental, fallos de memoria, mente dominada por distorsiones anárquicas, pérdida por el placer, desesperanza, desesperación, vida paralizada y en compás de espera. Preocuparnos por lo que nos deprime hace que la depresión sea aún más intensa y prolongada. “En la depresión, la preocupación adopta diversas formas, todas ellas enfocadas en algún aspecto de la depresión misma: lo cansados que nos sentimos, la poca energía o motivación que tenemos, por ejemplo, o qué poco trabajo estamos haciendo… El hecho de dar vueltas una y otra vez a un mismo problema también puede hacer que la depresión sea más fuerte creando condiciones que son en definitiva más deprimentes”.

Existen dos estrategias para prevenir la recaída de la depresión suave:

-Desafiar los pensamientos en medio de la cavilación: cuestionar su validez y pensar en alternativas más positivas.

-Programar expresamente acontecimientos agradables que sirvan como distracción.  Además, el ejercicio aeróbico es una táctica efectiva para disipar la depresión benigna. El recurso de ver las cosas de una manera diferente, conocido como reestructuración cognitiva, es otro antídoto potente contra la depresión. “Compararse con alguien que está peor resulta increíblemente alentador: de pronto lo que parecía bastante decepcionante no es tan malo”. Ayudar a las personas con problemas también sirve para superar la depresión. Rezar, si uno es creyente, igualmente resulta útil. La táctica más popular para salir de la depresión es la socialización: hacer algo con los amigos o con la familia.

  1. LA APTITUD MAGISTRAL

-          La ansiedad y el buen humor

La preocupación es el núcleo del efecto dañino que la ansiedad ejerce sobre cualquier clase de desempeño mental. La ansiedad mina el intelecto. Los ansiosos tienen más posibilidades de fracasar. La ansiedad sabotea cualquier tipo de rendimiento académico. Entre más preocupaciones, menos rendimos en el estudio. El buen humor nos permite superar la preocupación y la ansiedad. Favorece la capacidad de pensar con flexibilidad y con mayor complejidad, haciendo que resulte más fácil encontrar soluciones a los problemas y nos permite tomar mejores decisiones y planear mejor.

-          La esperanza

Las personas que abrigan esperanzas se fijan metas elevadas y trabajan duro para alcanzarlas.  Es importante en la vida académica y laboral. “Es algo más que el punto de vista alegre de que todo saldrá bien”. La esperanza automotiva y hace sentir a una persona hábil para conseguir sus logros. “Abrigar esperanzas significa que uno no cederá a la ansiedad abrumadora, a una actitud derrotista ni a la depresión cuando se enfrente a desafíos o contratiempos”. La esperanza nos evita dificultades emocionales.

-          El optimismo

El optimismo, emparentado con la esperanza, es una aptitud emocionalmente inteligente. Genera esperanzas. “Ser optimistas, al abrigar esperanzas, significa  tener grandes expectativas de que, en general, las cosas saldrán bien en la vida a pesar de los contratiempos y las frustraciones. Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que evita que la gente caiga en la apatía, en la desesperanza o la depresión ante la adversidad”. El optimismo supera el rechazo o la negativa, que son difíciles de superar para el pesimista porque considera que es un fracasado. El optimista, como sabe que no es responsable del rechazo o del fracaso, piensa que éste se debe a circunstancias del contexto, y cambia su enfoque, estrategia o sus planes para un próximo intento. “Mientras la estructura mental del pesimista conduce a la desesperación, la del optimista genera esperanzas”. El optimismo, la esperanza, la impotencia y la desesperación pueden aprenderse.

- La autoeficacia

La autoeficacia, que es la creencia de que uno tiene dominio sobre los acontecimientos de la vida y de que puede aceptar los desafíos tal como se presentan, nos permite generar y fortalecer el optimismo y la esperanza. “Desarrollar una competencia de cualquier clase refuerza la noción de autoeficacia, haciendo que la persona esté más dispuesta por correr riesgos y a buscar mayores desafíos. Y superar estos desafíos a su vez aumenta la noción de autoeficacia. Esta actitud hace que la gente tenga más probabilidades de utilizar de manera óptima sus habilidades o que haga lo necesario para desarrollarlas… Las personas que tienen una idea de autoeficacia se recuperan de los fracasos; abordan las cosas en función de cómo manejarlas en lugar de preocuparse por lo que pueda salir mal”.

-          El flujo: la neurobiología de la excelencia

El flujo es un fugaz estado de olvido de sí mismo, durante el cual nos surgen ideas, creamos, somos más productivos y alcanzamos la cima de la excelencia. En estado de flujo “la excelencia no requiere ningún esfuerzo”. En lugar de quedar presos del nerviosismo y la preocupación, la persona, durante el flujo, se concentra en sus quehaceres y se olvida de lo demás. Ese estado se caracteriza por una ausencia temporal del yo. La persona asume el perfecto control de lo que está haciendo y sus respuestas están en sintonía con las exigencias cambiantes de su trabajo. El flujo se produce en un instante en que oscila el aburrimiento y la ansiedad. Se logra concentrándose intencionalmente en la tarea a desempeñar. Ser capaz de entrar en el flujo es el punto óptimo de la inteligencia emocional; el flujo representa tal vez lo fundamental en preparar las emociones al servicio del desempeño y el aprendizaje. “En el flujo, las emociones no están contenidas ni canalizadas, sino que son positivas, están estimuladas y alineadas con la tarea inmediata… En el estado de flujo el cerebro está fresco, su excitación e inhibición del circuito nervioso está en sintonía con la exigencia del momento… Pero una clave del estado de flujo es que se produce sólo cuando la capacidad está en su apogeo, las habilidades están bien ensayadas y los circuitos nerviosos son absolutamente eficientes”.

7 LAS RAÍCES DE LA EMPATIA

 “Una habilidad social clave es la empatía, o sea, comprender los sentimientos del otro y su perspectiva, y respetar las diferencias entre lo que cada uno siente respecto a las mismas cosas”. La empatía es la capacidad o la habilidad de saber lo que otra persona siente, de “ponerse en el lugar del otro”. Se construye sobre la conciencia de uno mismo; entre más nos abramos a nuestras emociones, más hábiles seremos para interpretar los sentimientos ajenos.

Los alexitímicos  no son empáticos, porque no tienen idea de sus sentimientos ni de los demás. La compenetración, raíz del interés por los demás. Surge de la sintonía emocional, de la capacidad de empatía. Las emociones que se expresan mediante lenguajes no verbales, no son comprendidas por los alexitímicos. Como la empatía favorece la vida afectiva, los alexitímicos, que no son empáticos y no comprenden, no disfrutan de su afectividad ni generan espacios para que su pareja disfrute.

¿Cómo se desarrolla? Desde la infancia, cuando reaccionan ante el llanto de los demás niños. Empatía viene del griego empatheia (sentir dentro), pero Titchener sostiene que surge de una especie de imitación física de la aflicción de otro, que evoca entonces los mismos sentimientos en uno mismo. La ética y la empatía son raíces del altruismo. Las raíces de la moralidad se encuentran en la empatía. “La misma capacidad para el efecto empático, para ponerse uno mismo en el lugar de otro, lleva a la gente a seguir determinados principios morales”. El nivel de empatía matiza los juicios morales. Algunos criminales, como violadores y abusadores de niños, son incapaces de experimentar empatía. El psicópata o sociópata carece de empatía, compasión o remordimiento. “Los psicópatas tienen una comprensión superficial de las palabras emocionales, una reflexión de superficialidad en el reino afectivo”. 


  1. LAS ARTES SOCIALES

-          Manejar las emociones de otro

Ser capaces de manejar las emociones de otro es el arte de mantener relaciones. Esa actitud exige de habilidades emocionales como serenidad de uno mismo, autogobierno y empatía. Las personas así son eficaces en el trato con los demás. Sin estas habilidades hasta las personas más inteligentes fracasan en sus relaciones, apareciendo como arrogantes, desagradables o insensibles. “Estas habilidades sociales le permiten a uno dar forma a un encuentro, movilizar o inspirar a otros, prosperar en las relaciones íntimas, persuadir e influir, tranquilizar a los demás”.

-          Reglas de demostración

Lo bien o mal que una persona exprese sus propios sentimientos es una competencia social clave en las relaciones interpersonales. Según Paul Ekman, las reglas de demostración se refieren al consenso social acerca de qué sentimientos pueden mostrarse adecuadamente y cuándo. Cada cultura varía en este sentido.

Clases básicas de reglas de demostración:

  1. Minimizar las muestras de emoción. Es una norma japonesa para los sentimientos de aflicción en presencia de alguien con autoridad.

2. Exagerar lo que uno siente magnificando la expresión emocional.

3. Reemplazar un sentimiento por otro.

“Lo bien que uno emplee estas estrategias, y sepa cuándo hacerlo, es un factor de la inteligencia emocional”. Estas reglas se las enseñamos a los niños cuando les indicamos que expresen emociones distintas a las que sienten ante un determinado evento para no herir o molestar a los demás. “La regla que aprende el niño es algo así como: Disfraza tus verdaderos sentimientos cuando puedan lastimar a alguien amas; en lugar de ello sustitúyelo por un sentimiento falso pero menos hiriente. Estas reglas para expresar emociones son algo más que una parte del léxico de los cánones sociales; dictan el impacto que nuestros sentimientos causan a los demás. Seguir bien estas reglas es tener un impacto óptimo; hacerlo deficientemente supone fomentar un desastre emocional”.

-          La expresividad y el contagio emocional

Las emociones son contagiosas. En todo encuentro personal transmitimos señales emocionales que agradan o desagradan a los demás. Si somos hábiles socialmente, controlamos las señales que emitimos. “La inteligencia emocional incluye el manejo de este intercambio, popular y encantadora son los términos que utilizamos para referirnos a la persona con la que nos gusta estar porque sus habilidades emocionales nos ayudan a sentirnos bien. La gente que es capaz de ayudar a otros a calmar sus sentimientos posee un producto social especialmente valioso; son las almas a quienes otros recurren cuando padecen alguna importante necesidad emocional. Todos formamos parte de la caja de herramientas del otro para el cambio emocional, para bien o para mal”. La coordinación de los estados de ánimo es la esencia de la compenetración. La habilidad con que desarrollamos nuestra sincronía emocional con otros, es un determinante de la afectividad interpersonal. Quienes no logran percibir o expresar emociones se exponen a tener problemas en sus relaciones, debido a que los demás se sienten incómodos con ellas, aunque no puedan expresar por qué. “Fijar el tono emocional de una interacción es, en cierto sentido, una señal de dominio en un nivel íntimo y profundo: significa guiar el estado emocional de la otra persona”.

-          Los rudimentos de la inteligencia social

La compenetración es una habilidad emocional esencial para la preservación de las relaciones íntimas: matrimonio, amistad o sociedad comercial. Según Hatch y Gardner, estos son los componentes de la inteligencia interpersonal:

  1. Organización de grupos. Esencial en un líder. Esta habilidad incluye esfuerzos iniciadoras y coordinadores de una red de personas.
  2. Negociación de soluciones. Es el talento del mediador, que previene conflictos o resuelve aquellos que han estallado. Las personas con esta habilidad se destacan en la realización de acuerdos, en arbitrar o mediar en disputas: podrían hacer carrera en la diplomacia, en el arbitraje o en la ley, o como intermediarios  o administradores de adquisiciones. Son los niños que resuelven las disputas en el patio de juegos.
  3. Conexión personal. Es el talento de la empatía y la conexión. Hace que resulte fácil participar en un encuentro o reconocer y responder adecuadamente a los sentimientos y a las preocupaciones de la gente… el arte de las relaciones. Estas personas son ideales para el trabajo en equipo, son esposas confiables, buenos amigos o socios comerciales; en el mundo comercial se desempeñan bien como vendedores o administradores, y pueden ser excelentes maestros.
  4. Análisis social. Supone ser capaz de detectar y mostrar comprensión con respecto a los sentimientos, los motivos y las preocupaciones de la gente. Este conocimiento de cómo se sienten los demás puede conducir a una fácil intimidad o sentido de la compenetración. En su mayor expresión, esta capacidad convierte a la persona en un competente terapeuta o consejero o, combinado con algún talento literario, en un talento novelista o dramaturgo.

“Tomadas en conjunto, estas habilidades son la materia del refinamiento interpersonal, los ingredientes necesarios del encanto, el éxito social, incluso el carisma. Aquellos que son expertos en la inteligencia social pueden relacionarse con las demás personas bastante fácilmente, ser sagaces en la interpretación de sus reacciones y sentimientos, dirigir y organizar y aclarar las disputas que pueden desencadenarse en cualquier actividad humana. Son los líderes naturales, las personas que pueden expresar los sentimientos colectivos tácitos y articulados de tal manera que guíen al grupo hacia los objetivos. Son la clase de personas con las que los demás quieren estar porque resultan emocionalmente enriquecedores: ponen a los demás de buen humor y provocan comentarios como: ¡Qué placer de estar con alguien así!

Estas habilidades interpersonales se basan en otras inteligencias emocionales. Las personas que causan una excelente impresión social, por ejemplo, son expertas en dominar su propia expresión de las emociones, están finamente sintonizadas con las reacciones de los demás, y son capaces de sintonizar continuamente su desempeño social, adaptándolo para asegurarse de que logren el efecto deseado. En este sentido, son como actores expertos.

Sin embargo, estas habilidades interpersonales no están equilibradas por un astuto sentido de las propias necesidades y sentimientos y cómo satisfacerlos, pueden conducir a un éxito social vacío, una popularidad ganada a costa de la verdadera satisfacción propia”.

Así actúan los camaleones sociales, campeones en causar una buena impresión. Así tengan pocas relaciones íntimas estables o satisfactorios, tratan de causar una excelente impresión. No les importa decir una cosa y hacer otra, si eso les facilita ganarse la aprobación social. Una pauta saludable, para ser camaleón social, es encontrar el equilibrio siendo fiel a uno mismo con las habilidades sociales, usándolas con integridad. “Esa es la capacidad de ser fiel a uno mismo lo que permite actuar de acuerdo con los valores y los sentimientos más profundos de uno, al margen de cuáles sean las consecuencias sociales”. El incompetente social padece de disemia (del griego dis = dificultad, y semes = señal), que es la incapacidad de aprendizaje en la esfera de los mensajes no verbales. Los niños que interpretan mal las claves emocionales suelen desempeñarse mal en la escuela.  Tiene habilidad social quien logra aliviar las emociones alteradas de los demás. Es brillantemente emocional quien se enfrenta a una persona iracunda y logra, mediante la refinada habilidad en el fino arte de la influencia emocional, distraerla, mostrándole empatía con sus sentimientos y su perspectiva, y atraer su atención  a un foco alternativo, “algo que le permita armonizar con una gama de sentimientos más positiva… una especie de judo emocional”. Brillantez emocional es saber cómo resolver un conflicto, no cómo iniciarlo.

TERCERA PARTE

INTELIGENCIA EMOCIONAL APLICADA

9 ENEMIGOS INTIMOS

-          Las emociones de la pareja

En la pareja, sus integrantes sienten y expresan sus emociones de maneras distintas. “En una pareja existen dos realidades emocionales: la de él y la de ella”. Las raíces de estas diferencias pueden ser biológicas, surgir en la infancia y en los mundos emocionales separados en los que viven niños y niñas mientras crecen. A los varones y a las hembras se les brindan lecciones muy distintas sobre el manejo de las emociones. Los padres hablan de las emociones más con las niñas que con los niños. Las madres muestran una gama de emociones más amplia con las niñas que con los niños. Debido a las diferencias emocionales, las niñas desarrollan la facilidad con respecto al lenguaje más rápido que los niños, y son más expertas en expresar sus sentimientos y más hábiles que los niños para usar palabras que exploran y sustituyen reacciones emocionales, tales como peleas físicas. “En resumen, estos contrastes en el aprendizaje de las emociones favorecen habilidades muy distintas: las chicas se vuelven expertas en interpretar las señales emocionales verbales y no verbales y en expresar y comunicar sus sentimientos, y los chicos en minimizar las emociones que tienen que ver con la vulnerabilidad, la culpabilidad, el temor y el daño”.

Hombres y mujeres desean y esperan cosas muy distintas de una conversación: los hombres se contentan con hablar cosas, mientras que las mujeres buscan la conexión emocional. Las mujeres muestran más empatía que los hombres. Suele ser más fácil interpretar los sentimientos observando el rostro de una mujer que el de un hombre. Las mujeres expresan toda una gama de emociones con mayor intensidad y más constancia que de los hombres. Las mujeres son más emocionales que los hombres. “Todo esto significa que, en general, las mujeres llegan al matrimonio preparadas para desempeñar el papel de administradora emocional, mientras los hombres llegan con mucho menos apreciación de la importancia de esta tarea para ayudar a que la relación sobreviva”. Según Ted Huston, para las esposas, la intimidad significa hablar de cosas profundamente, sobre todo hablar de la relación misma. Los hombres no comprenden lo que sus esposas quieren de ellas. “Ellos dicen: yo quiero hacer cosas con ella, y lo único que quiere es hablar”. Las mujeres son más sensibles a una expresión de tristeza del hombre que ellos para detectar la tristeza de una mujer. Los hombres son más optimistas con respecto a la estabilidad del matrimonio, mientras las mujeres son más sensibles a los problemas. “De hecho, temas tan específicos como con cuanta frecuencia hacer el amor, cómo disciplinar a los hijos o cuántas deudas y ahorros resultan aceptables, no son los que unen o rompen un matrimonio. En todo caso, es la forma en que una pareja discute esos temas críticos lo más importante para el destino del matrimonio. El simple hecho de haber alcanzado un acuerdo acerca de cómo discrepar es clave para la supervivencia marital; hombres y mujeres tienen que superar las diferencias innatas de género para abordar las emociones más fuertes. Si no lo logran, las parejas son vulnerables a la ruptura emocional que finalmente puede quebrar su relación”.

-          La crítica áspera y las quejas

La crítica áspera, como las quejas expresas en forma despectiva o con mordacidad, en muchos casos conduce al divorcio. Se debe criticar el hecho o la acción molesta, y no a la persona. Una queja o reclamo respetuoso sobre algo que le disguste del cónyuge no lo afecta. “Las diferencias entre quejas y críticas personales son sencillas. Es una queja, la esposa afirma específicamente qué la perturba, y critica la acción de su esposo, y no a su esposo, diciendo lo que le hizo sentir… Es una expresión de inteligencia emocional básica: positiva, no beligerante ni pasiva. La crítica áspera hace sentir a la pareja avergonzada, disgustada, inculpada y defectuosa. Esta actitud puede conducir a que se defienda y ataque, antes que resolver el problema. La crítica cargada de desdén es destructiva. El desdén surge fácilmente con la ira; suele expresarse no sólo en las palabras utilizadas, sino también en un tono de voz y en una expresión airada. Su forma más evidente es la burla o insulto… Pero igualmente dañino es el lenguaje corporal que expresa desdén, sobre todo la sonrisa burlona…”

-          Los pensamientos tóxicos de los cónyuges

Las conversaciones entre esposos con dificultades en su relación, algunas veces involucran frases verbalizadas y mudas, es decir, molestos por algo dicen una cosa y piensan otra, para no ofender. Así uno se cree víctima y el otro piensa que es tratado injustamente. Parejas así están en problemas que alimentan con la ira y el daño. Quien cree ser víctima vive analizando lo que su pareja hace, con el fin de confirmar que es víctima. Los dos se vuelven pesimistas y se exponen a asaltos emocionales perturbadores. Los esposos violentos “ven intentos hostiles incluso en los actos más neutros de sus esposas, y utilizan una interpretación errónea para justificar ellos mismos su propia violencia”. Los hombres que piensan que pueden ser abandonados, se vuelven violentos con su esposa. “El efecto neto de estas perturbadoras actitudes es crear una crisis incesante, ya que disparan el asalto emocional más frecuentemente y hacen que resulte más difícil recuperarse del daño y furia resultantes. Gottman utiliza el acertado término desbordamiento para esta susceptibilidad a la frecuente perturbación emocional; los esposos o las esposas desbordadas están tan abrumados por la negatividad de su pareja y por sus propias reacciones ante ésta que se sienten hundidos por sentimientos espantosos y fuera de control.

Las personas que están desbordadas no pueden oír sin distorsión ni responder con lucidez; les resulta difícil organizar su pensamiento y caen en reacciones primitivas. Simplemente quieren que las cosas se detengan, o quieren salir corriendo o, a veces, devolver los golpes.

El desbordamiento es el asalto emocional que se perpetúa a sí mismo… Por su puesto, la mayoría de los esposos y esposas padecen estos intensos momentos cuando pelean… cosa muy natural. El problema de un matrimonio comienza cuando uno u otro cónyuge se siente desbordado casi constantemente. Entonces se siente abrumado por su pareja, está siempre en guardia por si surge algún asalto emocional o una injusticia, adopta una actitud de extrema alerta ante cualquier señal de ataque, insulto o queja, seguramente reaccionará excesivamente ante la menor señal”.

-          Diferencias de género en la vida emocional

Los esposos consideran desagradable y repugnante sentirse trastornados durante un desacuerdo matrimonial; las esposas no les importan demasiado. Más hombres que mujeres reaccionan con el desbordamiento ante las críticas de su pareja. A los esposos les lleva más tiempo recuperarse fisiológicamente del desbordamiento. Los hombres quieren evitar las confrontaciones emocionales, pero las mujeres buscan suscitarlas. “En general, a las mujeres no les importa zambullirse en la desagradable situación de una riña matrimonial tanto como a los hombres”.

-          ¿Qué protege el matrimonio?

“En general hombres y mujeres necesitan diferente sintonía emocional. En el caso de los hombres, el consejo consiste en que no soslayen (eludan) el conflicto sino que se den cuenta de que cuando la esposa plantea alguna queja o desacuerdo, tal vez lo está haciendo como un acto de amor, intentando mantener la salud y el desarrollo de la relación. Cuando las quejas fermentan, aumentan de intensidad hasta que se produce una explosión; cuando son ventiladas y se resuelven, disminuye la presión. Pero los esposos deben comprender que la ira y el descontento no son sinónimos de ataque personal: las emociones de las esposas a menudo son simples llamadas de atención que enfatizan la fuerza de sus sentimientos con respecto al problema.

Los hombres también deben estar en guardia para no crear un cortocircuito en la discusión al ofrecer una solución práctica prematura: es típicamente más importante para una esposa sentir que el esposo escucha sus quejas y empaliza con sus sentimientos sobre el tema. Ella puede interpretar que el consejo que él le ofrece es una forma de considerar intrascendentes sus sentimientos. Los esposos que son capaces de soportar el calor de la ira en lugar de desdeñar las quejas de ellas como algo insignificante ayudan a sus esposas a sentirse escuchadas y respetadas. Más aún, las esposas quieren que sus sentimientos sean reconocidos y respetados como válidos, aunque sus esposos discrepen. Con mucha frecuencia, cuando una esposa siente que su punto de vista es escuchado y sus sentimientos registrados, se serena.

En cuanto a las mujeres, el consejo es bastante similar. Dado que el problema principal de los hombres es que sus esposas son demasiado intensas al expresar sus quejas, ellas deben hacer un esfuerzo y tener el cuidado de no atacar a sus esposos: quejarse de lo que él hizo, pero criticarlo como persona ni expresar desdén. Las quejas no son ataques al carácter, sino más bien una clara afirmación de que un acto determinado resulta perturbador. Un ataque personal airado conseguirá casi con certeza que el esposo adopte una actitud defensiva o se bloquee, lo cual resultará aún más frustrante y sólo logrará intensificar la disputa. También ayuda que la queja de la esposa se coloque en un contexto más amplio que tranquilice al esposo con respecto al amor que ella siente por él”.

-          Incorporar inteligencia emocional al matrimonio

“Dado que sentirse escuchado a menudo es exactamente lo que busca el cónyuge agraviado, un acto de empatía emocional es un reductor magistral de la tensión. Una estrategia general para lograr que un matrimonio funcione no consiste en uno concentrarse en los temas específicos por los que discuten las parejas sino, en todo caso, en cultivar una inteligencia emocional compartida, mejorando así las posibilidades de resolver los problemas”. Las competencias emocionales como la serenidad, la empatía, la asertividad y el saber escuchar, pueden hacer más probable que una pareja soluciones sus problemas, diferencias o conflictos de manera satisfactoria y armónica. “Esto hace posible desacuerdos saludables  y  las peleas buenas que permiten a un matrimonio florecer y superar las negatividades que, si se dejan crecer, pueden destruir un matrimonio”.

-          Hábitos emocionales en pareja

  1. Serenarse. Manejar los impulsos tendientes a la acción es básico para la inteligencia emocional. Como la capacidad de escuchar, pensar y hablar con claridad y lucidez se disuelve durante un conflicto o perturbación emocional, serenarse es un paso sumamente constructivo para la solución de las desavenencias en pareja.

  1. La desentoxicante charla con uno mismo. “Debido a que el desbordamiento queda activado por los pensamientos negativos con respecto a la pareja resulta útil que el esposo o la esposa que se siente perturbado por estos juicios ásperos los enfrente directamente. Sentimientos como: No voy a aceptar esto nunca más o No merezco este tipo de trato, son frases típicas de la víctima inocente o la indignación absoluta. Como señala el terapeuta cognitivo Aaron Beck, al captar estos pensamientos y desafiarlos –en lugar de simplemente sentirse furioso o herido por ellos- el esposo o la esposa pueden empezar a sentirse libres de su dominio”.

  1. Escuchar y hablar sin estar a la defensiva. “Escuchar es una habilidad que mantiene a la pareja unida. Incluso en el fragor de una discusión, cuando ambos están dominados por el asalto emocional, uno u otro –y a veces los dos- pueden hacer el esfuerzo de escuchar más allá de la ira, y oír y responder al gesto reparador del otro miembro de la pareja…

La forma más poderosa de atención no defensiva es la empatía: escuchar realmente los sentimientos que haya detrás de lo que se dice… El hecho de que un cónyuge empatice realmente con el otro exige que sus propias reacciones emocionales se serenen hasta el punto en que él sea lo suficientemente receptivo para que su propia fisiología logre reflejar los sentimientos de su pareja. Sin esta sintonía fisiológica, la noción que un cónyuge tiene de lo que está sintiendo el otro probablemente cederá de todo fundamento.

La empatía se deteriora cuando los propios sentimientos son tan intensos que no permiten una armonización fisiológica sino que simplemente dominan todo lo demás… El arte de hablar de una manera no defensiva en el caso de las parejas se centra en mantener lo que se dice en el plano de una queja específica en lugar de convertirlo en un ataque personal… En resumen, en la comunicación abierta no hay intimidación, amenazas ni insultos. Tampoco da lugar a ninguna de las innumerables formas de actitud defensiva: excusas, negación de la responsabilidad, contraataque con críticas y cosas por el estilo. También en este caso la empatía es una herramienta poderosa”.

  1. Práctica. “Debido a que estas maniobras deben realizarse durante el fragor de la confrontación, cuando la excitación emocional seguramente es elevada, para que resulten accesibles cuando más las necesitamos deben estar incorporadas a nuestra formación. Esto se debe a que el cerebro emocional adopta esas rutinas de respuesta que fueron aprendidas en las primeras etapas de la vida, durante momentos repetidos de ira y dolor, y por eso se vuelven dominantes.

Dado que la memoria y la respuesta son específicas de la emoción, en tales situaciones las reacciones asociadas con momentos más serenos son menos fáciles de recordar y de llevar a la práctica. Si una respuesta emocional más productiva resulta poco familiar o no está muy practicada, es sumamente difícil intentarla en medio de un malestar. Pero si una respuesta es practicada de modo tal que se convierte en algo automático tiene mejores posibilidades de encontrar expresión durante una crisis emocional. Por estas razones, las estrategias mencionadas anteriormente deben ser puestas en práctica y ensayadas durante aquellos encuentros que no estén dominados por la tensión, así como en el fragor de la batalla, si queremos que tengan la posibilidad de convertirse en una primera respuesta adquirida en el repertorio del circuito emocional”.


10 MANEJARSE CON EL CORAZON

-          Líderes inteligentes emocionalmente

Teniendo en cuenta los nuevos paradigmas, la globalización, el incremento de la tecnología y los cambios, el líder debe aplicar la inteligencia emocional, porque cuando el líder está estresado o emocionalmente perturbado, “no puede recordar, atender, aprender ni tomar decisiones con claridad. El estrés hace que la gente se vuelva estúpida. En el aspecto positivo imaginemos los beneficios que tiene para el trabajo el ser hábil en las competencias emocionales básicas: estar sintonizados con los sentimientos de aquellas personas con quienes tratamos, ser capaces de resolver desacuerdos para que no se agudicen, tener la habilidad de atravesar estados de fluidez mientras trabajamos. Liderazgo no es dominación, sino el arte de persuadir a la gente a trabajar hacia un objetivo común. Y en términos del manejo de nuestra propia carrera, puede no haber nada más fundamental que reconocer nuestros más profundos sentimientos con respecto a lo que hacemos… y los cambios que podrían hacernos sentir más auténticamente satisfechos con nuestro trabajo”.

-          La retroalimentación

En teoría de sistemas, es el intercambio de datos o información acerca de cómo está funcionando una parte del sistema. Como en una empresa todos pertenecen al sistema, la retroalimentación es fundamental. Algunos gerentes manejan inadecuadamente la retroalimentación. La efectividad, la satisfacción y la productividad dependen de cómo el gerente haga las críticas o cómo hable de los problemas de la empresa. “De hecho, la manera en que se dan y se reciben críticas es muy importante para determinar lo satisfecha que está la gente con su trabajo, con las personas con quienes trabaja, y con las personas ante quienes es responsable”.

-          La peor manera de motivar

“Las vicisitudes emocionales presentes en el matrimonio también funcionan en el lugar de trabajo, donde adoptan formas similares. Las críticas se expresan como ataques personales más que como quejas sobre las que se puede actuar; existen acusaciones ad hominem con dosis de disgusto, sarcasmo y desdén; ambas cosas dan origen a la actitud defensiva y la evasión de responsabilidad y, finalmente, al bloqueo o a la amarga resistencia pasiva que se produce al sentirse injustamente tratado. En efecto, una de las formas más comunes de crítica destructiva en el lugar de trabajo es una afirmación global y generalizada como estás estropeando cosas, manifestada en tono duro, sarcástico y furioso, sin permitir la posibilidad de responder ni dar ninguna sugerencia acerca de cómo hacer las cosas mejor. Desde el punto de vista de a la inteligencia emocional, esta crítica muestra una ignorancia de los sentimientos que provocará en aquellos que la reciben, y del efecto devastador que esos sentimientos tendrán en su motivación, su energía y su confianza para hacer el trabajo”.

-          La crítica ingeniosa

Esta puede ser un mensaje muy útil que envíe un gerente. “Una crítica ingeniosa se centra en lo que la persona ha hecho y puede hacer en lugar de convertir un rasgo del carácter en un trabajo mal hecho”. Según Harry Levinson, en el arte de la crítica se debe ser específico, ofrecer una solución, estar presente y mostrarse sensible. Ser específico implica centrarse en los detalles en el sentido de decir qué hizo bien o qué hizo mal la persona, y cómo podría modificarse. No se debe hablar con rodeos ni ser evasivo. Ofrecer una solución consiste en hacer una crítica que involucre la forma de cómo corregir el problema, con el fin de no dejar al interlocutor frustrado, desmoralizado o desmotivado. Estar presente hace referencia a criticar cara a cara y en privado, para evitar la comunicación impersonal. Mostrarse sensible es acudir a la empatía y a la sintonía par que el receptor no se sienta afectado con la crítica. Sin empatía, el gerente podría ser mordaz y destructivo: “en lugar de abrir el camino para una reparación, crea un contragolpe emocional de resentimiento, amargura, actitud defensiva y distancia”.

-          El prejuicio

“Los prejuicios son una especie de aprendizaje emocional que tiene lugar en las primeras etapas de la vida, haciendo que estas reacciones sean difíciles de erradicar por completo, incluso en la gente que, en la edad adulta, considera erróneo mostrarlas”. Los viejos prejuicios no son tan fáciles de suprimir o modificar debido a que son una variedad de aprendizaje emocional y están profundamente establecidos. Sin embargo, “lo que sí puede modificarse es lo que hagan con respecto a ellos”. Los prejuicios nos conducen a la segregación, la hostilidad, la discriminación, el fanatismo, los estereotipos y la intolerancia.

Ante la dificultad de erradicar o modificar los prejuicios, profundamente arraigados, se debe procurar, a nivel corporativo, “que las normas de un grupo sean decididamente modificadas adoptando una postura activa contra cualquier acto de discriminación, desde los niveles gerenciales más elevados hacia abajo. Las tendencias pueden no ceder, pero los actos del prejuicio pueden ser reprimidos si el clima se modifica”. Además, hay que descartar el prejuicio para posibilitar la diversidad, y tratar de “ver las cosas con perspectiva, una postura que estimula la empatía y la tolerancia. En la medida en que la gente llega a comprender el dolor de aquellos que se sienten discriminados, tiene más posibilidades de expresarse contra esto”. La camaradería constante, los esfuerzos hacia metas comunes, la mezcla social, la eliminación de los estereotipos negativos y el trabajo conjunto como iguales, generan un espacio para la modificación de los prejuicios, el favorecimiento de la diversidad y la práctica de la tolerancia.

-          Comprensión organizada y C.I. grupal

La inteligencia emocional es el elemento más importante en la inteligencia grupal, por encima de la inteligencia académica. “La clave para un el C. I. grupal es la armonía social”. Esta capacidad de armonizar hace que un grupo sea talentoso, productivo y satisfactorio, y que otro se desempeñe deficientemente. La sabiduría organizativa (un aspecto de las habilidades sociales), basada en la inteligencia emocional, involucra la coordinación eficaz de los esfuerzos en el trabajo de equipo, el liderazgo en el logro del consenso, la capacidad de ver las cosas desde la perspectiva de los demás, la persuasión, la promoción de la cooperación mientras se evitan los conflictos, la iniciativa, la automotivación para asumir responsabilidades más allá del trabajo encomendado, y el saber administrarnos solos regulando eficazmente el tiempo y los compromisos de trabajo.


11 MENTE Y MEDICINA

Los estados emocionales a veces juegan un papel significativo en su vulnerabilidad ante la enfermedad y durante la recuperación. Las emociones negativas y el estrés debilitan la eficacia de las diversas células inmunológicas. El estrés anula la resistencia inmunológica debido a la influencia que ejercen las hormonas liberadas en estados estresantes (catecolaminas: epinefrina o adrenalina y norepinefrina o noradrenalina, el cortisol, la prolactina, y los opiáceos naturales beta-endorfina y encefalina), las cuales bloquean y obstaculizan las células inmunológicas. Aunque este bloqueo es pasajero, puede volverse duradero si el estrés es constante e intenso.

El pánico y la ansiedad elevan la presión sanguínea. Las emociones perturbadoras son malas para la salud. “Se descubrió que las personas que experimentan ansiedad crónica, prolongados períodos de tristeza y pesimismo, tensión continua u hostilidad incesante, cinismo o suspicacia implacables, tenían el doble riesgo de contraer una enfermedad, incluidas asma, artritis, dolores de cabeza, úlceras pépticas y problemas cardíacos”.

La ira tiene un impacto en la función cardiaca. Es la emoción más nociva para el corazón. La hostilidad nos pone en situación de riesgo. La ira resulta mortal para quienes padecen enfermedades cardiacas. Aquellos que se enfurecen frecuentemente tienen tres veces más probabilidades de morir por paro cardiaco que aquellos que tienen un temperamento más sereno. En personas con niveles altos de colesterol, el riesgo añadido de la ira es cinco veces más alto. La ira sola no puede ser la que aumente el riesgo de enfermedad cardiaca, “sino más bien la intensa emocionalidad negativa de cualquier clase que envía regularmente a todo el organismo ataques hormonales causados por el estrés… Una muestra ocasional de hostilidad no es peligrosa para la salud; el problema surge cuando la hostilidad se vuelve tan constante que define un estilo personal antagonista, un estilo marcado por repetidos sentimientos de desconfianza y cinismo y por la tendencia a los comentarios desdeñosos y a los desprecios, así como a arranques temperamentales y ataques de ira más evidentes”. La empatía es un bálsamo para la ira.

La ansiedad es la perturbación provocada por las presiones de la vida. Cuando nos ayuda a prepararnos para enfrentarnos a algún peligro, nos ha sido útil. “Pero en la vida moderna, es más frecuente que la ansiedad sea desproporcionada y esté fuera de lugar; la perturbación se produce ante situaciones con las que debemos vivir o que son evocadas por la mente, no por peligros reales que debemos enfrentar. Los ataques de ansiedad repetidos señalan niveles de estrés elevados”.

La ansiedad y el estrés agudizan los problemas médicos como molestias gastrointestinales y el debilitamiento del sistema inmunológico. Las emociones más mortales en las mujeres son la ansiedad y el temor. Los mayores riesgos en la saludad los padecen quienes tienen trabajos con tensión elevada porque tienen exigencias de una gran presión en su desempeño mientras se tiene poco o ningún control acerca de cómo hacer el trabajo. “En la medida en que cualquier síntoma se ve empeorado por el estrés y la perturbación emocional, ayudar a los pacientes a sentirse más relajados y capaces de manejar sus turbulentos sentimientos a menudo puede ofrecer cierto alivio”. La calidad de las relaciones es clave para aliviar el estrés. El pesimismo empeora la enfermedad y conduce a la depresión. El optimismo ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a tener una rápida y efectiva recuperación en la salud. Las relaciones negativas son tan perjudiciales, que una discusión marital ejerce un impacto nocivo en el sistema inmunológico.


CUARTA PARTE

OPORTUNIDADES

12 EL CRISOL FAMILIAR

“La familia es nuestra primera escuela para el aprendizaje emocional; en esta caldera aprendemos cómo sentirnos  con respecto a nosotros mismos y cómo los demás reaccionarían a nuestros sentimientos; a pensar sobre estos sentimientos y a qué alternativas tenemos; a interpretar y expresar esperanzas y temores. Esta escuela emocional no sólo opera  a través de las cosas que los padres dicen o hacen directamente a los niños, sino también en los modelos que ofrecen para enfrentarse a los propios sentimientos y a los que se producen entre marido y mujer. Algunos padres son dotados maestros emocionales, otros son desastrosos”.

- Estilos más comunes de paternidad emocionalmente inepta:

    • Ignorar los sentimientos en general. Los padres que tienen este estilo tratan las aflicciones emocionales de sus hijos como un problema trivial o aburrido, algo que debe esperar que pase. No logran utilizar los momentos emocionales como una oportunidad para acercarse a su hijo o ayudarlo a aprender una lección en el aspecto emocional.
    • Mostrarse demasiado liberal. Estos padres se dan cuenta de lo que siente el niño pero afirman que sea cual fuere, la forma en que el niño se enfrenta a una tormenta emocional siempre inadecuada… incluso si es, por ejemplo, con golpes. Al igual que aquellos que ignoran los sentimientos del niño, estos padres rara vez intervienen, ni intentan mostrar a su hijo una respuesta emocional alternativa. Tratan de suavizar todas las perturbaciones y, por ejemplo, recurrirán a la negociación y a los sobornos para lograr que su hijo deje de estar triste o furioso.
    • Mostrarse desdeñoso, y no sentir respeto por lo que su hijo siente. Estos padres son típicamente desaprobadores, duros tanto en sus críticas como en sus castigos. Pueden prohibir, por ejemplo, cualquier manifestación de la ira del niño y castigarlo a la menor señal de irritabilidad. Son los padres que gritan con enojo al niño que intenta dar su versión de los hechos: ¡No me contestes!

- Ingredientes para educar a los niños por parte de los padres y prepararlos para la escuela:

    • Confianza. La sensación de controlar y dominar el propio cuerpo, la sensación y el mundo; la sensación del niño de que lo más probable es que no fracase en lo que se propone, y de que los adultos serán amables.
    • Curiosidad. La sensación de que descubrir cosas es algo positivo y conduce al placer.
    • Intencionalidad. El deseo y la capacidad de producir un impacto, y de actuar al respecto con persistencia. Esto está relacionado con una sensación de competencia, de ser eficaz.
    • Autocontrol. La capacidad de modular y dominar las propias emociones de maneras apropiadas a la edad; una sensación de control interno.
    • Relación. La capacidad de comprometerse con otros, basada en la sensación de ser comprendido y de comprender a los demás.
    • Capacidad de comunicación. El deseo y la capacidad de intercambiar verbalmente ideas, sentimientos y conceptos con los demás. Esto está relacionado con una sensación de confianza con los demás y de placer de comprometerse con los demás, incluso con los adultos.
    • Cooperatividad. La capacidad de equilibrar las propias necesidades con las de los demás en una actividad grupal.

La atención o desatención que los padres presten a sus bebes influye en la vida emocional del adulto. Dependiendo del trato que den sus padres al niño, se inculcarán lecciones emocionales básicas acerca de lo seguro que el niño está en el mundo, de lo eficaz que se siente y de cómo dependen de los demás. “Todos los pequeños intercambios entre padres e hijos tienen un subtexto emocional, y en la repetición de estos mensajes a lo largo de los años, los niños forman el núcleo de sus capacidades y de su concepción emocional”.

13 TRAUMA Y APRENDIZAJE EMOCIONAL

- Estrés postraumático

Se presenta después de un episodio violento o terrorífico por las marcas profundas que afectan la psiquis de las víctimas con conductas vigilantes, temores, sueños perturbadores, pesadillas y otras perturbaciones emocionales. “Los vívidos y terroríficos momentos se convierten en recuerdos grabados en el circuito emocional”. Los eventos violentos son muy dañinos porque los afectados sienten que han sido intencionalmente seleccionados como blancos de la maldad. “Ese hecho destruye las suposiciones acerca de la honradez de la gente y de la seguridad del mundo interpersonal… En un instante, el mundo social se convierte en un lugar peligroso, un lugar donde la gente es una amenaza potencial a la seguridad… La huella que el horror deja en la memoria  -y la consecuente actividad de hipervigilancia puede durar toda una vida”. Representa un peligroso descenso del punto nervioso donde se asienta la alarma, lo que genera una reacción ante momentos cotidianos de la vida como si fueran emergencias. Las víctimas de un trauma devastador cambian biológicamente. El circuito de asalto emocional deja una poderosa huella en la memoria: “cuanto más brutales, impactantes y horrendos son los acontecimientos que disparan el asalto de la amígdala, más indeleble es el recuerdo”.

Pasos para la recuperación de un trauma:

  1. Adquirir una sensación de seguridad.
  2. Recordar los detalles del trauma y lamentar la pérdida que ha provocado.
  3. Volver a vivir una vida normal.

14 EL TEMPERAMENTO NO ES EL DESTINO

-          La timidez infantil

Los niños propensos al temor, nacen con una neuroquímica que hace que el circuito nervioso quede fácilmente excitado. Por eso evitan lo desconocido, se alejan de la incertidumbre y padecen ansiedad. “Los niños tímidos pueden haber heredado niveles crónicamente elevados de norepinefrina u otras sustancias químicas cerebrales que activan la amígdala y así crean un umbral lento de excitabilidad, haciendo que la amígdala resulte activada más fácilmente”. Hablan menor. Corren el riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad o un ataque de pánico.

-          El temperamento alegre

Las emociones de algunas personas se inclinan hacia el optimismo y la tolerancia. Estas personas tienen una actividad mayor en el lóbulo frontal izquierdo. Son de temperamento alegre. Les encanta lo que la vida les depara y se sobreponen a los contratiempos. Sociables y alegres, experimentan una sensación de deleite; permanecen de buen humor, son seguros de sí mismos y se muestran gratificados con la vida. Tienen menor riesgo a la depresión y otros trastornos emocionales. La tendencia a la melancolía o al optimismo surge durante el primer año de vida. “Las lecciones emocionales de la infancia pueden tener un impacto profundo sobre el temperamento, ya sea ampliando o amortiguando una predisposición innata”.

QUINTA PARTE

ALFABETISMO EMOCIONAL

15 EL COSTO DEL ANALFABETISMO EMOCIONAL

Debido a que no se enseña a manejar los estados emocionales o el dominio de las emociones, “esa capacidad de zanjar pacíficamente las diferencias” y llevarnos bien con uno mismo y los demás, se registran demasiados contratiempos entre los jóvenes: agresividad, violencia, depresión, ansiedad, drogadicción, trastornos en la alimentación, enfermedades venéreas y embarazos no deseados.

El malestar emocional evidencia en los jóvenes un desempeño más pobre en los siguientes aspectos:

    • Aislamiento o problemas sociales. Preferencia por estar solos; tendencia a la reserva; mal humor extremo; pérdida de energía; sentimiento de infelicidad; dependencia exagerada.
    • Ansiedad y depresión. Conducta solitaria; diferentes miedos y preocupaciones; necesidad de ser perfectos; sensación de no ser amados; sentimientos de nerviosismo, tristeza y depresión.
    • Problemas de la atención o del pensamiento. Incapacidad de prestar atención o permanecer quietos; actuación sin reflexión previa; nerviosismo excesivo que les impide concentrarse; pobre desempeño en las tareas escolares; incapacidad de pensamientos que indiquen preocupación por los demás.
    • Delincuencia y agresividad. Vinculación con chicos que se involucran en conflictos; utilización de mentiras y subterfugios; marcada tendencia a discutir; demanda de atención; destrucción de las propiedades de otro; desobediencia en el hogar y en la escuela; obstinación y capricho; exceso de charlatanería; actitud burlona; temperamento acalorado.

El malestar emocional parece ser el costo universal que la vida moderna tiene para los niños.

-          La depresión infantil y juvenil

Cada vez es más evidente la depresión en los niños y jóvenes como consecuencia de la dinámica de la modernidad, que exige el éxito cueste lo que cueste y nos arrolla con el impresionante auge y poder del consumismo, la violencia, la incomprensión, la depresión y el pesimismo de los adultos. La depresión influye en la dinámica escolar, personal y social de los afectados. “La depresión interfiere en su memoria y su concentración, haciéndoles más difícil prestar atención en clase y retener lo que se les enseña”. Muchos no logran dominar la agresividad y se aíslan fácilmente. Son sensibles a las injusticias y a la posibilidad de ser tratados injustamente. Se consideran víctimas. Cuando llegan a su punto máximo de furia, estallan o reparten golpes. Los depresivos perciben la realidad de manera alterada. Pierden la habilidad para relacionarse con los demás y la forma de interpretar los contratiempos. “En tanto, que en gran medida, parte de la tendencia a la depresión obedece casi con certeza a causas genéticas, algo de esta tendencia parece deberse a reversibles hábitos pesimistas de pensamiento, que predisponen a los niños a reaccionar ante cualquier pequeña derrota que sufren en la vida –fracasos escolares, una discusión con sus padres, un rechazo social-, cayendo en la depresión”.

16 EDUCACION DE LAS EMOCIONES

El analfabetismo emocional requiere de un compromiso de padres y educadores con el propósito de educar a los niños en el manejo apropiado de sus emociones. En USA existen programas académicos para alfabetizar emocionalmente a los niños, pero muchos padres y maestros no saben que existen. A pesar de estos cursos, ningún curso es una respuesta para los problemas emocionales.

Dada la crisis que enfrentamos y enfrentan los niños, y la esperanza que surge de los cursos de alfabetización emocional, ¿no deberíamos estar enseñando estas habilidades esenciales para la vida a todos los niños ahora? Las lecciones sobre las emociones pueden surgir naturalmente en la clase de lectura y escritura, de salud, de ciencia, de estudios sociales, como de otros cursos corrientes… Otra de las maneras en que la educación emocional se introduce dentro de la vida escolar, es ayudando a los maestros a reflexionar acerca de cómo disciplinar a los alumnos con mala conducta”. Existen formas más adecuadas de impartir disciplina que la coerción… Se necesita que los maestros vayan más allá de su misión tradicional, y que los miembros de la comunidad se involucren más con la actividad escolar. “Más allá de la preparación de los maestros, la alfabetización emocional amplía la visión que tenemos de la tarea que debe cumplir la escuela, convirtiéndola en un agente más concreto de la sociedad para asegurarse de que los niños aprendan estas lecciones esenciales para la vida, lo que significa un retorno al papel clásico de la educación. Este objetivo ampliado requiere, aparte de cualquier especificidad que haya en el programa, la utilización de las oportunidades dentro y fuera de la clase para ayudar a los niños a trasformar los momentos de crisis personal en lecciones de aptitud emocional. También funciona mejor cuando las lecciones escolares se coordinan con lo que ocurre en el hogar. Muchos programas de alfabetización emocional incluyen las clases especiales para padres, donde se les informa de lo que sus hijos están aprendiendo, no para complementar lo que se enseña en la escuela sino para ayudarlos a sentir la necesidad de manejar más eficazmente los problemas derivados del desarrollo de la vida emocional de sus hijos… En síntesis, el óptimo desarrollo de alfabetización emocional, se lo sigue a lo largo de toda la etapa escolar, y a aúna los esfuerzos de la escuela con los de los padres y los de toda la comunidad”.

Beneficios para la aptitud emocional y social del niño, para su comportamiento dentro y fuera del aula, y para su habilidad para aprender:

Autoconocimiento emocional

- Mejora el reconocimiento y la designación de las propias emociones.
- Mayor capacidad para entender las causas de los sentimientos.
- Reconocimiento de la diferencia entre sentimientos y acciones.

Manejo de las emociones

- Mayor tolerancia ante las frustraciones, y control del enojo.
- Menor cantidad de bromas, peleas e interrupciones de la clase.
- Mayor capacidad para expresar adecuadamente el enojo, sin pelear.
- Menos suspensiones y expulsiones.
- Menos comportamiento agresivo o autodestructivo.
- Más sentimientos positivos sobre ellos mismos, la escuela y la familia.
- Mejor manejo del estrés.
- Menor soledad y ansiedad.

Aprovechamiento productivo de las emociones

- Más responsabilidad
- Mayor capacidad de concentrarse en la tarea que se tiene entre manos y de prestar atención.
- Menos impulsividad, mayor autocontrol.
- Mejores calificaciones escolares.

Empatía: interacción de las emociones

- Mayor capacidad para comprender el punto de vista de otra persona.
- Mejora de la empatía y de la sensibilidad para percibir los sentimientos de los otros.
- Mejora la capacidad de escuchar.

Manejo de las relaciones personales

- Aumento de la habilidad para analizar y comprender las relaciones.
- Mejora de la resolución de los conflictos y de la negociación en los desacuerdos.
- Mejora en la solución de problemas planteados en las relaciones.
- Mayor habilidad y actitud positiva en la comunicación.
- Más popularidad y sociabilidad: actitud amistosa e interesada con sus pares.
- Mayor preocupación y consideración.
- Mayor solicitud por parte de sus pares.
- Más actitud “pro-social” y armoniosa en grupo.
- Mayor cooperación, ayuda y actitud de compartir.
- Actitud más democrática en el trato con los otros.

Los programas de aprendizaje emocional mejoran las calificaciones académicas y el desempeño escolar. Mejora la capacidad de la escuela para enseñar.

-          El carácter

Es el conjunto de habilidades que conforman la inteligencia emocional. Es el músculo psicológico que la conducta moral exige. El desarrollo del carácter es la base social de las sociedades democráticas. “El carácter está sustentado en la autodisciplina; la vida virtuosa está basa en el autodominio. La piedra angular del carácter es la capacidad de motivarse y guiarse uno mismo, ya sea haciendo los deberes, terminando un trabajo, o levantándose a la mañana… La capacidad de diferir las gratificaciones y de controlar y canalizar la urgencia de actuar es una habilidad emocional básica, lo que otrora se llamaba voluntad. Necesitamos controlarnos a nosotros mismos, nuestros apetitos, nuestras pasiones, para hacer el bien a otros… Se necesita voluntad para mantener la emoción bajo el control de la razón”.

“Ser capaz de dejar de lado el enfoque sobre uno mismo, y de controlas los impulsos, rinde beneficios sociales: allana el camino hacia la empatía, a escuchar con atención, a ponerse en el lugar del otro. La empatía conduce a interesarse, al altruismo, y a la compasión. Ver las cosas desde la perspectiva del otro rompe los estereotipos preestablecidos, y promueve así la tolerancia y la aceptación de las diferencias. Estas aptitudes son cada vez más requeridas en nuestra sociedad crecientemente pluralista, permitiendo a las personas vivir unidas en respeto mutuo, y creando la posibilidad de un discurso público creativo. Son las artes fundamentales de la democracia”.



LUIS ANGEL RIOS PEREA

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