lunes, 14 de octubre de 2013

FREUD EXPLICA POR QUÉ…



En el libro que sintetizo a continuación (“Freud explica…”, escrito por Alberto Goldin) nos explica por qué tenemos insomnio, celos, depresión y miedo a separarnos, viajar en avión y ser homosexual.

¿POR QUÉ TENGO INSOMNIO?
Colocarle horarios al sueño genera insomnio. Cuando nos invade la angustia, se produce el insomnio. Durmiendo buscamos placer. El insomnio es una manifestación patológica. El insomnio es un síntoma que posee un saber en clave que muestra u oculta alguna cosa importante. En lugar de enterarnos de eso que puede ser negativo, surge el insomnio como una transacción. Los conflictos en la vida, si no se digieren, impiden dormir. Las preocupaciones generan insomnio, y con preocuparnos no se resuelve el problema. La elaboración psíquica es el mecanismo que nos permite dormir. Consiste en dar entrada, en aceptar las circunstancias felices o dolorosas. Todos los cambios deben ser elaborados. “Elaborar es ordenar los datos, considerar en qué medida esa circunstancia producirá cambios para los cuales debemos prepararnos”. El insomnio es prueba que la elaboración psíquica no opera durante el reposo para resolución de problemas. Elaborar es la función del “aparato psíquico para registrar un conocimiento e instalarlo correctamente en la conciencia y en la memoria”. El mecanismo de la represión es el encargado de evitar “que los pensamientos inconscientes ingresen en la conciencia y la perturban”. El buen funcionamiento de la represión es importante para la salud mental. El insomnio puede ser producto de una experiencia reprimida: violencia en la infancia durante la noche. Las neurosis son producto de una inadecuada represión, y producción de malos entendidos y miedos. La capacidad de disociación es el mecanismo que nos permite el olvido momentáneo; así las preocupaciones no nos producen insomnio. La capacidad de disociar nos aleja de la ansiedad y nos permite relativizar los problemas. La ansiedad y la depresión generan insomnio. La ansiedad se relaciona con el insomnio y ocurre al comienzo de la noche. La depresión, con la culpa, y se presenta en la madrugada. Una buena impresión de nosotros mismos permite dormir. El modesto yo que somos y el arrogante ideal del yo que queremos ser genera insomnio. El odio y el amor simultáneos generan insomnio. Si el insomnio es por ansiedad, hay que relajarnos; si es por depresión, hay que realizar actividades que demanden desgaste de energía. Los sueños satisfacen los deseos; por eso soñamos. El insomnio es la expresión de un fracaso en la elaboración psíquica. Los sueños son expresiones de deseos inconscientes; su función es permitir el descanso a través de la satisfacción de deseos inconscientes. Soñar permite unir la conciencia con el inconsciente. El insomnio rompe esta unión. El dormir y el soñar permite la comunicación entre el consciente y el inconsciente.

¿POR QUÉ TENGO MIEDO DE SEPARARME?
(Versión femenina)
El amor es la sublimación de la pasión. “Sublimar es retirar el placer sexual a una acción y transformarla en una actividad que también produce placer, pero de otro tipo, y que, además, se realiza en público”. La pasión es privada, y se perturba al socializarse y convertirse en amor. “La pasión es insomne, consume, desgasta, ocupa espacio y tiempo”. Unos admiran la persona amada y otros la necesitan. Cuando una mujer afirma que le da pena involucrarse en una relación afectiva porque sus hijos se den cuenta, es probable que esa “disculpa” sea producto del miedo que le inspira el sexo, que padece una fobia a la sexualidad por haberla dejado de utilizar. “La vida erótica es la primera víctima de la represión, y los miedos que una mujer tiene en su adolescencia en relación con el sexo pueden permanecer inalterados durante años, sin modificarse”. No son necesariamente los hijos los que se avergüencen de que su mamá sea vista con hombres; “es ella misma la que muere de vergüenza de quitarse la ropa y ser vista por un hombre con pudor idéntico al que vivió en su pubertad”. Es importante tener en cuenta el término “familiar”, porque la familia podría significar el fin del erotismo, porque hay cosas que no se hacen en familia. “Al formarse la relación de una pareja, existe riesgo de que se desexualice y adquiera el carácter de otros vínculos familiares; dejan de ser marido y mujer para ser hermano y hermana, padre e hija, etc.”. Ocurre esta transformación porque los vínculos eróticos de la pasión se convierten en vínculos familiares del amor.

¿POR QUÉ TENGO MIEDO DE SEPARARME?
(Versión masculina)
Cuando un hombre casado sacrifica su presente, pensando que en el futuro será feliz; cuando deja a su esposa porque la odia; cuando no puede estar con una mujer porque necesita dos y teme a la separación, se trata de un individuo que no ha nacido realmente, inmaduro, dependiente y sin autonomía. “Hay madres que no aceptan distanciarse de su hijo, protagonistas de una doble atracción; tanto la madre desea secretamente continuar unida al pequeño, cuanto éste aspira a estar siempre junto a ella”. Por ello el hombre jamás encontrará una mujer adecuada. “Todo neurótico en mayor o menor medida está impedido de amor o de trabajar… Cuando el individuo no se separa de su madre no se constituye como sujeto, con relativa independencia, y decimos entonces que de algún modo no consiguió nacer, que fracasó en su autonomía o independencia”.  Un hombre así tiene dudas, angustia y sentimientos de prisión. Tiene un síntoma de claustrofobia. “La claustrofobia es un síntoma que exhibe sin dificultad su raíz materna: si trata de salir de un encierro debe disponer de salidas, porque la angustia lo asfixia”. Ese hombre está huérfano de padres, así estén vivos. Por eso tienen dos madres, que sumadas dan un padre alternativo.

¿POR QUÉ TENGO MIEDO DE VIAJAR EN AVION?
El pánico ocurre porque desconocemos lo que pueda ocurrir con el avión durante el vuelo. Como sabemos que es posible que el avión se accidente, aprovechamos una circunstancia posible para instalar otra imaginaria, es decir, recionalizamos. “Racionalizar un hecho significa hallarle una razón, una justificación, explicar un fenómeno que de otra forma sería inexplicable, irracional”. La racionalización consiste en que a veces los aviones se accidentan y por eso nos privemos de viajar. Como el fundamento de una neurosis es ilógico, al avión se sube una persona con dos miedos: uno racional y otro ignorado, invisible, irracional, que ataca a los fóbicos al avión. El miedo irracional se genera porque se desconoce la pericia del piloto o la seguridad el avión. El fóbico cree estar tomando el control del avión. Con esto sólo se consigue angustia. El destino está momentáneamente fuera de control. “Lo intolerable para quien sufre de fobia es precisamente esa incapacidad para controlar el destino”. La omnipotencia es la razón del débil. El fóbico como sabe que los accidentes en avión son muy escasos, tiene “el sentimiento de que precisamente por ser poco probables, el día escogido para ocurrir será precisamente aquel en que él es un pasajero”. El fóbico sufre de una especie de ilusión óptica, que “consiste en que, como siempre espera lo peor, cuando algo de eso se confirma, también se le confirma que posee un talento especial para anticipar los hechos”. Quien en su infancia disfrutó el placer de saltar y de otros movimientos similares, no tendrá miedo a volar; quien reprimió ese placer, no acepta los movimientos corporales como entrar en ascensores, subir por sitios elevados o volar en avión. Quienes disfrutan del placer de las alturas, lograron sublimar o transformaron una corriente de erotismo infantil en otra de carácter social en el deporte, arte o ciencia. La sublimación produce goce sin genitalidad y se pueden hacer cosas con reconocimiento social. Por eso les gusta el peligro de volar por puro placer. Muchos de los acontecimientos infantiles se olvidan porque quedan reprimidos. La represión introduce en el niño el miedo y la vergüenza. Allí se quedan las cosas prohibidas. “Lo prohibido se convierte en inconsciente… Lo consciente se transforma en historia. Si el placer de los movimientos infantiles queda en el lado visible de la conciencia, puede ser un futuro aviador; si queda bloqueado del lado invisible, en el inconsciente, producirá angustia, transformándose en actividad pecaminosa que preferible evitar, y por eso tendrá miedo a viajar en avión, porque ese placer infantil quedó del lado de los placeres reprimidos. El que no teme volar siente los movimientos del avión como mimos cariñosos maternales; el que tiene miedo lo verá como un castigo por estar haciendo algo malo. En el avión se dispara una emoción inconsciente, el cuerpo pierde su espontaneidad, se produce la angustia y el cuerpo se convierte en un avión dirigido por un piloto inexperto. La angustia produce anarquía corporal con un sentimiento de muerte. “La angustia de viajar en avión desorganiza la unidad simbólica del cuerpo, y su efecto es tan poderoso que ni siquiera es preciso estar dentro del avión para sufrir sus efectos, sólo imaginarlo es suficiente”.

¿POR QUÉ TENGO MIEDO DE SER HOMOSEXUAL?
El que es homosexual, sabe que lo es. El miedo a la homosexualidad no transforma a una persona en homosexual. Quien no se siente bien con su cuerpo, su aspecto físico o el tamaño de su pene o senos, es muy difícil convencerlo que esto es normal, porque “identidad, sexo, esquema corporal no pueden rebatirse con argumentos lógicos, porque los fundamentos de esta duda provienen del inconsciente”. Cuando un deseo homosexual sale del inconsciente y pasa al consciente genera angustia. Ese era un deseo reprimido. Como la conciencia no permite dos aspectos ilógicos, como ser hombre y mujer al mismo tiempo, no acepta esa contradicción que afecta su esencia. Quienes luchan contra los deseos contradictorios, viven cansados. Cuando un deseo reprimido invade la conciencia no se puede expulsar. Las ideas homosexuales antes de emerger al pensamiento, “dormían silenciosas en el subsuelo de la conciencia, ocultas, subterráneas, sin producir trastornos”. El deseo homosexual no convierte a una persona en homosexual. Cuando un deseo inconsciente escapa y no puede permanecer en la conciencia, porque la desmorona, se sustenta en la propia duda. “El sujeto neurótico se defiende de sus deseos, tratándolos como si fuesen proyectos, planos a ser concretados, en tanto que un individuo más sano les daría el tratamiento de simples e inofensivos pensamientos… Lo que configura a la neurosis es creer realmente que un pensamiento es un proyecto que debe realizarse… La neurosis disminuye la capacidad intelectual, ya que limita la libertad de pensamiento… En otro individuo menos perturbado, el pensamiento podría sorprenderlo, pero luego negarse a realizarlo, podría perfectamente olvidar su existencia”.

¿POR QUÉ ME DEPRIMO?
La depresión es tristeza, desánimo, insomnio, desvalorización, temor a enfrentar la realidad e imposibilidad de recibir gratificaciones y elogios. Cuando hablamos de una persona depresiva nos referimos a la forma como se comporta, a un estilo de su personalidad, al escenario habitual de su existencia. El depresivo es un individuo fatigado, con variable entusiasmo e iniciativa. El malestar depresivo muchas veces no tiene causa justificada. “La propia condición depresiva en ocasiones produce excelentes desarrollos intelectuales, elaboraciones trascendentes, en razón a una búsqueda constante de sentido para su vida. La depresión es una forma de violencia. Si alguien nos ocasiona un contratiempo se puede reaccionar peleando o insultando. También se puede irritar, quiere agredir pero a falta de armas, sufre un acceso de angustia por simple impotencia. Puede olvidar la ofensa y ser invadido por la tristeza y el desánimo, perdiendo el bienestar. El que sufrió la crisis de odio y angustia reconoce la vinculación entre la angustia y el odio. El que reaccionó con depresión, desconociendo la relación que se creó entre depresión y rabia. “La tristeza del depresivo es un modo de ataque o de defensa, desconectado de su motivo”. Cuando hay agresión exterior hacia el causante de la ofensa, uno se agrede con angustia y tristeza. “Los candidatos posibles a la depresión desconocen los signos de la hostilidad propia y ajena”. “La depresión puede dispararse por un pensamiento, una fantasía, un deseo. El depresivo hace todo por conseguir el aprecio y simpatía de su medio familiar y social. El depresivo siente una constante amenaza exterior. Cuando dejan de amarlo o respetarlo, se desmorona el amor propio y el respeto que tiene de sí. El deprimido, cuando odia a alguien se ataca a sí mismo”. Su sistema de equilibrio interno sólo funciona con la aceptación exterior. “No tiene paz, y cualquier roce en sus relaciones humanas es señal de una posible catástrofe”. En el deprimido, el amor propio es ajeno. Le gusta ser la víctima. Por eso en el suicidio, el muerto y el asesino son la misma persona: el depresivo se queja mucho.  La vida social o profesional genera depresión. Se suele resolver adecuando el sexo a la profesión, porque los sexos tienen las profesiones que les son armónicas. El abandono o muerte de un ser querido produce depresión. “Todo amor intenso tiene un correlato inconsciente de odio, que se hace evidente cuando el ser amado nos frustra, nos abandona o incluso cuando muere”. La melancolía es la más grave de las depresiones. “Un intenso odio está en el origen de la melancolía, y como lo prototípico de la melancolía es la imposibilidad de expulsarlo al exterior, la melancolía es la intoxicación que el sujeto hace de su propio odio”. La melancolía nos muestra el mundo al revés, perdemos el sentido de lo interno y de lo externo. “El melancólico, fuertemente subjetivo e irreflexivo, resiste a la lógica, porque ningún argumento conseguirá convencerlo de que ese estado es imaginario o transitorio”. La presencia de los demás se convierte en ausencia. En el melancólico, el entusiasmo o la ilusión de vivir, se convierte en determinación suicida. Como quiere matar a la persona que odia, todo suicidio es un homicidio.

¿POR QUÉ TENGO CELOS?
Si se supera la dependencia infantil al amor de otro, seremos autónomos y no tendremos celos. Quien no consiguió autonomía sólo puede ser en tanto sea amado. El sabernos amados nos da seguridad y tenemos más confianza en nuestras fuerzas. Los celos desmoronan nuestro ser. Cuando uno se pierde en la otra persona, el celoso no sólo está preocupado por recuperar a su amor, sino que tiene que encontrarse a sí mismo. “Cuanto más intensa es la pasión, mayor es la amenaza de perderse”. Si sólo somos en tanto seamos amados, debemos ser “dueños” del otro. “Los celos eternos no dependen de la fidelidad de la persona amada, sino que son expresión de dificultades en la primitiva construcción del ser”. Los celos existen porque nuestra sociedad es monogámica y la sexualidad es poligámica. La prohibición de la poligamia, la incentiva. Hay guerra entre deseos y prohibiciones. No se puede dominar el deseo, se acaba si se satisface. La fidelidad existe si el individuo la asume conscientemente, producto de una elaboración adecuada y no de una amenaza o prohibición moral o religiosa. “Una prohibición exterior se puede resolver liberándola mediante una medida también exterior”. Como una persona al casarse cree que es dueña del cuerpo del cónyuge, cuando ocurre una “traición”, el hombre o la mujer creen inconscientemente que el otro entregó parte de su cuerpo, generándose violencia, virilidad herida, vergüenza, humillación y burlas. Se siente avergonzado el “afectado” porque cree que realizó un acto con otra persona del mismo sexo, como si fuera homosexual. El celoso ve en el potencial rival, no a uno que puede gustarle a su pareja, sino uno que inconscientemente le gusta a él. Es como si pensara: “En tu lugar, si fuese hombre, me interesaría por aquella mujer de blanco, que me parece muy bonita”. El celoso quiere detalles de la infidelidad, porque esto lo excita sexualmente. “Le produce un placer mórbido, sexualizado, aunque inconscientemente insiste en vivirlo como sufrimiento”. Quien experimenta celos imaginarios “tiene enorme curiosidad por el goce del sexo opuesto, y no se satisface  en su relación con su pareja. Siendo hombre quiere, en lo profundo y reprimido, además de gozar con su mujer, también quiere gozar como mujer, y la situación de celos se lo posibilita… busca a ese tercero que le proporcione la dimensión erótica que está necesitando”. Los celos también surgen cuando alguien comete o desea una infidelidad, y se lo atribuye al otro, víctima inocente. Los celos son paranoicos. En la paranoia lo fundamental es tener razón. El paranoico precisa construir un mundo a su medida. Los celos son una variedad de paranoia. “La paranoia comienza dando problemas domésticos, luego jurídicos y finalmente psiquiátricos”. El paranoico no le interesa la verdad; al ser juez y parte, cuando hay que decidir, siempre decide por su razón. “La paranoia es una regresión al narcisismo”. El paranoico es arrogante e insistente. Las personas desprecian al ser amado cuando está presente y lo aprecian cuando lo pierden. 

LUIS ANGEL RIOS PEREA

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