lunes, 31 de enero de 2011

TEMAS Y COMENTARIO SOBRE "LA CAVERNA" DE JOSE SARAMAGO


TEMAS

-          El deshumanizante imperio de las “leyes” del mercado.
-          La contundente dinámica perversa del capitalismo.
-          La angustia vital.
-          La inseguridad.
-          El amor.
-          Los conflictos familiares.
-          La viudez.
-          Los crímenes de Estado.
-          La miseria de los sitios periféricos a las grandes ciudades.
-          El problema del tiempo.


COMENTARIO

A través de un exquisito lenguaje y de una gramática muy particular, Saramago nos relata la dinámica de una familia, que de un momento a otro, pierde su tradicional medio de sustento, porque la absurda e inexorable dinámica de las “leyes” del mercado de nuestro sistema capitalista así lo determinan. Coincido con el profesor José Luis Rodríguez Reguera en cuanto que Cipriano Algor aparece como representante del mundo moderno basado en la producción, aunque en su versión más humanista; mientras que Marcial Gacho representaría la era del Capitalismo Global en la que estamos inmersos. Cipriano pertenece al mundo de la producción y Marcial al mundo del consumo. “Cipriano intenta vivir su vida a su manera, manteniendo esa Utopía que le convierte en protagonista de sus aventuras, aunque éstas no sean más que simples platos de arcilla. Marcial en cambio es  uno de esos chicos inquietos, en búsqueda siempre de algo que no acaba de encontrar, pues nunca depende de sí mismo, sino de quienes tienen en sus manos su destino” (José Luis Rodríguez Regueira.   Universidad Católica San Antonio. Murcia, España. La caverna de Saramago. Del capitalismo industrial al capitalismo global).

Es evidente la profundidad psicológica, filosófica, metafísica, religiosa y económica que enaltecen a esta fascinante novela, cuyo protagonista es una persona que lucha por sobrevivir en la voracidad de nuestro sistema productor y consumidor de mercancías. Se aprecia como el “salvajismo” de las “leyes” del mercado imperan por encima de las necesidades humanas, por encima de la persona misma. El plástico prima sobre el barro, lo artificial sobre lo natural.  O el producto interesa o el producto no interesa. Las cosas son importantes en tanto posean valor de uso y valor de cambio.  “La constatación que se ha pasado de una sociedad agraria-artesanal con unos ritmos, ritos y relaciones específicamente identificables a sociedades más industrializadas, altamente tecnificadas, de velocidades impresionantes, ritmos de vida rápidos y sensaciones de extrañamiento y desarraigo en las grandes ciudades, es lo que se percibe en la historia de los protagonistas” (Juan Carlos Osorio Arenas. La caverna de Saramago. www.monografías.com)

La obra nos muestra como el “omnipotente” “Centro” (símbolo del capitalismo) ejerce un enorme poder la economía, sobre el comercio, sobre el trabajo y sobre las personas. Para el “proletariado” no hay otra salida que someterse al imperio de este oprobioso sistema de producción. El Centro es el Capitalismo global o de consumo, las catedrales del consumo como escenarios de una nueva civilización del capitalismo global frente a la periferia. En la obra se refleja “el dominio del hombre sobre la naturaleza poniéndola a su servicio ha sido el eje fundamental sobre el que se ha construido el orden racionalista burgués y las fronteras sobre las que se buscaba escenificar esta relación de control” (José Luis Rodríguez Reguera). El centro sólo valora lo práctico: “yo no soy bueno, soy práctico”, le dice el jefe de compras a Cipriano. El Centro, tal como nos dice Osorio Arenas, “tiene la capacidad de influir sobre la gente, sobre sus maneras de sentir, percibir, pensar y obrar” y, además,  “determina el gusto de la gente, el poder de decidir está en sus manos, tiene la pretensión y la capacidad de homogeneizar física y psíquicamente a sus empleados, así se proclame que las personas no se repiten, que las personas no salen de moldes, como afirma Cipriano Algor, la verdad es otra”.

El problema de la globalización, expresado a través de esa alegoría, de esa metáfora, es el tema principal de la novela. Problema que nos inserta en el vacío que nos ha dejado la modernidad, entendida negativamente en su dinámica consumista, y no en el sentido de un movimiento cultural y espiritual que posibilitó el progreso de la humanidad. Globalización y modernidad como símbolo de las sombras que imponen la realidad a los habitantes de la caverna. Cirpiano Algor, Martha, Marcial Gacho y Laura simbolizan la caverna, a la cual “El Centro” le impone la “verdad”, el hacer, el pensar, el hacer y hasta el ser…

“El Centro” es símbolo del totalitarismo del sistema Neoliberal; es quien tiene la última palabra. Decide qué comprar y qué no comprar. Arrebata la palabra a los habitantes de la caverna. En “El Centro” no existen los derechos humanos ni la democracia; es éste quien impone la dinámica consumista y los estilos de vida y los patrones del hacer, del tener y del consumir. Superar esta ignominiosa realidad implica salir de la caverna, abandonar el encaustramiento que nos impone abusivamente la sociedad consumista, así como lo hicieron Cipriano, Matrha, Marcial, Laura y hasta el perro Encontrado… huyendo con destino incierto, en procura de huir de la deshumanizante caverna.

LUIS ANGEL RIOS PEREA

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