lunes, 31 de enero de 2011

DIFERENCIAS DE “LOS PARIENTES DE ESTER”, DE LUIS FAYAD, Y EL MUNDO CARACTERÍSTICO DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ (G.G.M.)


A pesar de que “Los Parientes de Ester” puede considerarse “como el más significativo logro de la novela colombiana” (LITERATURA COLOMBIANA -  CORRIENTES Y AUTORES (Antología). p. 515), en el ámbito de “La novela colombiana después de G.G.M”, no alcanza a adquirir la relevancia, la categoría, la connotación, la calidad literaria, la magnificencia y la trascendencia de cualquiera de las obras de Gabriel García Márquez, como “Cien Años de Soledad”, “El Coronel no tiene quién le Escriba” o “El Otoño del Patriarca”, por ejemplo. Mientras que a Fayad sólo le interesa construir un libro como quien fabrica un dispositivo destinado a seducir antes que a impresionar,  G.G.M. escribe obras monumentales, grandiosas y expresivas para mostrar mágicamente la compleja problemática y la preocupante realidad de marginamiento de Latinoamérica. Sin embargo, en Fayad poesía y magia, sencillez y dolor se hacen palabra.  Su  novela  no tiene nada que enviarle a las novelas de su tiempo en nuestro continente, así “algunas incorrecciones sintácticas, algunos tonos dramáticos, algunas simetrías artificiosas” (AYALA POVEDA, Fernando. Manual de literatura colombiana. Educar editores. Bogotá, 1984.  pág. 357)  le quiten a “Los Parientes de Ester” un poco de vigor.

Así “el rigor narrativo de Fayad” llame la atención porque sobresalió sin reparos ante sus compañeros de generación, la narrativa fecunda e imaginación asombrosa de G.G.M. supera el universo narrativo de aquél. La narrativa de Fayad es local y la de G.G.M. es continental. En Fayad hay verosimilitud realista; en G.G.M. se encuentran realidades profundas. El escenario narrativo de Fayad es Bogotá, una ciudad real; una Bogotá que ya no aparece como la simuladora culta “Atenas Suramericana”, sino como metrópoli pobre en expansión, desordenada, que sufre las consecuencias de la violencia. El de G.G.M. es “Macondo”, el pueblo latinoamericano con todas sus miserias, problemas, dictaduras, subdesarrollo, atraso, dependencia y tantas otras lacras que nos despersonalizan. En tanto que el universo del primero es local, el del segundo es cosmopolita. Aunque el narrador en los dos es omnisciente, Fayad se destaca porque mediante el “narrador itinerante” casi siempre se halla junto de sus personajes, siguiéndolos por donde van. (“Amador Callejas salió de la pensión de la pensión, dobló a la derecha e hizo un rodeo para esquivar la cigarrería de la esquina siguiente”). Su narrativa es expresionista. Utiliza más el diálogo que G.G.M. Fayad no describe la ciudad, G.G.M. describe lugares con lujo de detalles y prodigiosa imaginación, sin descuidar íntimos detalles.

“Los Parientes de Ester” se contextualizan dentro del “Frente Nacional”; en donde se refleja “la disgresión del orden social acaecido sórdidamente”. En los hechos de G.G.M. se conjugan todos los tiempos del tiempo, y se produce un efecto de intemporalidad en el que se construyen o deshacen mitos y nacen y mueren generaciones cuyas vidas son sofocadas por la violencia, la muerte y la soledad repetida, como en “Cien Años de Soledad”, verbi gracia. Esa intemporalidad existe en un lugar vagamente delimitado aunque ricamente inventado: Macondo, cualquier lugar de América Latina. En Macondo las vidas adquieren una dimensión carnavalesca y los mitos reactualizan el origen del mundo y los momentos de evolución.

Fayad en la descripción de sus personajes capta en su universalidad “gestos, pautas de conducta, ademanes que pertenecen ya al humus perdurativo de esa... gran urbe donde se sueña, se padece y se sobrevive, que es Bogotá” (LITERATURA COLOMBIANA -  CORRIENTES Y AUTORES (Antología). p. 516).  Nadie es víctima  ni verdugo. A veces el inocente es el verdugo y éste es el inocente.  Entre los personajes de G.G.M. “emergen las enfermedades tropicales, las malformaciones congénitas, los conflictos psicológicos, la despersonalización del hombre latinoamericano” (AYALA POVEDA, Fernando. Op. cit. pág. 343). La realidad narrada por Fayad es objetiva.  En G.G.M. lo real adquiere una dimensión imaginaria y lo irreal una dimensión realista. La realidad de Fayad es “histórica” y situada; en G.G.M. subyace una realidad geográfica e histórica, creada entre hechos que son producto de la imaginación.

El universo de Fayad, carente de barroquismo y retórica, es imparcial, exento de lamentos y castigos por las frustraciones de su época; aporta su marcha histórica, lingüística y cultural; respeta a sus personajes; hay movilidad narrativa, versomilitud realista. El de G.G.M., donde la verdad y la mentira se confunden, en los símbolos que llevan consigo los mitos y las representaciones vivenciales, se proyectan realidades aplastantes del hombre latinoamericano y sus formas de enfrentarlas. En su universo ubicado por algunos en el realismo mágico, maravilloso o imaginario, los valores tradicionalmente concedidos a lo real y lo irreal se confunden, de tal suerte que no hay posibilidad de entenderlos de manera contradictoria, se destacan el humorismo nacido de la exageración, el absurdo y lo imprevisible. Fayad se enmarca dentro del Realismo Neocrítico, que es una “mirada que pretende explorar la realidad de la vida y la realidad de la ficción dentro de una pluralidad de espacios ideológicos, sociales, estéticos, lúdicos y simbólicos” (AYALA POVEDA, Fernando. Op. cit. pág. 352).



            LUIS ANGEL RIOS PEREA

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