miércoles, 24 de agosto de 2011

LO QUE PIENSO DE ¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?


Esta novela (de Ernest Hwmingwya) se compone de 43 capítulos de no muy larga extensión. Su narrador es omnisciente; sólo en los capítulos XV y XVIII da participación a los fascistas; siempre va detrás de los republicanos. Con frases cortas, es muy agradable la manera de narrar. Se hacen breves y agradables descripciones del paisaje, y los diálogos no son extensos. El narrador se ocupó más de Robert Jordán, el personaje principal, al cual le permite reflexionar mucho sobre su misión y su papel en la guerra; a Pilar le facilita recordar algunos episodios pasados de esa guerra y de sus vivencias amorosas con Finitio. El autor, paralelo al tema central, trata brevemente temas como la guerra, los toros, los gitanos, la religión, los españoles, la anarquía de los militares y políticos españoles, entre otros.

La voladura del puente no tenía importancia si no se efectuaba a una hora determinada: al momento del lanzamiento de la ofensiva republicana; justamente en el preciso instante en que se iniciara la ofensiva y no antes, para evitar que fuera reparado en caso que se retrasara cumplir. "Con absoluta limpieza y en el momento justo". A Golz no le gustaba pensar. "No intente hacerme pensar", decía. Los gitanos salen mal librados de la pluma del autor: "hablan mucho y hacen poco... Piensan que el oso es hermano del hombre por su analogía del cuerpo, porque bebe cerveza y porque oye música y baila. Creen que es hermano del hombre porque se divierte robando".  Para los gitanos no es pecado matar fuera de la tribu. No saben por qué luchan. El puente que se debía volar era "de hierro de un solo arco y había una garita de centinela a cada extremo. El puente era lo suficientemente amplio como para que pasaran dos coches a la vez, y su único arco de metal saltaba con gracia de lado a otro de la hondonada". Robert y sus compañeros resolvieron realizar su labor, no convicción, sino porque las órdenes en la guerra se deben cumplir. En realidad no sabían cuál era el verdadero objetivo de volar el puente. Se aburrían mucho en esa guerra, a pesar de sus buenas intenciones y voluntad para cumplir las órdenes. "Aburrimiento es la palabra más común en el español". Sólo Robert, Pilar y Anselmo creían verdaderamente en la República. Según un cabo fascista, no hay nada peor que el ejército. Para María, los fascistas eran gentes muy serias. Robert pensaba que los comunistas ofrecían la mejor disciplina, "la más razonable y la más sana para la prosecución de la guerra". Los anarquistas eran ignorantes, los fascistas perezosos burocráticos y los comunistas desconfiados. Pablo sostenía que Robert y los integrantes de su banda eran buenos y bobos, y estaban dispuestos a morir por la República. Así la República hubiera suprimido a Dios, posiblemente existía Dios. Los periodistas pretenden ser escritores y siempre tienen datos equivocados. Para ganar la guerra se necesitaba un ejército bueno, con un buen desarrollo político. "Es menester que sepan todos por qué se baten y la importancia de aquello por lo que se baten. Es preciso que todos crean en la lucha y todos acaten la disciplina". Si la República era destruida, la vida sería imposible para sus seguidores. Los españoles son maravillosos y a la vez lo peor. "No hay nada mejor ni peor en el mundo. No hay gente más amable ni más cruel". Pero quién los comprendía. Comprender no es perdonar. "Se ha exagerado la idea del perdón. El perdón es una idea cristiana, y España no ha sido nunca un país cristiano. Ha tenido siempre una idea especial y su idolatría particular dentro de la iglesia... La gente del pueblo se apartó de la iglesia porque la iglesia era el gobierno y el gobierno ha sido siempre algo podrido en este país. Éste fue el único país adonde nunca llegó la reforma. Está pagando ahora la Inquisición y el justo". El idioma español no escapa a la virulenta pluma del autor. "No hay lengua más atroz que el español. Se encuentra en este idioma la traducción de todas las groserías de las otras lenguas y, además, expresiones que no se usan más que en los países en que la blasfemia va pareja con la austeridad religiosa". Así como el francés es la lengua de la diplomacia, el español es la lengua de la burocracia.

D. TEMAS CLAVE

1.      El sentido y salvajismo de la guerra.
2.      El cumplimiento ciego de las órdenes.
3.      El sacrificio de vidas por un causa (la República).
4.      La decadencia de la Iglesia Católica.
5.      El ateísmo de la República.
6.      Luchar sin saber por qué se lucha.
7.      La anarquía y la anomia de los militares y de los políticos.
8.      La falta de entrenamiento para la guerra.
9.      El choche ideológico.
10.  El ansia de libertad y el deseo de vivir bien.

LUIS ANGEL RIOS PEREA

No hay comentarios:

Publicar un comentario