jueves, 16 de junio de 2011

LAS CASAS VIEJAS

Ahí están. Uno las ve y siente profunda nostalgia al verlas. Se ven tan imponentes y silenciosas; resistiendo, hasta donde pueden, el inexorable transcurrir del tiempo. Las hay en los pueblos y en los campos. Algunas tienen cincuenta, cien, doscientos y hasta más años. En pie soportan estoicas el azote del viento, la inclemencia del sol, la pertinaz lluvia y hasta la destructora mano del hombre. En su interior guardan secretos.  Con ojos y oídos invisibles han visto y oído deambular, en silencio, gritando, riendo, llorando o cantando, a sus ocasionales moradores. Todo el acontecer desarrollado en sus entrañas lo han percibido con sus ocultos sentidos. Mudas e impasibles han presenciado nacimientos y muertes. Dentro de ellas el ser humano ha amado, odiado, discutido, pensado, descansado, mimado, acariciado, abrazado y hasta golpeado.

En el pueblo están una junto a la otra y en el campo están solas. Cubren su rostro con colores, en los que predomina el blanco, con el propósito de parecer más hermosas, pero la acción devastadora del tiempo, poco a poco, las va dejando sin su máscara. Entonces, el hombre vuelve a colocarles caretas para que rejuvenezcan. Y así, a través de una dinámica constante, éste intenta (¿en vano?), no sólo pintarlas sino reparar su techo, sus paredes, sus muros, sus puertas y sus ventanas.

Sin decirles adiós a los que parten y saludar a los que llegan, han sido el puerto donde unos vienen y otros se van. Algunos se han ido para siempre por su propia voluntad y otros en brazos de la muerte. Cuando una familia las abandona, otra llega en su lugar. Muchas se han quedado solas, y paulatinamente se han ido deteriorando hasta caerse y terminar en ruinas. Sobre éstas, en donde otrora vivieran personas, hogaño crece la maleza.

El tiempo pasa, las personas nacen y mueren, pero ellas, así sea en ruinas, prosiguen incólumes allí donde la paciente labor de nuestros antepasados las edificaron. Durante algunos años más, resistiendo la arrolladora influencia de las nuevas tecnologías en construcción de modernas y funcionarles viviendas, continuarán existiendo, guardando secretos y escribiendo historias, las casas viejas. 


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