A través de
este texto pretendo realizar algunos “trazos” sobre el contenido del libro del
filósofo mexicano Leopoldo Zea: “Filosofar: A lo universal por
lo profundo”
El autor
plantea las eternas inquietudes sobre la posibilidad de una filosofía
latinoamericana y si el hombre de este
continente tiene la capacidad de filosofar. El autor, influenciado por el
historicismo de José Ortega y Gasset y de José Gaos, considera que lo primero
es posible pero sin desconocer la historia y la realidad concreta del hombre
latinoamericano. “Existe y ha existido un filosofar que ha sido resultado de la
conciencia que sobre su propia realidad ha tomado el latinoamericano. Filosofar
de hombres comprometidos en las acciones que se les va algo más que la pura
eficacia de la razón, les va la existencia misma”. Disiente del punto de vista
que sostiene que la filosofía de nuestro continente debe partir desde el
desarrollo, por éste “se expresa como acumulación de conocimientos y datos que
han de redituar ampliando el desarrollo alcanzado”. La filosofía
latinoamericana debe ser “la toma de conciencia de una realidad que ha de ser
transformada y en este sentido, la filosofía como expresión de este
conocimiento previo a su necesario cambio”. Sostiene que el hombre
latinoamericano sí tiene capacidad y facultad para filosofar. Nosotros no
estamos negados para filosofar, “si el filosofar es algo más que un simple
saber cómo manipular los instrumentos del desarrollo”. Para él, nuestro
filosofar “se planteará el problema de la gravedad del interrogante, del
cuestionamiento, respecto a la capacidad de los latinoamericanos para
filosofar”.
A la pregunta
de si existe y es legítimo un filosofar latinoamericano, afirma categóricamente
que “el filosofar latinoamericano existe y es legítimo”. Pero concibe ese
filosofar como “toma de conciencia”. Esa filosofía se “expresa como un
reflexionar sobre los problemas del hombre, de la problemática del hombre
concreto latinoamericano”.
Mientras se
identifica con los planteamientos de Francisco Romero, Andrés Bello y otros
pensadores que reconocen la posibilidad de una filosofía desde Latinoamérica,
con fundamento en su historia y su subdesarrollo, no está de acuerdo con
Augusto Salazar Bondy, quien propone filosofar desde la actualidad, desde el
desarrollo, y con el positivismo de Juan Bautista Alberdi y con la
“civilización y barbarie” de Domingo Faustino Sarmiento. En Latinoamérica se ha
de pensar “para el logro de algo que plantea la realidad en donde ese
reflexionar se origina y le da sentido al mismo”.
Hace énfasis en
la pregunta sobre si ¿existe o es posible una filosofía o un filosofar
propiamente latinoamericano? Es posible una filosofía “que sirva a los
intereses de los hombres de América, como otras filosofías han servido a los
intereses de los hombres de otras regiones del mundo”. Para una filosofía
propia “hay que volver a revisar con el mismo sentido crítico y positivo la
realidad que ha de ser transformada, pero no ya a partir de modelos que le sean
extraños, sino a partir de lo que ha sido, para verse y que puede y lo que no
puede seguir siendo sin perder su propia identidad” como hombre
latinoamericano. Es en nuestra historia de las ideas del filosofar
latinoamericano en donde encontramos el suelo nútrico para el filosofar de
América Latina. “Será en esta historia, historia de sus ideas, como se llamará,
que se irá haciendo potente la peculiar identidad del hombre, el pueblo y la
cultura de esta región americana”. En la historia de las ideas se encuentran
las respuestas del hombre latinoamericano. “Será en la historia de las ideas de
esta América que se pueden captar las respuestas que el hombre de esta América
ha dado a los múltiples problemas que le aquejan como a todo hombre... Es a
través de la historia de las ideas de esta América que se va haciendo patente
el meollo del auténtico filosofar que tanto había preocupado a los
latinoamericanos. La nutrida generación de historiadores de estas ideas, a lo
largo de esta América, va ofreciendo ya los elementos para afirmar un filosofar
indiscutiblemente latinoamericano. Filosofía que parte de la realidad concreta
de esta América, para elevarse a una reflexión más del hombre sí mismo, y sobre
la relación del hombre con otros hombres, que es en ello, que estriba su
autenticidad como filosofía”.
Respecto a la
auténtica filosofía, sin que sea copia del pensamiento de Europa, piensa que se
puede filosofar auténticamente desde Latinoamérica, sin desconocer la
importancia de la filosofía occidental, pero ésta no será la que dé las
respuestas a la problemática nuestra. “Será en la propia filosofía
euroeo-occidental que los latinoamericanos encuentran los instrumentos para
captar y aceptar la original de las expresiones de su propio filosofar o
razonar... Se puede filosofar, hacer ciencia, desde una determinada
circunstancia que no tiene, ni puede ser la misma de la filosofía europea y
occidental... Europa ofrece así el nuevo arsenal de interpretación filosófica,
pero no ya la verdad por excelencia que ha de ser buscada y alcanzada por los
propios latinoamericanos. Ayuda a plantear y resolver los problemas del hombre
de esta América, pero no le da ya la solución misma de esos problemas. Es el
hombre, este hombre concreto de Latinoamérica, el que ha de encontrar y dar las
respuestas apropiadas... Se parte del propio pasado filosófico, pero también
del conocimiento del pasado filosófico europeo, para hacer del mismo
instrumento de la propia y original interpretación de una filosofía al servicio
de la realidad e historia latinoamericana... Se trata así de una filosofía
originaria de Latinoamérica, nacida de su prosa problemática; filosofía que no
tiene por qué ser mejor o peor que cualquier filosofía. Tampoco se trata de una
filosofía opuesta al filosofar europeo-occidental, sino tan sólo de un
filosofar distinto, porque distinto es el campo de su preocupación... Filosofar
distinto, pero no extraño al filosofar considerado como universal... Un
filosofar consciente de esta situación es, por ello, un filosofar del hombre y
para el hombre y por ende filosofar, universal. Porque es el hombre, sujeto y
objeto, de todo filosofar en que otorga la universalidad”.
Plantea la posibilidad de una filosofía de la
liberación que nos permita tomar conciencia de nuestra alienación,
marginamiento, dominación y dependencia, teniendo en cuenta los planteamientos
de Enrique Dussel, para superar y negar estas realidades que le impiden al
hombre latinoamericano su autosuperación. “Es menester desenajenar al hombre de
esta América de las expresiones de un filosofar encaminado a justificar y
mantener la dominación impuesta... Se trata de una filosofía liberadora que
niegue la dominación sin tener que recurrir a otro filosofar enajenante...
Filosofía auténtica latinoamericana será aquella que, al mismo tiempo muestre
para su destrucción los resortes de la dominación, haga posible la
liberación... Misión de la filosofía de la liberación latinoamericana ha de ser
entonces el destruir, negar por su conocimiento, la filosofía dominadora
europea y occidental para crear la propia, la filosofía de los pueblos de esta
América Latina y la de todos los hombres y pueblos que han sido y son objetos
de dominación”.
Algunos apartes
importantes del libro: *Peor para el hombre si éste se olvida de sí mismo y se
deja enajenar por su propio conocer. *Resulta paradójico anularse a sí mismo
para poder ser otro que se es. *El razonar no puede quedarse en sí mismo, tiene
que ser instrumento de comprensión. *¡Hombres, aprendan a juzgar por sí mismos;
aspiren a la independencia del pensamiento! *Toda auténtica filosofía es
libertad, es liberadora, desenajenante. *El que unos hombres sean distintos de
otros no los hace superiores ni inferiores entre sí, simplemente distintos.
*Todos los hombres son distintos entre sí, pero siempre hombres. Hombres que no
pueden ser vistos ni como superiores ni como inferiores frente a otros hombres.
* Todo hombre, a partir del reconocimiento de la propia identidad es también
capaz de reconocer la de cada uno de los otros hombres, otorgando a este
reconocimiento el respeto que debe exigir para sí. *La humanidad tendrá un
futuro, si se reconoce que la libertad y el bienestar de todos condiciona el
bienestar y la libertad de cada pueblo y de cada hombre. *¡Detente tiempo, que
bello eres! (Gohete). *Nosotros estamos aquí porque antes ustedes estuvieron
allá. *Sabiduría es el arte de convivir a partir de la capacidad del hombre
para limitarse a sí mismo en relación con la libertad de los otros hombres.
*Los hombres no son iguales entre sí por la razón, sino por ser entes concretos
y, por serlo, distintos entre sí. *Todos los hombres son iguales entre sí por
ser precisamente distintos; por poseer una individualidad, una personalidad,
una identidad. *El filósofo, a través de una amplía capacidad de comprensión de
lo existente, rebasaba el horizonte común de significaciones existentes. *El
filósofo no es un sabio, sino un amante, un afanoso del saber; del saber que
provoca admiración, los callejones sin salidas, las aporías, que la naturaleza
y los otros hombres plantean. Problemas de urgente solución, ya que en ellos va
la propia existencia o identidad. *La filosofía surge del afán del hombre por
conocer su realidad, el entorno en que él ha de actuar; por el afán de situar,
ordenar este entorno para actuar racionalmente dentro de él. Conociéndolo podrá
enfrentar los problemas que le plantea. Esto es, razonar, tomar conciencia de
lo que le es extraño y por ello objeto de tal conocimiento. *El filósofo se rige en conciencia universal:
razón de todo lo creado incluyendo el de la relación entre los hombres, lo
político. *Problema central de toda preocupación filosófica lo ha sido el de la
liberación del hombre tanto de la naturaleza como del afán de dominio de sus
semejantes. *Todos los hombres son iguales, por ser distintos, semejantes entre
sí. *El hombre trata de manipular a otros hombres, no viendo en ellos a
semejantes, sino objetos o cosas inútiles. *¿Civilización o barbarie? Civilización
es todo lo que se debía ser, pero no se es, barbarie es todo lo que se es y se
quisiera no ser. *Todos los hombres son iguales y precisamente lo son por ser
distintos, esto es, por ser individuos concretos. *La razón es la capacidad
para comprender lo externo y comunicarlo a otras y entenderse con ellos. *La
filosofía surge del afán de comprender y hacerse comprender, comprender y
comunicar. *Para ser totalmente hombres hay que saber usar con plenitud la
razón. *El hombre pleno, es de razón.
LUIS ÁNGEL RÍOS
PEREA
No hay comentarios:
Publicar un comentario