1 Generalmente blanco,
Este delicioso alimento,
Antes de prepararlo,
Lleva una vida por dentro.
2 Sobre esta ineludible realidad
Todos han reflexionado,
Pero de sus letales garras
Ninguno se ha escapado.
3 Acechándonos siempre está
Este humano sentimiento,
Y si no logramos derrotarlo
Convierte la vida en un tormento.
4 Nos acompaña de noche y de día,
Pero si no estamos alerta
Nos contamina con su bobería.
5 Cuando lo tenemos en frente,
Dentro de él nos metemos
Y silencioso nos dice
Cómo nos vemos.
6 Iluminados por su luz
Nos orienta el camino
Y al que no lo alumbra
Oscuro es su destino.
7 Poderoso como un dios
Muchos problemas trata de solucionar,
Y por ir tras él
Nos olvidamos hasta de amar.
8 Cuando la bebemos sola
Muy poco nos agrada,
Pero nos sabe riquísimo
En tarde soleada.
9 Sin tener boca
Habla a todo instante
Y con sabiduría
Orienta al ignorante.
10 Ruge sin tener boca,
Camina sin tener pies,
Agarra sin tener manos,
Adivina quién es.
11 Sin que lo veamos,
Dentro de nosotros,
Trabaja siempre sin parar,
Pero cuando se cansa
Nadie lo puede levantar.
12 Mientras por su punta fluye tinta,
Con esmero lo apreciamos,
Pero cuando se agota ésta
A la basura lo tiramos.
13 Aunque pequeñita la cajita
Muchas voces suenan
Y cuando estamos tristes
Sus canciones nos consuelan.
14 Después de ocultarse el sol,
Cansados la buscamos,
Pero al llegar la aurora,
Descansados, la dejamos.
15 Aunque no los vemos ni tocamos,
Siempre están con nosotros;
Nos acostamos con uno
Y amanecemos con otro.
16 De madera o de metal,
Sobre ella nadie pasa;
Fuerte y silenciosa, noche y día,
Como guardián, cuida la casa.
17 Con el cuerpo delgado
Y sin ninguna hermosura,
Relegada a los rincones,
Desaparece la basura.
18 Sin comer ni respirar
Mucho tiempo llevan en la tierra,
Rodando o quietas,
Sirven hasta para la guerra.
19 Aunque no trabaja en el correo,
Vistiendo sus emplumados ropajes,
Esta singular ave
Lleva algunos mensajes.
20 Protegida por madera, vidrio o metal,
Por ella el horizonte miramos,
Y cuando no podemos por la puerta
Por ahí nos marchamos.
21 Es la única substancia natural
Por la que nada hay que pagar,
Y si nos falta este elemento vital
En breve a la tumba vamos a dar.
22 Distante de nosotros,
Esplendoroso nos mira;
Si dejara de mirarnos,
Se acabaría la vida.
23 Vestido de negro,
La podredumbre disfruta,
Y con algunos animales
La comida disputa.
24 Pequeñito, pequeñito,
Este despreciable comelón,
Cuando lo persigue su enemigo
Se esconde en un rincón.
25 Sin elevarse del piso
Nos llevan a donde vayamos,
Y cuando están viejecitos
A la basura los tiramos.
26 De palo, plástico o metal
Permanece en la cocina.
Si tienes hambre,
Seguro lo adivina.
27 Solamente acompañada de la luz
Nos sigue adonde vamos.
Aunque inmaterial e intangible,
Atrás o adelante, la observamos.
28 Siempre girando sin rumbo fijo,
Sin tener luz nos ilumina,
Y en la oscuridad
Pone faro al que camina.
29 Aunque no tiene vida,
Su existencia es verdadera,
Y en la noche, bajo la cabeza,
Dicen que es la mejor consejera.
30 Puntiaguda y delgadita,
Por su ojito pasa la cuerdecita;
Y en habilidosas manos
Elabora lo que el usuario necesita.
31 No tienen lápiz, y dibujan,
No tienen alas, y vuelan.
Cuando truecan su blancura,
Grises a la tierra riegan.
32 Colgada o sobre la superficie,
De este sonoro instrumento,
En circunstancias de pesar,
Su voz es triste lamento.
33 Con tan solo dos pies,
Este manso caballito
A muchas partes
Nos lleva rapidito.
34 En manos del estudiante o de la secretaria,
Moviéndose en diversas direcciones,
Despacito y con cuidado,
Prepara el papel para las correcciones.
35 Situadas en lejanos y apacibles lugares,
Allí viven tranquilos los animalitos;
Son tan agradables esos empinados parajes
Que en ellos las nubes tienen sus niditos.
36 Sus patas nos llevan lejos
A pesar de que no es animal;
Los que tienen uno o varios
Tienen riqueza material.
37 Tiene patas
Pero no camina;
Y en ella colocan
Lo que hacen en la cocina.
38 Sin que los vea,
Van siempre adelante;
Si le faltaran,
Tropezaría el caminante.
39 Larga o corta,
Tiene numeración
Para ayudar al estudiante
A su recta dirección.
40 Con dientes desiguales
Entra en varias aberturas,
Pero sólo en una
Aparta las ataduras.
41 Esta cinta negra y larga,
Por el plano, la subida y la bajada,
Dormidos o despiertos,
Nos lleva de día, noche o madrugada.
42 A sí no sean redondas,
Este par de ruedas,
Despacio o rápido,
Nos llevan por campos y veredas.
43 Aunque lleno de personas,
Es un solitario lugar
Al que, tarde o temprano,
Iremos silenciosos a parar.
44 Delgado, muy delgadito,
De gruesa madera se elabora;
Perdiendo su blancura
En manos del escritor o la escritora.
45 Todos diferentes
Del mismo miembro nacen;
Cuando los perdemos,
¡Qué falta nos hacen!
46 Esta cinta multicolor
Anuncia con imagen silenciosa
Que, yéndose la lluvia,
La tarde será esplendorosa.
47 Desde el fondo de su inmenso verdor
Brotan mil acentos de vida,
Y si nos perdemos en su espesura
No encontraremos la salida.
48 con su largo tubito
El néctar de la flor extrae;
Detenido en el aire,
Habilidoso al suelo no se cae.
49 Este terrenal lucerito
Con su cabecita rojita
Puede ocasionar gran daño
Si a la gasolina le presta su chispita.
50 En verano o en invierno
Su cobijo necesitamos,
Porque el sol o el agua
Nos afectan si no la llevamos.
1 El huevo
2 La muerte
3 El miedo
4 La televisión
5 El espejo
6 El amor
7 El dinero
8 El agua
9 El libro
10 El río
11 El corazón
12 El lapicero
13 El radio
14 La cama
15 Los días
16 La puerta
17 La escoba
18 Las piedras
19 La paloma
20 La ventana
21 El oxígeno
22 El sol
23 El chulo
24 El ratón
25 Los zapatos
26 La cuchara
27 La sombra
28 La luna
29 La cabecera
30 La aguja
31 Las nubes
32 La campana
33 La bicicleta
34 El borrador
35 Las montañas
36 El carro
37 La mesa
38 Los ojos
39 La regla
40 La llave
41 La carretera
42 Las piernas
43 El cementerio
44 El papel
45 Los dedos
46 El arco iris
47 La selva
48 El colibrí
49 El fósforo
50 La sombrilla
LUIS ANGEL RIOS PEREA
No hay comentarios:
Publicar un comentario