miércoles, 16 de noviembre de 2011

MI COMENTARIO DE "EL ALQUIMISTA" DE PAULO COELHO



“El Alquimista” es una novela profunda y llena de un complejo simbolismo. Su lectura comprensiva requiere de mucha reflexión, por cuanto se trata de un extenso tratado de sabiduría. El autor, a través de este sencillo lenguaje metafórico, nos enseña que debemos luchar, sin importar las dificultades, para hacer realidad nuestros sueños, y que lo que nos ocurra, bueno o malo, será una señal que no debemos desaprovechar para poder conquistar los sueños. La cadena misteriosa de acontecimientos en nuestra vida nos conduce, si la seguimos atentamente, sin descuidar las señales, a la autorrealización y la conquista de la felicidad. Si queremos entender sus complejos mensajes, debemos leerla comprensivamente y no tomar su contenido literal sino de manera figurada, porque los sueños que vamos alcanzar no son materiales sino espirituales; los tesoros no son de oro y dinero, sino de vida buena y de felicidad.

 La obra en su lenguaje figurado nos indica que para materializar nuestros sueños hay que seguir las señales, no desistir nunca del sueño, no temer al cambio, ser entusiastas, arriesgarnos, tener valor, soportar las adversidades, tomar nuestras propias decisiones, confiar en las personas sabias, tener fe en la vida, no desanimarnos ante los fracasos, perseverar, confiar en la suerte y en las coincidencias, ver las cosas objetivamente, pagar el precio que la vida nos cobra, no prometer lo que todavía no tenemos, estar preparados para las sorpresas, buscar caminos diferentes en la vida, ser optimistas, vivir el aquí y el ahora, huir de la rutina, vivir nuestra propia vida, hacer siempre lo que deseamos y no lo que los demás quieran que hagamos, no perder el control de nuestra vida, no permitir que los demás gobiernen nuestra existencia, a veces dejar las cosas como están, leer lo que Dios escribió para cada uno de nosotros, mirar las maravillas del mundo sin olvidarnos de nosotros, confiar en sí mismo, tener voluntad para conquistar el mundo, ser valiente, no tener miedo a lo desconocido, amar, creer en los tesoros, no desesperarnos, no temer al fracaso, aprender a vivir, penetrar en el Alma del Mundo y cumplir la Historia Personal.

El muchacho es un ejemplo digno de superación, de libertad, de autonomía, de lucha, de valor y de autorrealización. Quería siempre ser él mismo y tomar sus propias decisiones. No le temía al cambio. Al mercader de cristales no le gustaban los cambios. No quería cambiar porque no sabía cómo hacerlo. Estaba acostumbrado a lo mismo. Por eso se oponía a los cambios y reformas que le proponía al muchacho. El inglés nos evidencia al hombre teórico que no logra concretar sus sueños por falta de práctica y hacer tan complejo lo sencillo. El rey y el Alquimista representan a los hombres verdaderamente sabios.

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