sábado, 26 de septiembre de 2015

BREVE ELOGIO DE UN PENSADOR QUE ENSEÑA A LEER Y A FILOSOFAR



A un apacible y paradisiaco pueblecito enclavado en la cordillera oriental, bañado por dos caudalosos ríos, con agradable clima templado y habitado por personas que (en su mayoría) no habían superado su “minoría de edad” (en sentido kantiano: atreverse a pensar por sí mismos) por falta de profesores de filosofía, pensadores que enseñaran a filosofar, llegó, procedente del universo filosófico,  un auténtico pensador que enseña a sus alumnos a leer y a filosofar.
Tal vez por apatía de los estudiantes o por ausencia de un genuino pensador, una inmensa mayoría de egresados de los colegios de ese pueblecito no habían aprendido a pensar, no aprendieron a filosofar, tal como lo demostraban sus actitudes del “rebaño” y su carencia de espíritu crítico que les permitiera pensar por sí mismos y asumir posturas iconoclastas, contestatarias, anticonvencionales, irreverentes, dialógicas, hermenéuticas, contenciosas, dialécticas, autónomas, auténticas y libertarias, sin dejarse arrastrar por la corriente de las circunstancias…
Con llagada del pensador, los estudiantes de la institución donde labora éste aprenden a pensar críticamente. Gracias a su excelso dominio de la materia, a su acendrada condición de intelectual y a su eximia idoneidad pedagógica sus discípulos se motivan, atienden, participan y aprenden a filosofar, a pensar por sí mismos, condición necesaria para superar su “minoría de edad”.
Este eminente pensador, este brillante intelectual, este acrisolado docente, este infatigable lector, este acucioso investigador, este apasionado filósofo egresado de la UIS, este profesor ejemplar, responde al nombre John Fredy Suárez Solano y enseña a filosofar a los afortunados estudiantes de la Escuela Normal Superior de Charalá.

LUIS ANGEL RIOS PEREA
Luvina1111@yahoo.com