Nuestro ordenamiento constitucional consagra los derechos a
la libertad de pensamiento y de expresión, pero éstos no son absolutos: su
frontera se encuentra donde empiezan los derechos de los demás. Quienes se arrogan
la potestad de abusar de ellos impiden el pensamiento y la expresión de otras
personas. Los llamados “columnistas” (los “opinadores a sueldo”) de los medios
de información, concretamente de la prensa escrita (periódicos y revistas),
pretenden imponernos su particular y acomodaticia manera de percibir,
interpretar y sistematizar la dinámica de los acontecimientos cotidianos del
entorno local, regional, nacional e internacional. Los “columnistas”, que se
creen los “mesías”, los voceros de la comunidad y los depositarios de todos los conocimientos,
pretenden imponer sus “verdades”, sus puntos de vista, sus sesgos y todo
aquello que sirve a los intereses de los medios de información, del sistema imperante,
del consumismo y de los convencionalismos establecidos.
Quienes pensamos con espíritu crítico y tenemos actitudes contestatarias,
desmitificadoras, iconoclastas, anticonvencionales, controversiales y
libertarias sabemos que los “columnistas” no están en poder de la verdad y ni siquiera saben, con el debido fundamento
epistemológico, lógico, filosófico, gramatical, hermenéutico, semiológico y sociológico, ¿qué es la verdad? Ellos, a
pesar de su aparente intención de servir de voceros de la comunidad (“para mantenerla
bien informada”), generalmente buscan, subrepticiamente, defender intereses
políticos, económicos, gubernamentales y tratar de mantener el statu quo de la oligarquía, la clase
dominante, los empresarios, los funcionarios y los poderosos…
Si tenemos derecho a la información, que sea de información
verás desde una cosmovisión pluralista y multifacética, y no desde unos pocos “columnistas”
(que nacen, se reproducen y mueren en los medios de información) quienes nos
reducen la variada realidad multidimensional a un sector de ésta meramente unidimensional,
para que la gente, sin espíritu crítico, piense y opine como quiere que piensen
y opinen los “opinadores a sueldo”. Si todos tenemos derecho a la libertad de expresión,
¿por qué no podemos expresarnos, ocasionalmente, como “columnistas” en los
medios de información? ¿Dónde queda el pluralismo informativo? Ya es hora de
que los “columnistas”, enquistados en los periódicos y revistas, dejen de “opinar”
y permitan que otros opinen.
LUIS ANGEL RIOS PEREA